"El Contrato" ||GoldFred||

°03° Una Vida Ajetreada

Ya pasaban de las 12, el ambiente se ponía más pesado y sofocante. La mayoría de los clientes ya no estaban en sus cinco sentidos, todos bebían sin parar trago tras trago riéndose de cualquier estupidez.

Mientras tanto en una esquina alejado del resto del personal estaba un chico algo melancólico. Suspiraba pesadamente mientras pasaban recuerdos por su cabeza, uno de ellos le cayó repentinamente como balde de agua fría...

–¡El alquiler! –Se dio un golpe interno por su memoria imbécil y comenzó a morder sus uñas con desesperación.

Lo que estaba pasando era que ya había comenzado un nuevo mes y debía pagar el alquiler de la habitación en la que vivía, pero el dinero no le era suficiente y había otras cosas que eran de más importancia.
De repente su celular comenzó a vibrar dentro de su bolsillo del pantalón y su cuerpo se tensó cuando vio el remitente.

Hospital

Tragó en seco y decidió atender la llamada con algo de temor.

–¿Diga? –Llamó Fred con inseguridad en su voz.

–¿Hablo con Alfred Fazbear? –Se escuchó la voz de un hombre del otro lado de la línea.

–Así es... –El mencionado ya estaba preparado para lo que venía.

–¿Eres el hermano mayor de Freddrich Fazbear? –Preguntó con algo de obviedad solo para confirmar.

–Claro... –Ya se había resignado.

–De acuerdo, la situación es la siguiente... –Fred apretó los ojos mientras fruncía los labios –Al parecer el joven Freddy necesita con urgencia una cirugía; sin embargo, su cuerpo no da para más. La cirugía es demasiado pesada sin mencionar que el costo es increíblemente alto, sería mejor si olvida...

–¡No! –Respondió rápidamente el azabache –De ninguna manera haré eso –Pasó saliva y aclaró su garganta ya que se había formado un nudo en ella, es decir, quería llorar –Doctor... Por favor... Salve a mi hermano...

–Joven Fred... ¿Sabe lo riesgoso qué es? –Preguntó el médico al habla.

–Lo sé... Sólo hágalo, prometo pagar la cuota... –Sin más colgó la llamada y recargo su cabeza en la fría pared dando golpes. Estaba en aprietos y eso lo frustraba demasiado.

El dinero siempre fue un problema para él, nunca contaba con lo necesario. Estaba a tope de deudas y comenzaba a sofocarse; no obstante, el salvar la vida de su hermano gemelo era lo más primordial en su mente. No importaba cómo ni dónde, el juntaría dinero para poder pagar el hospital de Freddy.

Estaba tan hundido en sus pensamientos que olvidó que se encontraba en el trabajo. Eso fue hasta que un gran estruendo sonó dentro del bar.
La puerta principal se había abierto y de ella unos hombres ingresaron al establecimiento.

¿Qué hora era? ¿Qué día? Ah... Es verdad, era ya sábado por la madrugada, exactamente las 12:06 AM.
¿Recuerdan aquellas personas del pago extra? Así es. Eran ellos.

–¡Ya llegué! –Carcajadas salían de las bocas de estas personas. Gritaban y caminaban cómo si el mundo les perteneciera y pudieran hacer los que les plazca, aunque en cierta forma era cierto. Tenían todo el dinero a su disposición, compraban todo, si veían algo lo tendrían a toda costa. Y la miseria de esa mañana empezó.