Después de haberme tumbado un rato en mi cama vi que eran las diez, lo que me desorientaba un poco porque juraría que era de noche, pero por la luz que llegaba a toda la cárcel no podía ser de noche.
Así que cogí la ropa que se me había caído al suelo al ver a Mireya y me fui a las duchas. Al lado mía una chica estaba hablando con otra y de repente alzó un poco la voz, supongo que para hacer alguna aclaración:
-A ver que yo soy de Adeje, concretamente de Las Torres
-Claro de Lah Torreh de Adehe
-¡Miriam! —decía esta chica riéndose a carcajadas—. ¡Qué tonta!
Vaya, parece seria pero a veces tiene su punto de gracia...
Seguí duchándome y cuando acabé me envolví con la toalla (lo de siempre) y la chica que se estaba riendo con Miriam vino a hablarme:
-¿Tú desde cuándo estás aquí?
-Em... Pues ahora mismo no sé decirte porque he estado mucho tiempo en aislamiento
-Ah, por eso nunca te vi, ¿cómo te llamas?
-Amaia, ¿y tú?
-Fayna
-Wow, nunca había escuchado ese nombre
-Es un nombre canario, soy de allí
-¿Y cómo has llegado a esta cárcel?
-Me han trasladado varias veces porque siempre la estoy liando, me he cambiado de cárcel tres veces —se ríe por mi reacción—. ¿Y tú cuántos años tienes? Tienes cara de bebé
-Dieciocho
-Qué pequeña —sonríe—. Yo tengo veintidós, no es que sea muy mayor tampoco
-¡Fayna! —dijo Miriam llamando a su amiga—. Ven un momento
-¡Voy! Esto... —dice sonriendo—. Pues encantada, ya nos conoceremos más, ¿no?
-Sí, claro
-Vale, pues nos vemos
Terminé vistiéndome y subí a mi celda, quería mirar el calendario para hacer cuentas y saber cuánto tiempo me había pasado metida en aislamiento, o como dicen aquí: el hoyo.
Había entrado el día 23, y al día siguiente me metieron en aislamiento, y hoy estamos a día 7, así que creo que he estado catorce días metida en aislamiento. Se me han hecho eternos esos catorce días, realmente esto está siendo una tortura.
Me quedé sentada en la cama, no sabía muy bien qué hacer. Me dio por pensar en Miriam, esa chica de la que no sé nada y de la que quiero saber todo.
No es que yo sea una experta de las cárceles y de la convivencia que hay entre las presas, pero creo que no es muy normal que la presa que más manda defienda a la nueva, aunque me dijo que era porque a Mireya se le estaba yendo de las manos lo de los asesinatos, así que no me voy a hacer ilusiones... ¿Ilusiones? ¿Qué he dicho? ¿Ilusiones de qué?
Estaba por pensar que me está empezando a gustar Miriam. Pero no puede ser porque por desgracia Alfred me sigue gustando por mucho que quiera matarlo cuando salga de este puto infierno, si me meten otra vez no me importa, ya lo habré matado y habré sido feliz.
Y todavía sigo pensando en la posibilidad de escapar con Miriam, seguro que ella está en ello, pero no creo que quiera que yo vaya, así que supongo que estaré aquí los años que me quedan.
-Romero —dice el mismo vigilante de siempre, y que creo que lo llaman Merino—. Tienes un vis a vis con tus padres
-¿Enserio?
-Sí, baja antes de que se arrepienta
-Voy
Y me acompañó hasta aquella zona donde habían muchas mesas con sillas, y entre esas mesas estaba Miriam hablando con un chico bastante guapo y vestido entero de negro.
Intenté dejar de mirar a duras penas y me quedé mirando a mis padres. Estaban sentados, no sé por qué tenía la esperanza de que me dieran un abrazo, sabía perfectamente que no lo iban a hacer porque creen a la policía antes que lo que diga su propia hija.
-Bueno —el tono y la actitud borde me salía solo—. Qué hacéis aquí
-Hija —dice mi madre—. Queríamos que nos contaras tu versión
-¿Otra vez? —dije alzando la voz porque me estaba empezando a enfadar—. ¿Para qué? ¿Para que sigáis confiando en la ley y en todas esas mierdas antes que en vuestra hija? ¿Para eso mamá? ¿Para eso? Además, yo ya hablé en el juicio y no solucionamos una mierda, así que paso, podéis iros por donde habéis venido
Me levanté y me empecé a ir, y mis padres lógicamente no me iban a dejar marchar así como así.
-Pero Amaia... —dice mi padre levantándose—. Queríamos decirte algo importante
Suspiré y me giré para mirarlo a los ojos.
-Dime
-Esto... —suspira, cosa que me pone bastante nerviosa—. Alfred quería venir a verte
Me quedé en shock por un momento, no daba a crédito, el cabrón que me ha arruinado la puta vida en cuestión de horas quiere venir a verme, ¿para qué? ¿Para disculparse por algo que no tiene solución? ¿O acaso se va a ofrecer para pagar mi fianza? No quiero verlo, pero a la vez sí, y soy una gilipollas por querer verlo.
Mi padre al ver que no respondía continuó hablando.
-Sé que quizá no quieres verlo... Pero quiere hablar contigo, y lo más sensato es que hables con él
-¿Qué coño quiere decirme? —dije sentándome de nuevo—. ¿Eh? ¿Va a darme una palmadita en la espalda para animarme? ¿Para que pueda seguir adelante a pesar de estar en la puta cárcel? No quiero verlo papá, no quiero volver a verlo, y cuando lo vea, será para matarlo por lo que me ha hecho, ¿os ha quedado claro o tenéis dudas? ¿No? Vale, pues disfrutad los próximos cinco años mientras no esté por casa, porque cuando salga va ha arder Troya y el mundo entero, y si me vuelven a meter en la cárcel que así sea, pero os arrepentiréis por no creerme, podéis estar seguros de eso
Y me marché de allí directa a mi celda, aunque por el camino me alcanzó Miriam.
-Veo que la cosa entre tus padres está chunga pequeña Amaia
-Sí —respondí distante
-Oye, baja esos humos barbacoa
-Después de discutir con mis padres no sé cómo coño quieres que esté
-Eh —dice empujándome dejándome acorralada en la pared—. A mí ni se te ocurra hablarme así
-Miriam, tía —de repente apareció Mireya—. Deja a la chiquilla en paz de una vez
-Vete Mireya —le espeta Miriam—. Si sólo estamos hablando
-Una mierda —se ríe Mireya—. Tú me dejaste a mí con las ganas de matarla, así que ahora te voy a dejar con las ganas de hacerle lo que quisieras hacerle
Miriam suspiró y se alejó de mí soltando un "joder".
Y debía de reconocer que el haberme empujado de esa manera contra la pared y con esa cara de enfado que llevaba en la cara me había puesto bastante cachonda.
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Lo siento pero tenía que meter a Agoney aquí aunque sea transformado en chica JAJAJA
Espero que os haya gustado este capítulo y que le deis amor a su personaje :)
Y sí, uno de los vigilantes es Ricky por si alguien no se ha dado cuenta
Y srry por no actualizar ayer, tenía un último examen, seguiré intentando actualizar todos los días
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Love In Prison | Amiriam
Fiksi Penggemar-¿La nueva? ¡En mi celda no! ¿Quién iba a decirle a Miriam que Amaia iba a pasar de ser simplemente "la nueva" a ser su otra mitad?