Capítulo II

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Couldn't look you in the eye

La siguiente vez que ve a Rey, es una niña de cinco años.

El perro viejo que ha conocido durante toda su vida ha exhalado su último aliento, y ella es la única testigo.

Él se arrodilla al lado del cuerpo aún tibio del animal y, al principio, no la reconoce: es una niña ahora, aunque sus ojos de un pardo verdoso y su cabello castaño no dicen demasiado al verse enmarcados en un cuerpo casi raquítico debido a la mala alimentación.

Solo levanta la vista para ver las lágrimas de la niña cuando escucha a otro de los niños llamarla.

—¡Rey! —El chico corre hacia ella—. ¡Trae a Chewie y vamos a jugar, ¿por qué tardas tanto?!

Esta vez se ve obligado a arrastrar al alma del perro: este no quiere dejar a la niña, sin importar las consecuencias.

Él no terminar de comprender esto, pero lo encuentra más admirable que el simple miedo de partir; el amor a quedarse.

A tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora