11. Todo empezó cuando aquella serpiente, me trajo una manzana y dijo prueba

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 11. Todo empezó cuando aquella serpiente, me trajo una manzana y dijo prueba



Ahora que nos besamos tan despacio,

Ahora que te desnudo y me desnudas,

Y en la estación de las dudas,

Muere un tren de cercanía.

Ahora que tengo un alma que no tenía,

Ahora que nada es sagrado,

Ni sobre mojado llueve todavía.

Ahora que está tan sola la soledad,

Ahora que todos los cuentos,

Parecen los cuentos de nunca empezar.

Ahora que el mundo está recién pintado,

Ahora que esta tan lejos el olvido,

Ahora que sin saber hemos sabido,

Querernos como es debido,

Sin querernos todavía.

Ahora que casi siempre tengo ganas,

De treparme a tu ventana y quitarme el antifaz.

Ahora que los sentidos sienten sin miedo,

Ahora que me despido pero me quedo.

Ahora que nada es urgente y todo es presente,

Que hay pan para hoy.

Ahora que no te pido lo que me das.

Joaquín Sabina — Versos extraídos de "Ahora Que"

—...Y así es como obtienes el resultado, si sigues la fórmula es muy fácil.

«¿Cual formula? ¿Cuándo llegaron al resultado? ¿Se restaba o se multiplicaba? ¿De dónde salió ese -89?»

Kuzumy -Senpai  sigo sin entender. —Akegino realmente ponía de su parte para comprender, pero cuando se trataba de número su cerebro se colocaba en modo avión de manera automática, no le entraba ninguna señal.

—No te preocupes, te explico otra vez. —El senpai  era muy paciente con ella, tenía que admitirlo y quitando el hecho de que nunca llegaba a tiempo, de que era frío y un ególatra... Le estaba empezando a caer bien.

* * * * *

—Sayura, no creí que realmente yo te gustara —expresó el muchacho gimiendo de excitación entre beso y beso mientras trataban de entrar en el pequeño cubículo del baño de hombres de la universidad.

—Me traías loca —dijo esta tranquila al acabar de quitarse la blusa y sonrió triunfante. Sin preámbulos, Sayura bajó los pantalones del chico y prácticamente lo violó. Minutos después, la puerta del cubículo se abrió y una chica los miraba horrorizados.

—¡Kenta! ¿Cómo pudiste? —La muchacha salió echa un ovillo de dolor al sorprender a su novio, el supuesto amor de su vida teniendo relaciones con otra poco días después de la declaración oficial de su compromiso.

—¡Espera! !Nanami! ¡Espera! —El muchacho arrojó a un lado a la mujer y corrió tras la chica del corazón roto mientras se subía los pantalones. Por su parte, Sayura se arregló la falda y permaneció en el mismo lugar sentada sobre el retrete. Tomó su ropa interior y la entró en su bolso. Encendió un cigarrillo y vio a Ayame entrar al baño detrás de algunos ojos entrometidos que curioseaban.

20 años, cosidos a retazos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora