CONDENAS Y CASTIGOS

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Dejó caer su cabeza en el respaldar del asiento del carruaje. Sentía que cualquier momento iba a desmayarse. No estaba bien.

¿Qué haria ahora? No sabía, tampoco queria pensar en ello mucho tiempo. Lo primero que haría seria abrazar a sus padres y refugiarse en los brazos de su madre.

Ahora mismo se sentia sólo, no estaba JungKook ni YoonGi con él. Se sentia desfallecer. Aparte de su dolor le preocupaba JungKook,  no queria que él Rey lo castigará o lo matará.

Se sentia culpable, si hubiera sido sincero con YoonGi,  nada habria pasado. El pelinegro no hubiera confundido las cosas y él estaría ahí con él.

JungKook seria feliz con TaeHyung y él...él...le hubiera dicho a YoonGi que esperaba un bebé.

Al recordarlo, pasó su mano por su estómago, acariciandolo y las lagrimas de nuevo aparecieron. Ya no queria llorar. Se sentía cansado de hacerlo.

— Esta vez creo que solo seremos tú y yo bebé — habló aun acariciando su estómago.

Se sentia frustado. Débil y sólo, no le gustaba sentirse de ese modo. Se había acostumbrado tanto al calor de YoonGi. Que no estaba seguro de poder dormir bien en las noches.

De repente el carruaje se detuvo, se limpió rápidamente sus mojadas mejillas y tallo sus ojos.

El sirviente apareció al abrir la puerta y sólo le sonrió con amabilidad y respeto.

—Llegamos majestad— le dijo y Jimin pudo observar el Palacio donde habia crecido.

Jimin le devolvió la sonrisa y bajo del carruaje. No sabía si sus padres estaban enterados de todo.  Sin mirar atrás caminó un poco hasta entrar al patio de la entrada.

Todo estaba como la última vez que lo habia visto. Sonrió con los ojos cristalizados al observar a su madre salir del interior del Palacio.

Y corrió a abrazarla como si en un Milenio no la habria visto. Enredó sus brazos en el cuerpo delgado de la Reina y lloró.

Lloró como un niño que necesita protección después de caerse. Y es que de verdad lo necesitaba. Se sentia como si estuviera caendo en un precipicio sin fín.

—Jimin...te extrañe hijo — su madre besó sus cabellos con cariño. Se separó un poco y le sonrió.

—Vamos adentro, tu padre te esta esperando — dijo la Reina sin dejar de rodearlo con sus brazos.

El sirviente solo los siguió en una distancia prudente, con las valijas de Jimin a cada lado en sus manos.

Se adentraron al inmenso lugar y Jimin pudo respirar un poco de paz.

—Jimin, mi pequeño — El Rey saltó a abrazarlo cuando ya estuvo en frente de él. 

Jimin lo abrazó con tanto cariño, se sentia protegido de nuevo, después de YoonGi su padre era que le hacia sentir protegido.

—Estas aquí...— su padre habló estrechandolo una vez más en sus brazos.

—¿Y YoonGi? ¿No vienes con él? — preguntó la Reina al darse cuenta que sólo era Jimin.

—Eh, no...él-

—Mando una carta hace una hora — dijo su padre y Jimin se tenso. — Dijo que Jiminnie nos habia extrañado,  que quería venir a visitarnos y pues...se quedará un tiempo. — Su padre sonrió.

Jimin suspiró un poco aliviado, estaba agradecido porque YoonGi no haya dicho nada.

—Es bastante raro que JungKook tampoco éste contigo, es tu sirviente personal — agregó su madre acariciando los cabellos del menor.

El Amor De Un Príncipe ▪YoonMin▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora