No soy yo, son los astros. [м.у.g + ρ.ʝ.м]

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—Jimin...

—¿Sí? — soltó una risa

—¿No crees que nos están observando mucho? —preguntó, evadiendo algunas miradas, manteniendo su gesto inexpresivo

—No... ¿te sientes así?

—Pff, claro que no

—¿Y entonces porqué te escondes detrás de mí?

YoonGi observó la escena con más claridad, ambos esperaban en la parada de autobús junto a un par de compañeros. Las personas que pasaban sí miraban al mayor, pero eran miradas ocasionales, ellos ni siquiera recordaban verlo con claridad. Y los compañeros, lo observaban por su extraño comportamiento.

—Yo no me escondo —se colocó a su lado con seriedad—. Ellos de verdad me miran

—Claro, yo también vería curioso a un chico que se esconde detrás de otro

—Como sea

El autobús había llegado, los chicos subieron después de sus compañeros, y al hacerlo, YoonGi notó que las miradas se hacían más intensas y acusadoras.

—Camina más rápido —ordenó a Jimin con desespero

—De acuerdo... —obedeció completamente confundido

El rubio avanzó hasta los dos asientos sobrantes de la parte trasera; por un momento, al estar avanzando, había comenzado a entrar en la paranoia de YoonGi al escuchar murmuros. Pero soltó un suspiro y sonrió, es normal que la gente hable bajo para mantener su conversación en privado.

Al llegar, antes de poder sentarse tranquilamente, el mayor lo sentó de golpe para poder estar a su lado lo más pronto posible.

—¡Yoon! —se quejó algo molesto y avergonzado—. ¿Cuál es tu problema?

—¡Lo siento! —musitó nervioso—. Jimin, de verdad nos miran

—Claro que no Min

Jimin levantó la mirada por sobre los asientos, sí había compañeros que los observaban, pero él pensó que probablemente sería por la actitud paranoica que tomaba su amigo.

—YoonGi, ¿estás bien? —preguntó realmente preocupado

—Claro, ¡estupendo! —Jimin notó el sarcasmo en sus palabras—. Hoy recibí la noticia de que soy el nuevo dueño del maldito periódico y además me estoy volviendo loco... ¿porqué habría de estar de otra manera?

El menor no quiso decir nada, sabía que alguien como YoonGi sólo necesitaba ser escuchado y comprendido, él odiaba los sermones tontos donde le decían, “todo estará bien”, o “háblalo mejor con ella”.

El silencio hizo calmar el pesado temperamento del pálido, soltando un suspiro antes de mirar a su amigo.

—Lo siento... no quise hablarte así —se disculpó el mayor al notar su mala actitud

—Está bien Yoon, entiendo porqué estás molesto

—¡Es sólo que... no comprendo porque quiere que maneje el estúpido periódico! Yo quiero ser compositor, y es una u otra cosa

—Sé que lo has hablado con ella muchas veces y que no quiere cambiar de opinión y, no sé, tal vez deberías preguntarle el porqué quiere darte la empresa

El mayor lo observó con seriedad, cosa que preocupó a Jimin haciéndolo pensar que le molestó lo que decía.

—Tienes razón —soltó con desánimo el castaño—. Realmente no quiero escucharla, pero es cierto que ni siquiera sé porqué me quiere dar esa maldita empresa