Capítulo 13 (Jennifer)

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Una gran concentración de soldados me observa.

Miran como mi cabello está empapado en sangre, como mi ropa tiene tonos rojizos, como tengo manchas carmesíes por toda la cara.

- Кто-то перевести для меня. - Dice un hombre.

Es alto, robusto, pelo oscuro y ojos castaños. Me mira con cuidado, seguro y tranquilo, como si estuviera calmando a alguien.

El chico que sale de la multitud es de mi estatura. Es rubio y tiene los ojos azules. No parece muy fuerte, pero si esta aquí es por qué lo es tanto como para llenar los estándares.

Los dos hablan durante un momento y después el chico se acerca a mi, pero con miedo.

- Quieren saber dónde está el sargento Murkov.- Me habla despacio y manteniendo las distancias.

Dudo que responderle.

A pesar de saber que ellos ya deducen donde está, supongo que mas bien querrán saber que ha pasado, y si les digo lo que le he echo, dudo que yo siga viva.

- ¿Donde está Murkov? - Vuelve a preguntar.

Me quedo en silencio y le miro directamente a los ojos.

Señalo con miedo el interior de la tienda, tapada por la lona.

El chico se gira y vuelve a hablar con el hombre, que no ha dejado de mirarme en todo el rato.

Con un gesto de su mano, dos soldados entran en la cabaña, para salir poco después con el cuerpo inconsciente de Murkov. Cada uno lo sujeta por un brazo y le arrastran sin cuidado por el suelo. Cuando todos le ven ensangrentado sueltan una gran ovación.

La multitud de convierte en un círculo al rededor del cuerpo de Murkov y del hombre, que está dándole bofetadas para reanimarle.

- Estate tranquila, no te pasará nada. - Me dice el chico, que esta a mi lado izquierdo. Estamos en primera fila.

- ¿Que es todo esto? - Pregunto al chico. El me mira.

- Van a quemarle vivo. - Responde.

¿Quemarle vivo? Eso es, sin duda, la muerte mas horrible que puede alguien tener. Sentir como el fuego destruye tu piel mientras no puedes hacer nada. Notar cómo chamusca tus músculos y tu sangre empieza a hervir.

Como en las películas sobre siglos pasados, en los que a una doctora o a un doctor se les consideraban brujos.

- ¿Por qué van a hacer eso? - Vuelvo a preguntar al chico.

- Estamos hartos de el y sus obsesiones. Hemos venido aquí para buscar una cura a todo lo que está pasando, no para buscar a una persona en concreto. -

- ¿A una persona en concreto? - ¿Se estará refiriendo a mi? En ese caso ¿Para que me buscaba Murkov?

- Si. Y creemos que esa persona eres tu, ya que el chico de antes y tu sois los únicos supervivientes que han sobrevivido a Murkov. Todos salen muertos de su cabaña. - Responde. No aparta la mirada del hombre, que ahora le da golpes a Murkov con ovaciones apoyándole. - ¿Muertos? ¿No era la prisión un lugar donde estaban todos los supervivientes? - Pregunto. El asfalto se mancha de sangre bajo Murkov.

- ¿La prisión? No, no existe tal cosa. La prisión es un centro de torturas. Murkov enviaba ahí a cualquiera que cometiera el mínimo error, o simplemente a cualquiera. Iba todos los días a ver cómo torturan a la gente para sacarles información de la que, el esta seguro, los que sufren no saben nada. Es horrible... - Concluye.

¿Un centro de tortura? ¿Ha mandado a Alesh a un centro de tortura? Nunca dejará de sorprenderme la maldad y estupidez humana...

Ahora suenan gritos hacia Murkov. Son todos en ruso y no entiendo nada. El hombre saca un cuchillo y empieza a levantarlo dando voces. Cada vez que levanta el filo, todos gritan. La velocidad va aumentando y los gritos subiendo. Murkov de retuerce en el suelo medio inconsciente y suena un grito mas largo que los demás.

El hombre de acerca a Murkov, y con una sonrisa macabra le empieza a cortar el pie como si de un embutido se tratase.

Murkov empieza a gritar mientras el suelo se empapa de sangre. La hoja del cuchillo de ensangrienta y empieza a dar machetazos contra el hueso. Los gritos de dolor aumentan, pero los gritos de alegría son mas poderosos. La sangre invade el cristal de la máscara del hombre, y cuando por fin termina con un pie, lo levanta en alto y la sangre le cae por el brazo.

Suena un grito colosal.

Eso debe de haber sido muy doloroso. Notar como un filo corta tu piel, tus músculos, tu hueso...

Murkov grita en el suelo, girando como un jabalí en el lodo, ensuciándose de su propia sangre.

El hombre hace un gesto con la mano y señala a Murkov con su propio pie. Los dos soldados de antes vuelven a sujetarle por los brazos y le arrastran hasta un montón de madera con un palo grueso en vertical.

Mientras uno le ata al poste, otro empapa la madera de gasolina.

- ¿Que haréis ahora? - Pregunto al chico.

- El mundo ya se ha ido a la mierda. Todos a todos los rincones ha llegado la plaga. A todos. Sólo queremos vivir, no causar problemas. No sabemos los suficiente como para conseguir una cura. Nunca lo hemos sabido. - Los gritos se encienden y gritan todos lo mismo.

Mi padre ha creado una plaga que ha sumergido el planeta el la destrucción.

Mi padre me convirtió en un monstruo.

Mi padre, al fin y al cabo, es mi padre.

Pero lo que no encaja es que Murkov supiera todo esto. ¿Como demonios lo sabe? ¿Se lo dijo mi padre?

Me acerco a la plataforma y sorprendo a los soldados. Me miran extrañados y confusos.

- Sólo será un momento.- Le digo directamente al chico.

Murkov esta atado, mirando el suelo. Su cuerpo está lleno de sangre y sólo se apoya en una pierna. Tiene la mirada undosa y las pupilas dilatadas. Cuando en acerco me mira a los ojos.

-¿Como sabias tu todo lo que hizo mi padre? - Le pregunto.

- No te ha saciado lo que ya sabes. ¿Verdad? -Vuelve la mirada al suelo- En ese caso te lo dejaré como herencia. Tu padre no sabia nada, perdió la memoria. Yo soy el único que lo sabe gracias al diario que me pidió que le guardara antes de que la perdiera. - Me mira a los ojos y después sigue mirando el suelo.

Giro y vuelvo a bajar de la plataforma. Le quito la antorcha al soldado y la tiro a la hoguera.

- Arde en el infierno y espérame allí. - Digo mientras el fuego consume los gritos y provoca ovaciones.

La plaga ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora