Desemascarado.

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Estoy muy indignada con vosotros... ya no quiero seguir escribinedo si nadie me dice lo que piensa jope... (leer todo esto con vozcecilla de niña pequeña triste)

Bueno os dejo este y a ver que tal... ¬¬

Fingí gripe estomacal toda la semana. Mis padres no fueron difíciles  de convencer ya que no estaban acostumbrados a lidiar con estas cosas.

Mi hermana en cambio no se lo trago y exigía quedarse ella también conmigo.

Obviamente no coló. Yo estaba tranquila. Bueno entendedme, todo lo tranquila que alguien puede estar sabiendo que va a ser una pieza clave en ... Aun no tengo muy claro el que.

Yago dijo que me ayudaría a acabar con el Oso...¿Pero el y quienes? Es decir...¿Policía? ¿Interpol? ¿La CIA? Espera,¿la CIA tiene jurisdicción en El Salvador?

En fin dejando de lado mis problemas de vida o muerte... Mas que dejándolos resumiendo. Mi ‘enfermedad' se me hizo corta. El viernes ya fui a clase. No tenia sentido querer salir por la tarde a mi misión suicida y no ir clase en la mañana.

Así que trate de pasar todo lo inadvertida posible. Debería comentar que Vincent trato de ponerse en contacto conmigo. Quería que hablásemos y tratásemos de elaborar un plan contra el Oso, entregándolo a la policía.

Pero el plan ya estaba en marcha. Y no quería ponerle en peligro. Por lo que darle esquinazo era lo mejor.

Obviamente no funciono. Marina y Alexia me tendieron una trampa en el recreo para que comiésemos juntos.

Lo cual fue muy incomodo. Ya no tanto por Vincent si no por que a nuestro grupo se habían unido Alberto y Gabriella. La muy petarda aun insistía en acercarse a mi. Ya me encargaría yo de quitarle las ganas mas tarde. Aquel no era el momento, tenia un mafioso que derrocar.

-Ejem... Bueno... -empezó Marina-. ¿Que tal si esta tarde vamos todos a ver una peli?

-¡Claro!-dijeron Gabriella y Alexia a la vez para luego lanzarse miradas asesinas.

-Bien -dijo Vincent secamente mirándome de reojo.

-Yo no puedo -dije mirando mis uñas.

-¿A ti que te pasa? Estas rarisima. -dijo Vincent molesto-. Además no me trago lo de la gripe estomacal. ¿Cass, que pasa?

-Nada. Son cosas mías.

-No me digas que te vas con el Oso esta tarde al parque a dar de comer a los patos del lago -dijo Alexia riendo. Pero yo no me reí-. En serio... No, Cass, no vas a ir.

-Dejadme en paz.

Me levante y me aleje de ellos. No quería arriesgarme a otra intervención así que me fui el resto de la mañana a la biblioteca.

Termine de leer medio libro de cazadores de sombras cuando Yago entro decidido hacia mi.

-Cassandra. ¿Por que huiste de clase?

-¿Ahora eres mi niñero?

-Llamaste la atención. Mi hermano estuvo luego hablando con tus amigas. Traman algo.

-Solo quiero protegerles. A todos.

Nos quedamos en silencio unos segundos.

-¿Con quien trabajas? ¿Quienes son los que van a acabar con el Oso?

-Cuanto menos sepas mejor -miro su reloj-. Ya es casi la hora de fin de clase. ¿Te llevo a tu casa?

-Claaaaro... gracias -dije tímidamente y confusa por la amabilidad.

Salvada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora