25. Tortura

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Antes de nada, os aviso de que hay algo importante al final del capítulo, es cortito, leedlo porfis

Y ahora os dejo leer

Mary cayó al suelo de boca quedando desmayada, estoy temblando, todo a mi alrededor pasa a cámara lenta y en realidad todo va más rápido de lo que creo, no puedo moverme, estoy parada mirando al suelo donde anteriormente estaba Mary, pero Mireya y Miriam se la han llevado.

Siento que alguien tira de mi brazo y me lleva.

-¿Amaia? —descubro que la persona que me ha agarrado es Miriam por su voz, pero sigo mirando al suelo—. No por favor, no puedes quedarte bloqueada ahora

-Esto es una puta locura —digo mientras que la voz se me rompe

-Lo sé Amaia —dice suspirando—. Pero necesito tu ayuda porque tienes que vigilar, y no llores por favor, no quiero verte así

-¿De qué me va a servir ayudarte? —levanté la cabeza para mirarla a los ojos—. ¿Para que luego te vayas y me dejes aquí?

Estaba teniendo el valor que no había tenido nunca antes para decirle lo que tanto me asustaba, ahora ya no me asusta, si no puedo escaparme con ella, me escaparé yo sola de aquí, puedo hacerlo yo sola sin depender de nadie.

-Amaia... —dice llevándose las manos a la cabeza—. Hay cosas que no puedo explicarte, y me encantaría explicártelas, entiéndeme por favor, no podemos entretenernos más

-¿Por qué no puedes?

-Amaia ahora no puedo, por favor ayúdame

-Joder Miriam es que ya estoy harta

-Escúchame —me agarra las manos—. ¿Me quieres?

Me quedé pensando por un momento, estaba bloqueada, en shock.

-¿A qué viene esa pregunta ahora?

-¿Me quieres o no?

-Pu-pues claro

-¿Te importo?

-Sí

-Pues ayúdame por favor... No puedes dejarme sola en esto, llevamos preparándolo mucho tiempo

-Está bien —suspiré rendida

-Te amo —dice antes de besarme—. Muchas gracias

-Venga corre a atarla antes de que se despierte que yo vigilo

-Voy

Se marchó corriendo hacia donde estaba la silla para atarla, Mireya (que estaba en la puerta) me miró, yo le dediqué una sonrisa la cual me devolvió y me fui donde estaba Miriam con Mary, volví a ponerme nerviosa cuando la vi atada a la silla, con las manos atadas y hacia atrás, un tobillo atado a cada pata de la silla y la barbilla apoyada en su pecho, todavía no había despertado.

-¿Cuándo va a despertar? —pregunté

-Dentro de nada seguramente —dijo Miriam mirando el reloj—. Ve hacia allí para vigilar si avisa Mireya de que vienen

-Vale, ¿pero si viene alguien qué hacemos?

-Tranquila, que está todo controlado

-Vale

-¿Confías en mí?

-Sí

-Pues venga —sonríe—. A vigilar maja

-Voy

Me fui a la zona que me había indicado y me quedé de pie, mirando a todos lados, no sabía qué hacer, yo nunca me habría imaginado que iba a vivir esto.

Miré a Miriam, que ya estaba hablando con Mary. No escuchaba bien lo que estaban hablando, y quería enterarme, así que me acerqué un poco más a ellas discretamente.

Miré una última vez a Mireya para asegurarme de que no me estaba llamando y escuché atentamente la conversación.

-Escucha bonita —dice Miriam subiendo la cabeza de la pelirroja para que esta la mire—. Un pajarito me ha dicho que tú mañana te vas de aquí

-Sí —responde de forma seria—. ¿Qué coño quieres?

-Ay Mary —se ríe la gallega—. Sabes muy bien lo que quiero

-No, no lo sé

Miriam hace una pausa mientras mira a la chica a los ojos y mete una mano en su bolsillo, y saca un objeto afilado que no sé identificar desde aquí.

-¡Anda! —dice Miriam sonriendo mientras mira lo que acaba de encontrar—. ¿Te lo tenías guardado para hacerme un regalito de despedida? Porque no sería para intentar matarme, ¿no?

Mary sólo traga saliva y la mira, sin dar respuesta alguna.

-Bueno —suspira Miriam—. Si no quieres responder por las buenas, habrá que hacerlo por las malas

-No me das miedo

Tras decir estas palabras Mary le escupe en la cara, Miriam se quita la saliva con el dorso de su mano y coge el objeto afilado, y le raja un poco el cuello, comienza salir sangre, que poco a poco empieza a manchar su ropa.

-¿Vas a hablar ya? Venga, sabes qué es lo que quiero que hagas

-Estás perdiendo el tiempo

-Vale, ¿quieres otra raja que adorne tu cuello? Yo te la hago

Y eso hace, vuelve a rajar su cuello, justo debajo de la primera herida. Esta vez Mary se retuerce de dolor e intenta desatarse, fallando en el intento.

-Dilo ya, a ver, que yo lo escuche bien, ¿qué es lo que quiero que hagas mañana cuando salgas?

Mary suspira, parece que intenta resistirse, pero al final acaba hablando.

-Que pida el puto traslado

-Bien —sonríe mi novia triunfal—. ¿Y para qué quiero que pidas el traslado?

-Para que te escapes

-Muy bien

Miriam se levanta y yo rápidamente giro la mirada hacia Mireya, haciendo como si no hubiera estado escuchando y visto toda la conversación de principio a fin.

Noto de repente que unos brazos rodean mi cintura, al reconocer esos brazos, los acaricio y sonrío. Miriam posa la cabeza en mi hombro y deposita un beso en mi cuello.

-¿Cómo ha ido?

-Bien —responde separándose—. Muy bien, he tenido que torturarla un poquito, voy a ultimar una cosilla con ella

-Vale

-Ahora vuelvo

Vuelvo a mirar a Mireya, esta vez está hablando con Nerea y con Aitana, que parece que querían entrar aquí, y la malagueña las está echando, y al cabo de un minuto lo consigue.

Seguidamente me giro hacia Miriam y Mary, y me acerco un poco otra vez para escuchar.

-¿Vas a hacerlo verdad?

-Sí

-Sabes que si no lo haces puedes acabar muy mal, ¿verdad?

-Sí, pero de todas formas no me das miedo

Miriam se ríe y acerca su cara a la de ella.

-Eso es porque no sabes lo que soy capaz de hacer

-¡Amaia! —dice Mireya acercándose a mí—. ¡Vienen!

-Bua, ¡Miriam! ¡Vienen!

El pánico que hace un rato había desaparecido regresó, haciendo que empezara a sudar.

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Holaa! Ahora sí que he vuelto!

IMPORTANTE: Este fic voy a actualizarlo todos los jueves y todos los lunes, se acerca el final y los capítulos requieren más trabajo

Espero que os haya gustado y nos vemos el lunes!

Love In Prison | AmiriamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora