Capítulo 6.

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Cuando entré a la cocina, la mujer de June y mi madre me dirigieron una mirada extremadamente seria, no entendía la situación, así que después de hacer una reverencia caminé de vuelta a mi habitación.

Me cambié la ropa que utilizaba para trabajar en el huerto, por el uniforme que usaba dentro de la mansión, al terminar, salí a buscar a mi madre a la cocina, para encontrarme con la señora quien parecía estar esperándome.

—¿Ya te sientes mejor?– Me preguntó en cuanto me adentré a la cocina.

—Sí, señora, ya estoy mucho mejor.

Me encontraba en el otro extremo, intentando no acercarme mucho a ella, esa mujer no me gustaba y no sólo por ser la esposa de June, en el poco tiempo que llevaba en la mansión me había dado cuenta del horrible carácter que tenía.

—Me alegro.– Hizo una pausa mientras parecía estar pensando lo que iba a decir. —El señor me sugirió que para cuidar tu salud recorte un poco tu jornada laboral, sin embargo, yo no estoy de acuerdo, pues ninguno de los empleados en esta casa debe tener algún privilegio ¿o tal vez consideres que debes trabajar menos que los demás?

—No, señora.

—Qué gusto que seas un chico honesto. Desafortunadamente no puedo contradecir las ideas del señor, así que a las cinco de la tarde que llega del ayuntamiento tendrás que dejar de trabajar.– Su voz delataba su molestia.

—Será como usted diga.- Contesté arrepintiéndome de lo reacio de mi tono.

—No me interrumpas. No vas a trabajar menos que los demás, me encargaré de que tengas el doble de trabajo, ya lo hablé con tu madre y está de acuerdo. Espero no sigas dando problemas.

Después de decir aquellas palabras salió de la cocina, me encontraba molesto, pero no iba a tomarle importancia a su intento de ser estricta conmigo.

No quería pensarlo mucho, más cuando la idea de que June estuviera preocupado por mí me emocionaba un poco, me sentía contento imaginado que él tenía consideraciones conmigo.

Mi madre me indicó las siguientes tareas que tenía que realizar, estuve limpiando los almacenes donde se procesaban las hortalizas que se cultivan en el huerto. Cuando terminé, regresé a mi habitación totalmente fundido por el cansancio.

Me metí a la cama después de bañarme, aunque estaba exhausto, saber que June no estaba en la mansión era una oportunidad perfecta para salir a buscar el diario. Así que en cuanto observé que mi madre dormía profundamente, salí al jardín y desenterré el diario para continuar leyéndolo.

Una vez que estuve en mi cama y bajo las cobijas, coloqué a la tenue luz que entraba por mi ventana las hojas de aquel cuaderno.

10 de Agosto.– No he logrado quitarme de la cabeza esta idea. ¿Quién sospecharía de alguien como yo? ¿Quién podría ser tan atrevido como para sospechar de la ley?

Sólo tengo que elegir un ser del que no tenga ningún interés.

15 de Agosto.– Estoy siendo tentado, tentado por una idea que se encuentra en mí como la sangre que recorre mis venas.

Y como la sangre no se irá de mi interior, esta idea me transita con la fuerza de un deseo profundo y real. Recorre mi espíritu embriagándolo completamente, no he dejado de pensar en una sola cosa. Matar.

Necesito ver la sangre correr, ver como la vida abandona el cuerpo de un ser, llevar a cabo con mis manos el destino de la madre naturaleza, quiero ayudarla, quiero exterminar.

El Diario. JunHwan- iKON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora