12. Esta forma tan cobarde de no decirnos que no

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12. Esta forma tan cobarde de no decirnos que no


Cecilia dice siempre lo que piensa,

Y casi nunca piensa como yo,

Mi gozo, mi veneno, mi pasión.

Cecilia tiene algunas fantasías,

Y algunas fantasías tengo yo,

Le cambio las suyas por las mías,

Y se hacen realidad entre los dos.

Cecilia sabe tanto de la vida,

Por qué ha vivido tanto como yo.

Cada sábado bronca y despedida,

Cada domingo reconciliación,

Me gusta hablar con ella sin hablar.

Tengo una novia de buena familia,

Con filias y fobias,

Tengo en mi cama una Venus en llamas,

Una duda desnuda,

Mi sueño, mi vigilia, mi adicción,

Cecilia.

Cecilia busca amores imposibles

Por eso fue posible nuestro amor,

Cecilia tan altiva y tan sensible,

Tan diva y tan de nadie como yo.

Joaquín Sabina y Fito Páez –Versos extraídos de "Cecilia"

Sonreía solo, tarareaba una canción e incluso movía la cadera rítmicamente de un lado al otro.

El pelirrojo se encontraba revelando en físico las fotografías de la sesión en el bosque de bambú. Supo que serían fantásticas en el momento en que Taina miró a la cámara. Más, lo que tenía entre sus manos era la prueba de la innegable hermosura de la muchacha ya que no necesito de muchos retoques, quizá aumentar el brillo y reducir el contraste de la imagen. Pero nada que haya afectado su belleza natural.

Las fotos que tomó Kes también habían quedado muy bien. Ryuu permaneció unos instantes observando a la pareja entre los altos palos verdes. Hasta la noche anterior dudaba de que la chica sintiera algo por el mas allá de una relación cortes y amistosa, sin embargo, mirando su expresión y la manera en que se le tensaban las mejillas, estaba seguro de que Taina gustaba de él.

Disipó aquellos pensamientos para regresar a la aburrida realidad. Recogió sus instrumentos y salió a la sala de estar de su amigo.

—¿Has terminado Ryuu? —Kevin, el dueño del cuarto oscuro, era un amigo inglés que conoció en Cambridge y era fotógrafo profesional. Por azares del destino terminó trabajando en Japón para diversas empresas que requerían sus excelentes servicios.

—Sí, esta todo limpio.

—¿Me dejas ver tus fotos?

—Claro, siempre me das un consejo útil. —Ryuu le extendió el sobre con las fotos a Kevin, él las sacó y su expresión cambió de inmediato. Miró a Ryuu con el ceño fruncido y el de ojos grises carraspeó queriendo saber el motivo.

—¿Qué sucede Kevin? —El inglés seguía en silencio, contemplando foto tras foto, colocándolas bajo la luz para estudiarlas mejor—, ¿Kevin?

20 años, cosidos a retazos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora