Capítulo 13.

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Tal vez no debería estar ahí, tal vez era una mala idea.

Sí, inspeccionar los archivos de las misiones de Sonic para averiguar que ocultaba con respecto a la familia de su mejor amiga no parecía para nada una buena idea, sin embargo, ya no había vuelta atrás.

Al menos tenía forma de averiguarlo, según tenía entendido Tails diseñó esa organizada forma de archivar los datos conocidos sobre alguna misión que requería más esfuerzo que de costumbre, y por lo tanto más datos archivados sobre ésta. El asunto de la misión sobre la familia real Acorn parecía de suficiente seriedad como para que se encontrara en ese lugar.

- Vamos, debe estar por aquí...- murmuró entre un gruñido de inconformidad. No habían tantos archivos, ya que las misiones a las que acostumbraban ir no eran de gran seriedad o Sonic y el equipo podían aprender los datos de ésta sin tanta complicación, sin embargo, al ser algo solo encargado al erizo estaba casi segura de que los datos se encontraban en algún lugar.

El tema de cómo había podido entrar a aquella propiedad no era difícil de explicar, en una de sus salidas juntos, Amy pudo ''tomar prestadas'' las llaves de la casa a Tails, pues tenía conocimiento que éste no estaría en ella por lo menos dos días para trabajar en un proyecto otorgado por la reina Aleena, y después simplemente podría excusarse con que seguramente quedaron olvidadas por el zorro en su casa tras irse con tanto apuro en sus últimas reuniones.


Rebuscó una vez más, sabiendo que seguramente no encontraría nada. Suspiró resignada y se dejó caer en el suelo frunciendo el ceño. Se sentía frustrada, no solo por el hecho de que no encontraba lo que deseaba, más bien por saber en lo que se estaba convirtiendo, ¿Entrando en una casa ajena? ¿Tratando de robar información? ¡Esa no era ella!

Poco a poco sentía como la Amy Rose a la que todos conocían desaparecía, y tal vez eso no era tan malo, si no fuera por las consecuencias de por medio. Acarició el puente de su nariz apretando la zona con inconformidad y suspiró un par de veces intentando mantener sus pensamientos en orden.

Tenía problemas, personales y de los que apenas podía hacerse consciente, y aún así se encontraba metida en un conflicto que no era por ella, ni le afectaba de manera muy personal, aun así intentaba averiguar más sobre ello, no por el hecho de que la curiosidad de saber sobre algo que no le incumbía era muy grande, sino por el hecho de ver el rostro triste y confundido de su mejor amiga ante la ignorancia de la situación en su propio reino.

Y aunque sus acciones le hacían creer que era el peor ser de ese mundo, no podía evitar sentirse infeliz si ella no era feliz. Por eso temía, en saber como terminaría todo el asunto, que tanto puede afectarle a su mejor amiga las noticias de su reino y de su engaño. La amaba, incondicionalmente y con cariño no podía evitar amarla como la hermana que siempre deseo tener, por eso no podía enterarse, no podía romper esa radiante sonrisa, ni apagar esos azules ojos. La joya de la familia Acorn era la única que podría traer esperanza al reino pues era su futura reina, ella no podía hacerle ello.

Y aún así, actuó. Por deseo propio y egoísmo, por desear algo que no podía tener, al menos de la forma en la que ella quería, es por eso que deseaba que Sally supiera al menos lo que pasaba frente a sus ojos. Hacerle entender lo que pasaba en su reino, pues tenía derecho a saberlo como la futura gobernante, y posteriormente hacerle saber sobre su error y aventura.

No podía ocultarle algo así, no podía dejarlo y hacer que viviera en la ignorancia de sus acciones, merecía la pérdida de su amistad aún sin importar cuanto doliera. El simple error que cometió la orilló a aceptar tantos castigos.

- No tengo remedio.- rió con ironía obviando las lagrimas de orillaban sus ojos. Apretó los labios probando levemente en brillo con sabor a cereza y limpió una gota que caía de su barbilla. Pensar en ello siempre la hacía soltar lagrimas, y el pensamiento de que se había convertido en una total llorona le hacía reír internamente.

Sin previo aviso, el sonido de la puerta abriéndose la alertó, haciendo que pegara un pequeño brinco, tapando sus labios para interferir con cualquier sonido de sorpresa que la delatara. Con rapidez se agachó tras un escritorio ancho, lo suficiente para pasar desapercibida si el que entraba no prestaba demasiada atención. Un ahogado suspiro de alivio paso casi por sus labios al notar como el erizo azul se encontraba leyendo una carpeta mientras caminaba distraídamente por la habitación. Su vista no era la mejor, pero aseguraba haber leído el apellido de su amiga en la portada de aquella carpeta llena de papeles. Parpadeó un par de veces con un intento fallido de ver más detalladamente la información que contenía.

Escuchaba a Sonic murmurar incoherencias, con el ceño fruncido mientras golpeaba el piso con la suela de su zapato, y ella conocía el gesto, estaba desesperado, irritado. Sabía que no podía con tanta presión, teniendo una misión en sus hombros y sin tener opción de consultar con los demás, ¿Cómo podría hacerlo solo?

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora