Harry es un torpe y algo inseguro estudiante universitario que ha estado enamorado de su mejor amigo. Louis no se da cuenta de lo que siente, hasta que es muy tarde.
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Auto de Louis Alejarte
El camino a la casa del rizado se hace silencioso. Harry ha dejado de llorar, se encuentra recargado en la ventana del auto con la mirada en el camino.
Louis aprieta con molestia el volante, quiere saber qué sucedió, saber si realmente Harry se encontraba bien. Quería ir con Malik a seguirle gritando por haber hecho llorar a su amigo. Su pecho duele de la angustia al ver tan apagado al rizado, quiere detener el auto y abrazarlo hasta que esté mejor, pero no lo hace. Suelta un suspiro y continúa manejando a la casa del rizado.
En cuanto llegan, no pasa ni un minuto cuando el rizado ya está fuera del auto, avanzando rápidamente al interior de la casa. Louis baja rápidamente, siguiéndolo, entrando detrás de él.
—Harry. —dice, cerrando la puerta. Ve al rizado de espaldas, a punto de subir las escaleras.
—Gracias por traerme. —dice sin girarse. Su voz esta ronca. —Puedes irte.
—No hasta que hables conmigo. Soy tu mejor amigo, Hazz. ¿Qué sucedió? —se acerca, quedando detrás de él.
Harry gira, mirando al castaño a tan solo unos centímetros de él. Da un paso hacia atrás, bajando la mirada.
—Todo está bien.
—No, no está bien. Te conozco, no estás bien. —da un paso hacia delante, intentando estar más cerca del rizado.
—Louis...
—¿Hola?
Ambos giran la cabeza, viendo a la castaña bajar las escaleras.
—¿Todo bien? —pregunta, mirándolos.
—Louis ya se iba. —dice Harry, subiendo rápidamente las escaleras.
Louis va a seguirlo, pero Gemma se interpone en su camino, parándose frente a él.
—¿Qué sucedió? —frunce el ceño.
—No lo sé. —dice con frustración. —Estaba con Malik, peleándose, él lloraba. Yo intentaba saber que sucedía, pero no me quiere decir. —divaga. —Solo quiero que esté bien. No me iré hasta que lo esté.
—No parece querer verte. —mira hacia las escaleras. Regresa su mirada al castaño. —Ve a casa Louis, yo hablaré con él.
—Gemma, no...
—Por favor. Deja que se calme. Te hablaré si sucede cualquier cosa.
Louis quiere negarse, quiere esquivar a la castaña, subir y estar junto a su amigo. Mueve su pie con impaciencia, alternándose entre mirar por donde se fue el rizado y observar a la chica. Suelta un suspiro ruidoso.
—Bien. —dice a regañadientes. —Pero, cualquier cosa que pase, por más mínima que sea, me hablarás y estaré aquí lo más rápido posible, ¿de acuerdo?
