Traición.

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Desperté agotada, con las legañas pegadas como si fuera superglu. Había algo que me decía que era mejor quedarme en la cama. No la habitual sensación de querer quedarte en la cama para el resto del día, arrebujada entre las mantas. Era…algo como un aura en el ambiente…

Baje a desayunar decidida. Pensando en untar nutella en galletas y beber un vasito de leche…Entonces me acorde. Tenía que desayunar con Teresa… ¿O no? ¿Podía haber sido un mal sueño como otro cualquiera? No…Para mi desgracia no fue así. Llego cinco minutos después, en su descapotable rosa, dio un pitido y espero hasta que yo salí desganada hacia ella.

-Vaya…Veo que a algunas les sienta muy mal madrugar -dijo ella riendo.

 Me limite a mirarla con desdén y me senté en el asiento del copiloto.

-¿Qué es lo que corre tanta urgencia como para hacerme madrugar?

-Todo a su tiempo -dijo sonriendo con petulancia.

Llegamos a un café caro, nos sentamos en una mesita de te alejada del resto de gente. Y ella pidió dos de algo con un nombre ridículo.

-¿Qué es eso?

-¿Podrías dejar de hacer preguntas entupidas todo el rato? -dijo ella mirándome con asco-. Resultas muy molesta…

Rote los ojos exasperada, y tome un sorbo del café, que Teresa pidió sin consultar, y me puse  con los codos apoyados en la mesa con una mueca molesta.

-¿A qué te dedicas por las tardes con Hugo?

Abrí los ojos como platos y la mire con nerviosismo.

-¿A que nos dedicamos de…d-de qué?

-¿No es obvio? Todo. Por las tardes siempre os vais juntos…No creo que solo te lleve a casa ¿Me equivoco?

-Estamos… -me mordí el labio indecisa. ¿Qué le podía decir? ¿En serio quería saber esa tontería? ¿Qué pretendía la Barbie? -Estamos saliendo.

Teresa a poco se atraganta con el café. Se seco las comisuras de los labios con una servilleta y me miro con una mirada divertida.

-¿En serio? -pregunto sonriendo. Yo asentí con nerviosismo-. ¿Ya…no te gusta Yago? -negué muy fuerte-. Eso me parece maravillosos. Porque no sabes contra quien estas compitiendo. Jamás podrás ganarme. Ni a las chapas.

-No juego a las chapas. Tranquila.

-Eres muy patética. Es normal que Yago te tenga tanto asco.  Pero mira, ahora podemos ser amigas  ¿Cierto?

 -No me interesa, gracias.

-Oh, claro que te interesa a no ser que quieras que tus amigas lo pasen mal -se froto la barbilla riendo-. Primero destrozare su reputación, luego iré a por ti y te destrozare socialmente.

-¿Por qué haces esto?

- Tengo…ciertas teorías sobre ti.  Y…no quieres que me ponga a ver si son ciertas o no.

Empecé a respirar con dificultad. ¿Podía ser que supiera lo de mi trabajo con Hugo y su banda?

-Oh…Venga Cassandra. Seremos buenas amigas. ¿O no quieres ser mi amiga?

Le lance una sonrisa falsa y termine de un trago el empalagoso café.

Volvimos a su coche, y como si nada hubiera pasado ella comenzó a hablarme sobre lo del trabajo de música, lo ideal que era Alexia y la suerte que yo tenía de tener como pareja a Yago, que según ella, era un gran artista.

Salvada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora