Capitulo 9

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Fui a ver a Zuko, su padre había quemado la parte de su ojo, solo una parte de su rostro, sabía que dejaría una cicatriz, que yo no podría evitar la cicatriz pero podía sanar o aliviar el dolor que sentía. En cuanto el Agni Kai termino ella se fue lo más rápido posible para encontrar a Zuko, ella tenía una taza con agua la cual uso rápidamente, hizo una pequeña bola de agua y se acercó a Zuko.
- Quita sus manos, solo lo empeorarás- decía la muchacha con sumo cuidado.
- ¡Lo se!
- Zuko tranquilízate- se quitó las manos y ella empezó a curarlo.
- Gracias _____, en serio muchas gracias- la abrazo haciendo que la chica tirara el agua al piso.
- Anda, tienes que descansar, pues- ella suspiro- tienes un largo día por delante.
- Tu también.
- Prometo verte en la mañana Zuko y que ni se te vaya a ocurrir acercarte a las tribus agua.
- No prometo nada, si el avatar se encuentra ahí tengo que encontrarlo.
- Zuko.
- Está bien, solo si prometes que nos volveremos a ver.
- Te prometo que así será Zuko.
El chico sonríe y besa la comisura de los labios de la princesa para después retirarse, ella rápidamente recoge el agua que Zuko le había hecho derramar y la pone en un traste para poder dejarla ahí son que nadie sospechase nada.
La chica paseaba por los jardines pensando en Ursa, le preocupaba mucho, pues se le hacía muy raro que la princesa Ursa desapareciera de un día para el otro. El mismo día de La muerte del gran señor del fuego Azulon. Entre pensamientos choco con Ty Lee y tanto ella como la amiga de Azula cayeron al suelo.
- Perdóname Ty Lee.
- No usted perdóneme princesa _____
- Sabes que no es necesario, frente a tu nación no soy nada.
- Claro que si eres la prometida de...
Ty Lee se quedó callada pues sabía lo que había pasado con Zuko.
- Del príncipe exiliado- dijo Mei uniéndose a la platica.
- Así es, nunca voy a ser la gran cosa aquí en la nación del fuego.
- Bueno, para el señor del fuego Ozai tal vez no seas la princesa de la Tribu Agua del norte, pero eres su más grande estratega.
- Bueno tal vez en eso tengan razón.
La chica mira a sus alrededores buscando algo para ubicarse.
- Ya se va a poner el sol, con permiso chicas tengo que empacar.
- Claro, nos vemos después de tu batalla, espero que la ganes.
- Tenlo por hecho- sonríe y las abraza- espero verlas pronto.
La castaña se retiró, pues tenía que ir a dormir y a repasar la estrategia, hasta que se quedó dormida en su pequeño escritorio con un mapa de las cuatro naciones. Se levanto temprano y se alistó, pues no le quedaba de otra, además prometió encontrarse con Zuko antes de que se fueran. Se vistió con su uniforme de la armada de fuego y salió de su habitación con un par de espadas. Salió del palacio hasta llegar a la orilla, donde el agua chocaba con la tierra haciendo un ruido que ella realmente disfrutaba.
- ¡Zuko! - sonríe y va a verlo.
- Hola princesa.
- Te adoro, cuídate y espero verte pronto.
- Si te lo prometo corazón.
Ella se sonrojó por el apodo, sonríe y lo mira.
- Ya me tengo que ir Zuko.
- Adiós pequeña.
La niña sonríe y se sube al barco pero se encuentra con Iroh.
- General Iroh.
- General retirado mi querida ______.
- Lo se, pero lo fue.
- Se que extrañas a Lu Ten.
- Más de lo que puede imaginar.
- Prometo cuidar a mi sobrino.
- Gracias, también cuídese usted General Iroh.
- Lo haré pequeña.
Ella sonríe y lo abraza, ella llevaría a cabo su plan, pues tenía un plan ya bien establecido, claro, además de la estrategia.
Ambos barcos zarparon, cada uno por un rumbo diferente, pues llevaban diferente dirección, una iría al reno tierra y el otro iría a visitar todos los templos aire para buscar cualquier indicio o pista del posible paradero del Avatar.
La chica zarpo hacia el reino tierra pues seguían con las conquista en aquel reino, que definitivamente no tenía la culpa de que la nación del fuego quisiera conquistarlos.
Una vez llegaron al reino tierra la chica rápidamente planeó la estrategia y las tropas se empezaron a desplegar. Ella se puso un atuendo color verde y se va rápidamente a la aldea más cercana.
Ahí se encontró con un viejo amigo.
- Hola.
- ____, ¿en serio eres tú?
- Claro que soy yo Mateo.
- Me alegra, ¿que haces aquí?
- Soy comandante de la armada de fuego.
- ¡¿QUE?!
- Lo se, es inesperado, y van a atacar su aldea pronto hazme un favor y mátame en cuanto lleguen, ya vienen en camino, sin mi se retiraran y su aldea ya no correrá peligro.
- No ____ estas loca, yo no puedo matarte.
- Claro que puedes, tienes que hacerlo, por tu pueblo.
- No pienso matarte.
- No tienes que matarme realmente, solo finge.
- ¿Como?
- Finge mi muerte, ya lo tengo pensado, porque la nación de fuego esta buscando al Avatar, y ambos sabemos que pasara si lo logran atrapar, y no puedo permitirlo, no si lo puedo evitar, se que tal vez no sea lo mejor pero necesito ayudarlo y encontrarlo antes de que la nación del fuego lo haga.
- Está bien, pero si algo sale mal.
- Nada va a salir mal, tengo que irme, pues además de tener que cambiarme tengo que guiar una armada, hazlo rápido, entre más rápido me mates o finjas hacerlo más rápido terminará este ataque y menos daño sufrirá, por favor.
- Te lo prometo.
- Muchas gracias.
Ella se fue y se alistó con su uniforme de la nación de fuego; en cuanto el ataque comenzó no pasó mucho tiempo antes de que ella se encarara con Mateo, ambos dieron una gran batalla pues ella no podía dejarse derrotar tan fácil, cuando ella cae como lo predijo la armada se disipó y se va.
Una vez que la armada se retiró ella se levanto y se quitó todo el armamento.
La noticia de la muerte de la princesa de la Tribu Agua del Norte recorrió rápidamente la nación del fuego hasta que llego a oídos de cierto príncipe.
- Sobrino.
- ¿Que pasa tio?
- Es sobre ____.
- ¿Que pasa con ella?
- La mataron al frente, igual que a mi hijo.
- Tio deja de jugar.
- No estoy jugando querido sobrino.
- No puede ser.
- Lo lamento.
El chico se va y se encierra en su cuarto.
- Me prometiste que nos veríamos de nuevo _____. Me lo prometiste princesa.

Amor por compromiso (Zuko y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora