Harry es un torpe y algo inseguro estudiante universitario que ha estado enamorado de su mejor amigo. Louis no se da cuenta de lo que siente, hasta que es muy tarde.
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Casa de los Mendes Viaje
Su día había sido más pesado de lo esperado, sentía que en cualquier momento colapsaría y caería en un sueño profundo. Siente sus piernas doler, arrastrándolas dentro de su casa. Gruñe un poco al ver las escaleras frente a él, le tomaría todas su fuerzas llegar hasta su habitación.
Días atrás había hablado con su jefe para que pudiera salir temprano ese día, le tiró la excusa que tenía muchas tareas pendientes y no quería atrasarse en la universidad. Solo recibió un asentimiento y recordatorio de que tenía que reponer esas horas después. Shawn salió con una sonrisa en su rostro, para contarle a su compañera de trabajo.
—¿A fin de mes? —le reclamó con ojos horrorizados. —¿Tú quieres quedarte sin amiga y compañera de trabajo? ¡Los clientes me comerán viva!
Shawn río por lo dramática que era su amiga.
—Solo será medio día. Además, no creo que sea un día pesado.
Y vaya que se había equivocado. Parecía que habían ofrecido bebidas gratis y el rumor había corrido por toda la zona. La campana de la entrada no había dejado de sonar. Estaba seguro que no tomaría café dentro de mucho tiempo.
Apenas pudo intercambiar unas palabras con el chico que lo supliría, antes de correr por sus cosas.
—¡Y me dejas con el patito! —le dijo Cass, luchando contra la máquina de espresso.
—Estarán bien. —aseguró, viendo al chico tomar pedidos. —Eres fuerte. —bromeó golpeando su hombro ligeramente.
—¡Me lo debes, Shawn! —fue lo último que escucho antes de salir de la cafetería.
Inspira una gran cantidad de aire para subir las escaleras, cuando su madre lo llama.
—Shawny, ¿estás ahí?
—Hola, mamá. —intenta sonreír, arrastrándose hasta la cocina.
—Llegas temprano. —le dice cuando llega a ella.
—Sí, mi jefe me dejo trabajar solo medio día. —se encoge de hombros. —¿Dónde está Sofía? ¿Se siente mejor?
—Ella está bien. Fue con tu padre al supermercado. —hace una mueca. —Ay, cariño. No creí que llegaras temprano, iba a dejarte una nota.
Shawn arruga la frente.
—¿Nota? ¿Para qué?
—Tu tía nos llamó, quiere que tu padre le ayude con algunas cosas en su casa. Pasaremos unos días allá e iremos a visitar a la abuela.
—Mamá, sabes que no...
—Lo sé. Tu trabajo. No te estamos pidiendo que nos acompañe. —niega. —Tómate esto como unas pequeñas vacaciones de nosotros. —ríe.
