22: EL SECRETO

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Casa de CassandraDecir la verdad

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Casa de Cassandra
Decir la verdad

Shawn toca el timbre de la enorme casa frente a él. Se cruza de brazos en forma de protección, es la primera vez que va a la casa de su amiga y no porque no quisiera, solo que su estilo de vida era muy diferente a la de él, y ella ya le había dicho que sus padres eran un tanto... especiales.

Escucha los pasos dentro de la casa. Una mujer vestida de negro con un mandil en su cintura es quien le abre la puerta, lo mira con seriedad.

—Buenas tardes. —dice Shawn.

—Buenas tardes. ¿Qué desea?

—Vengo a buscar a la señorita Cassandra. —dice tratando de sonar lo más formal posible.

La mujer le da una mirada rápida a su atuendo y se hace un lado, dejándolo pasar.

—Le avisaré a la señorita que está aquí buscándolo...

—Shawn. Shawn Mendes.

—Bien. —asiente sin quitar su mirada seria. —Puede quedarse aquí en lo que la señorita lo atiende.

Shawn asiente viendo a la mujer desaparecer. Da un vistazo rápido a la casa. Muchas decoraciones que lucen bastante caras, fotos de la familia, una pantalla gigante en medio y todo muy bien limpio. En una de las fotos puede ver a Cass con sus padres, los tres lucen ropa muy elegante y están frente un edifico enorme, que Shawn está seguro que ese lugar no está en Londres. Ahora entiende a lo que se refería su amiga a que su vida era muy diferente dentro de su casa y fuera de ella.

—¡Shawn! —Cassandra baja con rapidez, usando una bata blanca y unos tubos gigantes en su cabeza. También está muy bien maquillada.

—¿Cass? —intenta no reír. —¿Qué clase de sombrero estás usando?

—¿Qué haces aquí? —lo ignora, acercándose a él.

—Vine a hablar contigo, no podía esperar hasta el trabajo. Pero si te avergüenzo me voy. —bromea.

—No, no. Tú sabes que mis padres no están muy contentos con que trabaje en la cafetería, ellos han hecho todo lo posible para que renuncie. Ellos saben más de lo que deberían.

—¿A qué te refieres? —frunce el ceño.

—Ellos saben todo, Shawn. —arruga el ceño con preocupación. —Ellos están obsesionados. Investigaron la cafetería, quien trabaja ahí y sus antecedentes. Ellos te conocen y no tienen buena percepción de ti.

—¿Ellos saben...?

La puerta principal se abre, revelando a dos personas de unos 40 años. Una mujer con un bonito vestido, joyas y un peinado que Shawn juraría que es demasiado perfecto para ser real, y un hombre con un traje muy bien cuidado, una camisa perfectamente planchada. El perfume de ambos se cola entre sus narices, haciéndolo fruncir el ceño.

Pretty Boy |l.s| #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora