9. Sueños equivocados
No soy un fulano con la lágrima fácil
De esos que se quejan solo por vicio,
Y como además sale gratis soñar
Y no creo en la reencarnación,
Con un poco de imaginación,
Partiré de viaje en seguida a vivir otras vidas
A probarme otros nombres,
A colarme en el traje y la piel
De todos los hombres,
Que nunca seré
Joaquín Sabina – Versos Extraídos de "La del pirata cojo"
—¿Cómo está Mei? —preguntó Ayame
—Todavía en recuperación —contestó lejana Akegino—, tiene licencia médica y creo que va a perder todo el semestre. —El trío no había extrañado mucho a Mei realmente, pero luego de un par de semanas de no aparecerse por la universidad al menos por cortesía alguien debía preguntar.
—¿Y cómo te va con Ryuu? —Ayame miraba a la castaña con extrañeza.
—Seguro es tímido —afirmó Akegino no muy convencida. Ahora pensó que contarles su aventura con el pelirrojo la noche de la fiesta fue mala idea. Creyó que sería cuestión de tiempo para que cayera a sus pies, cosa que no ocurrió. Seguía paseándose con "La lunática" y apenas la saludaba con indiferencia.
—No sé si es tímido —dijo Sayura soltando una bocanada de humo mientras fumaba un cigarrillo—, lo que si se es que tú no le interesas Ake.
—¿Cómo dices eso Sayura? Todos se mueren por Akegino—expresó Ayame como si el comentario hubiera sido para ella.
—Se lleva mejor con las locas que con la gente normal, acéptenlo. —El par quedó enfrascada en una leve discusión, mientras la castaña, hundida en sus propios pensamientos, seguían caminando por el campus. El trío se despidió, cada una a diferentes clases.
Akegino, tenía una clase especial de tutoría, ya que la estaba llevando muy mal en cálculo de economía, matemática avanzada... En fin, cualquier materia que tuviera números incluidos.
Llegó a tiempo, se sentó a esperar que llegara el individuo que sería su maestro y que le garantizaría aprobar el semestre. Treinta minutos después, la puerta se abrió lentamente y un muchacho de corto negro cabello apareció.
—¿Akashio Akegino? —preguntó él.
—Sí —contestó bastante molesta por la tardanza.
—Soy tu nuevo tutor, Kuzumy Hyrachi —expresó con una respetuosa reverencia.
—¡Llegas muy tarde Hyrachi! —clamó petulante
—No me tutees. Empecemos. —Akegino se sintió ofendida ante su reacción. Cualquier hombre cuerdo deseria que ella lo llamara por su nombre de pila o al menos que note su existencia. Sorprendida ante la actitud de este muchacho lo observó atenta.
No recordaba haberlo visto anteriormente, ni siquiera estaba entre aquellos que había rechazado. Era un chico alto, de pelaje oscuro y corte bajo. Su mayor atractivo y quizá también su mayor defecto, era la mirada. No era fría, era indiferente... como inexpresiva. La chica, luego de analizar a su tutor decidió iniciar un juego para tentarlo.
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20 años, cosidos a retazos ©
ChickLit***EDICIÓN COMPLETA CON LA VERSIÓN 2015*** ***Novela finalista en la categoría chick lit: en ascenso en los premios watty 2014*** ***Primera parte de la bilogía Katharsis*** Ella odia que la toquen... Una noche descubre que tiene un admirador secret...