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—¡Anya! —Gritó Klaus sacudiéndola una vez más, pero ella seguía sin responder y su corazón seguía apagado, incluso la respiración... No había nada, como si nunca hubiera existido vida en ese cuerpo. —¡Por favor! —La recostó de nuevo en la cama, colocó sus dos manos en el pecho de la caída y comenzó a presionar tratando de que su corazón volviera a latir. Nadie más podía interrumpir, de hacerlo, solamente serían un estorbo a la reanimación. —¡No quiero ser viudo, por favor!

Mientras tanto, Anya abrió los ojos y respiró profundo, pero no estaba en la cama donde Klaus la había recostado, ni siquiera en la habitación.

No, estaba en una especie de jaula de cristal oscura, fría, tan fría que se abrazó a sí misma y cuando lo hizo notó dos cosas 1. Estaba desnuda 2. Su vientre de embarazada ya no estaba.

Quiso gritar, suplicarle a Klaus que hiciera algo... Pero no podía, porque notó la tercera cosa al ver las nubes fuera de la helada jaula de cristal, estaba en el cielo... Estaba en el lugar donde nació.

Y no, no podía llamarlo "hogar", porque su hogar era donde estaba Klaus y ahora, donde estaba Ángela.

—Estoy muerta... —Jadeó ella con miedo, no miedo de lo que le pudiera pasar, ni se preocupaba de donde estaba, se preocupaba más por saber dónde estaban Klaus y su recién nacida.

—¿Anya? —Al escuchar esa voz se giró de inmediato a quien la llamaba y lo primero que vio fue una mata de cabello rubio desordenado.

—¿Rachel? —Preguntó casi ahogada.

Otra confirmación de que estaba muerta.

Klaus continuaba en el mundo de los vivos comprimiendo con desespero el pecho de Anya mientras todos veían con impotencia ¿Ese era el final del dulce ángel? ¿Había llegado a la tierra y simplemente se fue para dejar a alguien más?

Elijah vio a la niña que tenía en brazos, era hermosa, idéntica a su hermano, rubia y ahora que había abiertos los ojos se veían unos lindos ojitos azules como los de su padre ¿Que sería de esa bebé? Era tan pequeña, tan dulce... ¿Crecería creyendo que ella asesinó a su madre?

Cathy acarició con su dedo la mejilla de Ángela y Elijah volteó a verla, ella le transmitía paz, como Anya le daba paz a su hermano. Sin ella ¿Quién lo guiaría?

Esa bebé necesitaba a su madre y el padre necesitaba a la madre de ella.

Anya corrió hacia Rachel y la levantó del suelo, pero ella volvió a caer.

Lucía mal, demacrada podía ser la palabra. Su cabello rubio parecía blanco en algunos lugares donde la luz de las nubes lograba llegar, sus mejillas habían perdido carne y sus ojos parecían hundidos, lo cual empeoraba por las grandes ojeras bajo el gris de los orbes.

—¿Que te pasó? —Preguntó Anya, ya rindiéndose en su labor de levantar a su mejor amiga, así que solo se arrodilló y colocó la cabeza de Rachel sobre sus mejillas.

—¿Que me pasó? —Preguntó Rachel, incluso su voz era otra, aunque sonaba ofendida. —¿Que te pasó a ti? —Si, estaba ofendida, hasta que se dio cuenta de lo que pasaba y con sus pocas fuerzas levantó la mano para acariciar la mejilla de Anya, pero está volvió a caer sin lograr su cometido. —Por todos los ángeles, amiga... Estás muerta.

Si, lo estaba.

—Tal vez vuelva... —Comenzó a hablar Elijah al notar que su hermano ya le había roto la caja torácica a la pobre muñeca que solía ser Anya. —Niklaus, volverá como Hayley lo hizo.

Fallen Angel {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora