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—¿Ya vas a salir?

—No

—¡Ya sal de ahí!

—¡No!

TaeHyung volvió a gruñir molesto al ver a Jimin cruzarse de brazos. ¿La cuestión? Al terminar las clases, TaeHyung decidió ir por Jimin a su salón; esperó, mirando a todos los de esa clase salir con prisa, uno detras de otro. Y Jimin, jamás salió.

—¿Por qué sigues ahí sentado? —cuestionó el castaño exasperado, recargado en el marco de la puerta

—Ya te dije TaeHyung... voy a esperar un poco

—¿A Min YoonGi? —el rubio lo miró mal, él soltó una risa—. Jimin, ha pasado más de media hora, tal vez te está evitando

Algo en Jimin dolió al escuchar aquellas palabras tan secas: Min YoonGi no regresaba para evitarlo. Y si quería evitarlo, tal vez era porque se había arrepentido de lo que diría.

Sin darse cuenta, sollozó.

—¿Pero qué...?

—Es cierto, tal vez me está evitando —mumuró Jimin sin moverse, sin mirarlo—. Lo he arruinado... otra vez

Los ojos de TaeHyung se abrieron preocupados cuando vio a su pequeño amigo quebrarse frente a él, había metido la pata nuevamente.

—Jimin... —su voz tembló—. ¡Ya déjalo y ven acá!

Su amigo no reaccionó, simplemente intentó ocultar su rostro con vergüenza mientras lloraba. TaeHyung no lo pensó más y entró velozmente al aula, caminó decidido hasta su amigo y tomó su mochila que se encontraba en el piso.

—¿Qué haces? —preguntó Jimin en voz baja, desconcertado al mirarlo

—Yo llevaré tus cosas por hoy —TaeHyung sonrió—. Pero no esperes que te cargue a ti también

Jimin soltó una risa cuando su amigo le extendió la mano amablemente, él la tomó y se levantó de su lugar con pereza.

Ambos chicos caminaron por los pasillos vacíos del edificio del mayor, ninguno había dicho nada hasta el momento.

—¡Mira nada más quién está ahí!

Jimin se detuvo cuando TaeHyung lo hizo, confundido levantó la mirada hacia la salida y abrió los ojos al ver al chico de cabello color azabache.

—¡Hoseok!

—¿Creíste que me iría sin tan siquiera verte, Jiminnie? 

El pequeño rubio sonrió hasta hacer desaparecer sus ojitos, caminó hasta Hoseok esperando un saludo formal, en cambio, fue recibido con un gran abrazo por parte del mayor.

—Es bueno verte de nuevo, mi pequeño

—¡Ya~! —se quejó Jimin con una risa, totalmente feliz—. Me alegra encontrarte Hoseok

—Hola, por cierto

Ambos chicos miraron a TaeHyung, de pie junto a ellos dos y cruzado de brazos bastante indignado.

—Lo lamento tanto —se excusó Jimin con diversión

—Ah, TaeHyung... eres todo un personaje, ¡qué bueno que Jiminnie me hizo conocerte!

—Claro —el castaño entrecerró sus ojos con desconfianza—. Todavía no sé si pienso lo mismo

—¡TaeHyung! —Jimin lo reprendió—. Hoseok es muy buena persona

—¿Te interesa mi amigo?

—¡Kim!

El chico pelinegro soltó una risa agradable al ver a Jimin lleno de vergüenza y molestia, era muy lindo. 

No soy yo, son los astros.  [м.у.g + ρ.ʝ.м]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora