Cuando estuve acostado sobre el catre que habían dispuesto para mí, todas las preocupaciones y afecciones abrazaron mi cuerpo de forma brutal.
Por primera vez en mi vida había conocido el afecto, había sido envuelto en el encanto de un oscuro y misterioso corazón. Sentía con necia veracidad, que aquellos sentimientos eran correspondidos, pero justo en esos momentos, todo parecía una gran incógnita.
La sensación de incertidumbre nunca había sido tan horrorosa, el corazón me dolía, mis entrañas se oprimían ante la angustia.
Si no tengo a June... no tengo nada.
La penumbra de la noche caía solemne, aplastando mis sentidos, el crudo silencio retumbaba fuerte en mi cabeza. El insomnio me mantuvo consciente de todo, de mis sentimientos y de mi terrible razón, aquella que comenzaba a reprocharme mis acciones.
Quería estar sordo, dejar de escuchar la voz de mi consciencia, definitivamente la culpa es una enfermedad letal.
En algún momento de la noche, el bullicio de las puertas de la propiedad abriéndose me sacó de mi ensoñación. Los murmullos que intentaban ser discretos rompieron con el silencio perpetuo de la noche, algo estaba ocurriendo a fuera en los jardines.
Muy lentamente, con la intención de no despertar a nadie, me conduje hasta la ventana de la habitación donde me encontraba. Corrí un poco la cortina para poder tener visión de lo que ocurría, lo único que alcancé a observar fue uno de los autos de la familia Koo, que abandonaba la mansión muy de prisa, rechinando los neumáticos furiosamente.
Me mantuve sorprendido, observando a través de la ventana, en la espera de ver algo más. Al cabo de un rato cuando nada ocurrió, regresé al catre donde intentaba dormir, entendiendo que el insomnio no se iría.
Temprano en la mañana, la rutina laboral en la mansión comenzó, acompañada del ajetreo de todos quienes pasaban las noches en la casita donde me encontraba.
No tenía a donde ir, ciertamente mi lugar en la mansión era incierto. Mi estado de ánimo tampoco ayudaba, pues no quería hacer nada, las cosas que habían pasado en los últimos días me tenían completamente fastidiado y la idea de encontrarme con mi madre por algún rincón de la casa me repudiaba.
Por lo que aguardé acostado hasta que no escuché ningún ruido, desganadamente me levanté de donde estaba, con la intención de tomar un baño, lo cual significaría recordar y sentir el dolor de los golpes sobre mi espalda.
El ardor de la ducha fue insoportable, irresistible pero irremediable, caí en cuenta, de nuevo, de todo lo que me apremiaba, la soledad, el rechazo de mi madre, lo que había hecho apenas la noche anterior, el crimen y lo peor, que June estuviera tan lejos de mí.
Después de vestirme con la misma ropa con la que dormí, me dirigí hacia la cocina para buscar algo que comer, encontrándome con una lúgubre atmósfera que me recorrió en escalofríos por completo.
Algunas empleadas estaban en torno al lugar, hablando despacio y visiblemente desconcertadas, y aunque esa actitud podría explicarse por lo apenas ocurrido ayer, una perturbación más fuerte era lo que reinaba en las paredes de la mansión.
—Buenos días.– Saludé, adentrándome a la cocina.
Algunas empleadas devolvieron el saludo, las demás parecían simplemente no haber escuchado, acrecentando mi incertidumbre ante lo que estaba ocurriendo.
—¿Qué es lo que sucede?– Me atreví a preguntar tímidamente, pues aquellas mujeres parecían más nerviosas cada segundo y esa actitud comenzaba a contagiarme.
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El Diario. JunHwan- iKON
FanfictionJunHwan (JunhoeXJinhwan) iKON "Los seres humanos se protegen con mascaras, cubren sus secretos con realidades intencionalmente creadas. Enjaulan al monstruo y viven vidas ordinarias. ¿A quién le mostrarías tu verdadero rostro? ¿A quién le pertenece...