Confesion.

202 10 5
                                    

   Hugo se puso tenso, me miraba como diciendo 'huye, sal de aquí´. Y la verdad es que el señor Hastings imponía. Pero respire hondo y trate de hablar lo más normal que pude.

-Soy Cassandra Herrera.  Yago y yo estamos haciendo un trabajo .Voy a clase con el…

-¿De veras? -miro de soslayo a Yago-.  No me habías hablado de una nueva compañera. ¿Tú la conoces Hugo?

-S-si…tenemos un… -me miro y puso cara de iluminado-. Un…club de debate.

-¿Y cómo no sabía yo nada de ese club de debate? -preguntó su padre desconcertado.

-Pues…surgió. Es a parte del colegio. Somos un grupo de amigos que…quedamos y tratamos temas.

-¿En serio? Que maravilloso -sonrió el señor Hastings.

-Si… -dijo Yago con una extraña sonrisa-. ¿Cuál fue el último tema que tratasteis chicos?

Hugo y yo le miramos con asco, luego nos miramos entre nosotros dos.

-La política, de… Europa -dije yo rápidamente antes de que Hugo dijese nada.

-Vaya… Una chica culta -dijo el padre sorprendido-. Pero chicos…creo que nos hemos desviado del tema. ¿Qué es eso que me ibas a contar Yago?

El se mordió el labio y nos miro a Hugo y a mí.

-Pues que…Hugo…Hugo estuvo con una chica en casa la otra noche. Se acostaron creo.

El señor Hastings abrió los ojos como platos y miro a Hugo sin inmutarse.

-Bueno…Eres ya un hombre. Al menos ahora el sexo opuesto te mira. No como hace unos años. Es que señorita Herrera, nuestro querido Hugo aquí donde lo ves hace un tiempo, no muy lejano, era más bien poco agraciado, por decirlo de una forma sutil -golpeo cariñoso el hombro de Hugo, quien parecía más perdido en aquella situación que un canario en una tienda de limones, y miro a Yago con desaprobación-. En cuanto a ti jovencito… No creo que tratar ese tipo de temas frente a una chica sea parte de la educación que yo te he brindado. Discúlpate con ella.

Yago me miro con odio. Yo estaba encantada con la aparición del señor Hastings. Que hombre tan curioso.

-Lo siento Cassandra… -dijo Yago entre dientes.

-Bueno. Querida si quieres eres bienvenida a quedarte a cenar. Faltan unas horas pero…podéis avanzar con vuestro trabajo.

- No -dijo Yago al instante. Y luego tras una mortífera mirada de su padre miro hacia otro lado y respiro hondo-. Tengo extraescolares papa…no puedo quedarme…

-Vaya…que pena -me miro sonriendo el señor Hastings-. Pero confió en que cualquier otro día puedas estar. Yo me quedare toda la semana, así que la invitación es libre.

-Ella también tiene que venir toda la semana. O al menos hasta que acabemos el trabajo -dijo Yago con desanimo.

-¿No vendrás al club…de…debate?-pregunto Hugo.

Yo negué apenada y él me miro con una sonrisa forzada.

-Bueno yo me tengo que ir ya -dijo Yago mirando su reloj.

-¿Vas al colegio? Te llevo tengo que pasar cerca para ir a hablar con un amigo -propuso su padre.

Yago dudo unos instantes.

-No padre…no pasa nada. No sé cuando acabare y no quiero tenerte pendiente de mi.

-Oh. Venga. No me cuesta nada. Para las pocas veces que tengo la oportunidad dame ese gusto -dijo riendo.

Salvada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora