Ya habíamos terminado de comer y la noche se acercaba, cosa que me ponía nerviosa. Alguien iba a morir sí o sí, si Mimi intenta matarme Miriam la mata (y sé que es capaz porque no sería la primera vez que asesina a alguien), y si muero yo pues también la matará igualmente.
No sé que es esta extraña relación que tenemos Miriam y yo pero siento que somos algo más que amigas (aunque quizás exagero) o amigas íntimas, y eso que no se ni siquiera cuantos años tiene, quizás debería conocerla un poco más, pero me da mucha vergüenza porque cada vez que la miro siento muchas mariposas por el estómago y creo que es señal de que me he enamorado.
No estoy muy segura porque yo siempre he sido hetero, pero sí que es verdad que he besado a otras chicas y me gusta. Pero yo pensaba que me seguía gustando Alfred a pesar de lo cabrón que ha sido conmigo.
Creo que necesito hablar esto con mi hermana, que ella es bisexual y sabrá darme consejos sobre el tema.
{•••}
Fui a la zona de los teléfonos y estaban todos ocupados, así que me puse en la cola (detrás de Luisa) y esperé hasta que llegó el turno de Luisa.
-Luisa —dije dándole un toquecito en el hombro—. ¿Puedes dejarme a mí la tarjeta?
-Necesito hablar con mis padres
-¿Tus padres quieren saber algo de ti sabiendo que estás en la cárcel?
-No... Pero yo lo intento
-Por favor Luisa... Necesito hablar con mi hermana de un tema importante, te daré yo otra tarjeta
Suspira y se queda mirando la tarjeta pensativa para después dármela.
-Está bien
-Gracias
Metí la tarjeta y me di cuenta de que no me sabía el número de mi hermana, así que tuve que llamar a mi casa.
-¿Sí? —reconocí la voz de mi madre al momento
-Mamá pasame con Angela
-Amaia hija...
-Mamá —la corté—. No quiero saber nada de ti ni de papá, pasame con Angela
Se escucha a mi madre suspirar y después me pasa con mi hermana.
-¿Sí?
-Angela
-¡Amaia! —es la única persona que se alegra por mí—. ¿Qué tal?
-Bien... Quería hablar contigo de una cosa
-Pues cuéntame
-A ver... No sé ni como empezar y tengo que ir rápido porque esto se acaba —suspiro y empiezo—. Como ya sabes estoy rodeada de muchas chicas y los únicos chicos que hay son los vigilantes de seguridad... Entonces creo que me estoy enamorando de una de esas chicas
-Bien, y... ¿cuál es el problema?
-¿Cómo te diste cuenta de que también te gustaban las chicas? Nunca me lo has contado
-Ah, pues... Resulta que la primera chica de la que me enamoré era mi amiga, pero yo no sabía exactamente si estaba enamorada o no, así que esa misma chica me sacó del armario poco a poco hasta que me di cuenta de que era bisexual —hace una pausa para coger aire—. Y al final pues acabamos saliendo porque la chica también estaba enamorada de mí
-Ah... Gracias, ahora tengo las ideas más claras
-¿Y cómo se llama la chica?
-Miriam... Miriam Rodríguez, una compañera de celda
-¿QUÉ?
-¿Qué pasa Angela?
-Amaia... ¿No sabes quién es esa mujer?
-Em... ¿Mi compañera de celda?
-Amaia esa chica ha salido muchas veces en la tele por asesinatos y atracos
-¿De verdad?
-Sí Amaia, lo que pasa es que como estás en tu mundo no te enteras
-Pero...
El teléfono se colgó porque se había acabado el tiempo, maldecí y dejé el teléfono de mal humor y me marché a la celda para quedarme allí hasta que cayera la noche.
{•••}
Ya estaban las presas metiéndose en sus celdas y los nervios me empezaban a atacar.
Mimi entró a la celda y directamente vino a por mí, me agarró del cuello y acercó mi cara a la suya.
-¿No tienes mi droga verdad?
-N-no
-Muy bien... ¿Sabes qué era lo que iba a pasar si no me la dabas verdad?
-Sí...
-HIJA DE PUTA
Aparece Miriam y le da una patada a Mimi, lo que hace que esta última acabe en el suelo dolorida. Miriam se agacha y le inyecta algo en el cuello y Mimi se toca la zona en la que la ha pinchado e insulta a Miriam.
Miriam no creo que pueda ser capaz de escuchar algo porque cae al suelo desmayada, y detrás de ella aparece Ana con una sartén.
-¿QUÉ COÑO HACES? —le digo empujándola
-ACABA DE PEGARLE A ANA Y NO VOY A DEJAR QUE LA MATE
-Y YO NO VOY A DEJAR QUE LE PEGUES MÁS A MIRIAM
-¿Qué coño hacéis? —pregunta Mireya entrando a la celda
-La gilipollas esta —digo mirándola con asco—. Que acaba de pegarle con una sartén a Miriam
-¿Y Mimi? —pregunta Mireya señalándola
-Ha sido Miriam —dice Ana—. Que le ha pegado
-Ana vete de aquí —dice Mireya mientras que la empuja para fuera—. Te van a meter en aislamiento como vean que tienes una sartén y que encima la has utilizado para pegar a alguien
Y Ana se marcha a su celda y Mireya se agacha para mirar a Mimi y yo hago lo mismo pero con Miriam.
-Miriam... —digo sacudiéndola—. Despierta
Estuve unos cinco minutos haciendo lo mismo hasta que por fin empezó a abrir los ojos.
-Por fin
-¿Quién coño me ha dado?
-Ana, con una sartén
-¿Y Mimi ya se ha muerto?
-No —responde Mireya tomándole el pulso—. Pero le queda poco, ¿le has metido alguna mierda?
-Claro
-¿Y por qué lo has hecho?
-No iba a dejar que matara a Amaia en toda mi puta cara, y a quien voy a matar también va a ser a Ana por darme
-Miriam —dice Mireya—. Creo que ya está bien, luego dices que yo llevo peor lo de los asesinatos
-Cállate —se ríe y después me da la mano—. Y tú ayúdame a levantarme anda
Me levanto y tiro de ella hasta que queda de pie, y aprovecho la cercanía para susurrarle al oído.
-Gracias
Ella me responde con una sonrisa y cada una se mete en su cama después de dejar a Mimi en la suya muriéndose lentamente.
__________
Antes de nada quiero decir que sé que Angela se puede escribir con tilde pero yo lo he escrito sin tilde porque también existe sin.
Y bueno no sé si os esperábais que Ana fuera a darle a Miriam con la sartén así que decirme qué os esperábais y tal.
Espero que os haya gustado este capítulo❤
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Love In Prison | Amiriam
Fanfiction-¿La nueva? ¡En mi celda no! ¿Quién iba a decirle a Miriam que Amaia iba a pasar de ser simplemente "la nueva" a ser su otra mitad?