Harry es un torpe y algo inseguro estudiante universitario que ha estado enamorado de su mejor amigo. Louis no se da cuenta de lo que siente, hasta que es muy tarde.
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Casa de los Styles Consejos de Mamá
—¿Estás segura de que luzco bien? —pregunta mirándose al espejo. Su cabello está corto de los lados, mientras que lo demás está ligeramente peinado hacia arriba. Sus rizos son menos visibles, lo que hace que sus facciones se marquen aún más.
—Te ves guapísimo. —responde Gemma, acercándose con una pequeña caja en sus manos. —El verde luce muy bien en ti. —mira su conjunto que consta de un pantalón verde y un suéter marrón, en sus pies hay unas vans negras. —¿Estás listo? —le muestra la caja.
—¿No dolerá?
—No. Sentirás algo incómodo pero te acostumbrarás. —saca los lentes de contacto.
Harry se quita las gafas. Toma un respiro, mirando a Gemma, abriendo los ojos con exageración. Ella ríe ligeramente.
—No te vayas a mover o te saco el ojo.
—¡Gemma!
—Es broma. —se acerca, abriendo el párpado del rizado. Con su dedo coloca el lente de contacto con sumo cuidado, repite el proceso con el otro ojo. —Parpadea lentamente. —su hermano hace lo que dice. —¿Cómo lo sientes?
—Extraño. —dice frunciendo un poco el ceño. —Pero puedo ver, ¿siempre has sido tan pequeña?
—Oh dios, cállate. —golpea su brazo. —Mírate al espejo.
—No quiero.
—Vamos, luces increíble. Tu identidad ha sido revelada. —bromea.
Harry gira su cuerpo, mirándose al espejo. No lucia nada mal. Sus ojos se veían más verdes sin los lentes.
—O los lentes de contacto tienen un filtro que me hacen ver bien o de verdad luzco bien sin lentes. —dice sin dejar de mirarse al espejo.
—Luces bien. —le sonríe Gemma. Se coloca detrás de él, colocando su barbilla en el hombro. —Solo pulimos un poco este diamante.
Harry le sonríe a través del espejo.
—Iré por mis cosas y nos vamos. —se separa, caminando a su habitación.
Harry suelta un suspiro, saliendo de su habitación con la mochila en su hombro. Baja las escaleras, encontrándose con su mamá en la cocina.
—Que guapo. —dice su madre en cuanto lo ve.
—¿Tú crees? —la mira un poco sonrojado.
—Parí dos hijos muy guapos.
—Mamá. —ríe.
—¿Y a qué se debe este cambio? —pregunta. Está cortando algunos vegetales.
—Nada en especial. —se encoge de hombros. Se acerca. —Hay algo que no te he dicho aún.
