Mi hermana acababa de decirme que me iba a ayudar. Pero, ¿cómo? Si seguramente mañana Mimi me mate por no haberle devuelto su droga, aunque confío en Miriam.
Y espero que Mireya no le de justo la droga de Mimi a Fayna, porque la cagaríamos bien cagada.
Me fui a buscar a Miriam para saber de qué forma iba a conseguir la droga, porque si al final se echaba atrás y no quería ayudarme me iba a tener que buscar la vida.
Fui a la azotea donde supuse que estaría Mireya con todas las demás, y efectivamente allí estaban todas, todas menos Miriam.
Me acerqué a ellas para preguntar.
-¿Habéis visto a Miriam?
-No —responde todas a la vez, y continúa Mimi—. ¿Pero qué coño os ha dado a las dos? ¿Estáis saliendo?
-¿Qué? ¡No!
-Más te vale
Y me marché para buscar a Miriam, no tenía ni idea de donde podía estar, a lo mejor estaba buscando la droga, así que para eso tendría que estar en un lugar donde hubiera poca gente o nadie. Fui a la habitación y no había nadie, pero vi que todas teníamos nuestro neceser de ducha menosbella, así que fui a las duchas corriendo.
Llegué y no había nadie pero se oía una ducha.
-¿Miriam?
-Dime
La mandíbula me llegaba al suelo. Miriam estaba plantada ahí delante mía envuelta en una toalla que hacía que se apreciasen sus fantásticas curvas, definitivamente estaba cachondísima.
-Era para preguntarte sobre...
-Espera —me corta—. Que alguna puede estar metida en un baño
Entonces fue abriendo de una patada cada puerta intentando sujetarse la toalla para que no se le cayera y cuando vio que no había nadie se sentó en un banco y dio varias palmaditas a un lado suyo para que me sentara con ella, y obedecí y me senté a su lado.
-¿Cómo vas a conseguirla?
-Será fácil, no te preocupes por eso
-Bueno, como quieras...
-Mmm... —se acerca más a mí, y me pone más nerviosa—. ¿Te acuerdas de ese favor que te dije que no era como los de Mireya?
-Sí...
-Bien, pues... ¿Qué te parece si me lo haces ahora y luego te consigo la droga?
-Esto... —tragué saliva—. Vale
-Bien, pues déjate llevar
-¿Qué? ¿A qué te refieres?
-Coño Amaia que te líes conmigo
-¿Y... por qué?
-¿Acaso no tienes las mismas ganas que yo?
Claro que las tengo joder, y esta oportunidad no la puedo rechazar, así que me senté a horcajadas sobre Miriam y empecé a besarla apasionadamente, y ella empezó a desabrochar mi chaqueta para masajear mis pechos, y lentamente introdució una mano por debajo de mi pantalón.
-Miriam —dije sacando su mano de mi pantalón—. Eso ya... no
-¿Qué pasa?
-Es que tengo la regla y te vas a manchar y nuestra ropa también, buah qué vergüenza...
-Bueno, pues me conformo con esto
Agarró mi nuca y unió nuestros labios en un dulce pero corto beso, seguidos de muchos más besos con nuestras lenguas buscándose ansiosas y pidiendo más, y yo tuve que contenerme para no arrancarle la toalla que seguía llevando puesta mientras que nos besábamos.
-Bueno... —dije cuando nos separamos para coger aire—. Entonces... ¿Me vas a conseguir la droga?
-Que sí Amaia tú tranquila
-Es que... No sé, parece que estás evitando el tema
-Porque tampoco quiero pensar mucho en ello, no sé muy bien todavía cómo voy a conseguirla
-Pero si en el desayuno parecía que lo tenías muy claro
-Buah Amaia que no te ralles con el tema —me da un beso en la frente—. Que todo va a salir bien
-Vale...
-Pero no estés triste
-Es que estoy nerviosa, porque a lo mejor me muero mañana y no lo sé
-No voy a dejar que te mate Mimi, ¿entiendes?
-Gracias jo
-De nada jo —dijo imitándome—. Y deja de estar triste
-Está bien
La noche cayó rápido, y por la tarde no hice nada en especial, lo mismo de siempre.
Me tumbé en mi cama y al rato escuché a Miriam hablar.
-Mireya
-Dime
-¿Vamos a la azotea?
-Vale, así fumo
Y cuando Mireya se alejaba Miriam se quedó un poco atrás para sonreír y guiñarme un ojo antes de irse. Después me quedé dormida y no supe cuando volvieron.
Mientras, Miriam y Mireya...
-Mireya necesito droga
-¿Tú? ¿Droga?
-Sí: yo, droga
-¿Para qué?
-Coño Mireya pues para lo que se usa la droga
-¿Y qué droga quieres?
-No sé, enséñame lo que tengas
-Vale, tienes suerte porque hoy la escondida en la azotea, espera un momento
Mireya se fue y a los cinco minutos volvió. Y Miriam encontró justo la que quería.
-Esta
-¿Esa? Mmm... Es que Fayna iba a venir esta noche a la celda a pedirme droga y tenía pensado darle esta
-Pues dámela a mí tía, que me debes muchas
-Pues me vas a tener que pagar
-Mireya por favor, no metamos dinero de por medio y dame la puta droga
-¿Y si la compartimos?
-No Mireya, y además no me la iba a tomar ahora
-Pues entonces vas a tener que pagarme
-Joder —suspiró la gallega—. ¿Cuánto?
-Doscientos euros
-Rebájamelo un poco, ¿no?
-Ciento cincuenta, ahí se queda
-Bueno, pues me la das y yo te pago mañana
-Está bien, toma
Y por fin le dio la droga a Miriam, Miriam estaba feliz, pero tenía claro que el dinero no lo iba a pagar ella, lo iba a pagar Amaia, por muy enamorada que estuviese de esa chica tan inocente, ella no iba a perder ni un euro.
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Aviso de que en el siguiente camino va a haber un plot twist, ahí lo dejo
Y bueno espero que os haya gustado este capítulo!!❤
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Love In Prison | Amiriam
Fanfiction-¿La nueva? ¡En mi celda no! ¿Quién iba a decirle a Miriam que Amaia iba a pasar de ser simplemente "la nueva" a ser su otra mitad?