Capítulo I

515 34 0
                                    

When you were here before

La única razón por la que está allí es porque esto es, por supuesto, su trabajo.

Los ojos de la mujer se clavan fijamente en él mientras su frente se puebla por gotitas de sudor. No sabe si logra verlo en estos últimos agonizantes momentos y, a decir verdad, tampoco es que le importe.

Entonces se escucha el llanto. La mujer sonríe aunque no tenga fuerzas, y el bulto ensangrentado que ahora está sobre su pecho no para de llorar.

El médico es un hombre bueno (se le nota en la mirada), y no sabe qué hacer más que observar, impotente, a la mujer moribunda y sus últimos momentos de felicidad.

—Rey —murmura la mujer.

El médico asiente, y toma su mano.

—El nombre de tu hija.

Desearía tener palabras de consuelo para la mujer, mas, al igual que el doctor, no se le ocurre qué podría decir.

Él no ama ni es amado por nadie. El lazo entre una madre y una hija está más allá de su comprensión.

El médico permanece a su lado mucho después de que ella haya dejado de respirar.

Pero esto él no lo sabe.

Él ya se ha retirado, el alma de la mujer en su hombro mirando atrás una y otra vez, preocupada por tener que dejar a su hija.

—¿Ella estará bien? —pregunta el espíritu que revolotea a su alrededor.

Él miente, porque nunca nadie le ha obligado a decir la verdad:

—Sí.

A tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora