°18° Alta

1.1K 150 54
                                    


Habían pasado 3 días y ninguno había dado señales de vida.
Hoy por fin darían de alta al castaño y un alegre pelinegro lo esperaba con ansias para poder molestarlo una vez más.

–Aaaah se tarda mucho –Exaltó ya cansado de esperar a su hermano en la banca del hospital.

–¿Podrías dejar dejar de hacer tanto escándalo? Quiero hacer mi trabajo... –Dijo la recepcionista de cabello azul mientras terminaba algo de papeleo par poder irse a casa.

–Oye Usagi...

–¿Mh? –Preguntó sin despegar la vista de aquella enorme pila de carpetas.

–¿Por qué trabajas aquí? –La chica mencionada alzó una ceja y con curiosidad desvío su mirada al de ojos plata.

–¿A qué viene esa pregunta?

–Curiosidad.

–Bueno... Mi madre trabaja aquí.

–Vaya, nunca me habías contado acerca de tu familia –Usagi torció su boca en una mueca de desagrado y regresó su vista a esa última hoja que tenía que firmar.

–No creí que fuera importante, aunque viéndote, es obvio que estás aburrido.

–¿Tu padre también trabaja aquí? –La pregunta tomó por sorpresa a la chica de ojos esmeralda y en un descuido atravesó la hoja con la pluma haciendo retroceder al chico parado frente a ella. Soltó un largo suspiro y respondió.

–No, el trabaja en otra cosa...

–¿Sabes? Ahora mismo temo por mi vida, así que no preguntaré más.

–Gracias. –La chica le propinó una tétrica sonrisa y continuó su trabajo.

Al cabo de unos minutos llamaron al azabache para terminar con algunos papeles para poder dar de alta al castaño.
Después de algunos minutos ambos salieron caminando del hospital como si fuera lo más normal del mundo.
Una vez afuera se detuvieron para mirarse fijamente, estaban felices, pero... ¿Quién lo aceptaría primero?

–¿Y ahora qué? –Preguntó el de ojos azules.

–¿Pues de qué? Vamos a casa. –Le dio la espalda y continuó caminando

–Espera, ¿a dónde vas?

–Ya te dije, a casa.

–¿Pero que acaso el no viene contigo? –Señaló un auto estacionado en la acera a unos pocos metros de ellos. Fred frunció el ceño y miró confundido a dónde apuntaba su hermano. Grande fue su sorpresa al ver a dos chicos dentro del automóvil viendo la escena con diversión.

Se acercó con extrañeza al auto y la ventanilla del piloto comenzó a bajarse con lentitud revelando a un albino con gafas de sol y una sonrisa burlona, Fred bufó al ver tal cosa.

–Hola, ¿taxi? –Sin poder evitarlo soltó una risa para proceder a hacer una seña a Freddy para que se acercara.

–Tonto –Ambos subieron a la parte trasera del auto y se fueron directo a casa de los Fazbear.

Durante el trayecto del asiento de copiloto se asomó una cabellera rubia y a todo esto... ¿A qué hora llegó allí?

–¡Hola! –Gritó con entusiasmo el chico de ojos avellanas asustando al par de hermanos detrás de él.

–¡¿Ghalette?! ¡¿Qué demonios haces aquí?! –Preguntó al borde de un paro cardíaco el pobre chico de ojos plata.

–Emmm... ¿Nos conocemos? –Preguntó un poco extrañado. Gold tosió "disimuladamente".

"El Contrato" ||GoldFred||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora