Ariesen, una joven estudiante de instituto, vive en su propio mundo de fantasía, sin prestar atención al mundo real. Pero, ¿Hasta qué punto es su mundo imaginario?
Sus sueños, protagonizados por los 7 miembros de su boyband preferida (BTS), cada vez...
-¡Ahora! -Grité mientras notaba como una gota de sudor caía por mi frente.
Los 7 chicos a mi lado avanzaron con paso firme, aunque en su interior estuvieran gritando del terror. Nos abalanzamos contra el grupo de zombies babosos y ruidosos y, con una habilidad que había crecido de los árboles, fuimos clavando nuestras armas en los cráneos podridos de aquellas bestias.
21, 22, 23... Iban cayendo como moscas, mientras nosotros nos llenábamos de sangre, ganando con ella la seguridad que nos hacía avanzar.
Estaba acabando de rematar al zombie cartero sin piernas que estaba arrastrándose por el suelo cuando, por el rabillo del ojo, vi a Suga, quien, sin darse cuenta, se había apartado del grupo. Tenía su martillo pesado atascado en el cráneo de uno de nuestros enemigos y trataba insistentemente de sacarlo, aunque se le hacía imposible. Observé como otro grupo de 8 zombies se acercaba peligrosamente a mi indefenso amigo. Sin un atisbo de duda, corrí a su auxilio mientras iba destrozando cráneos por el camino. No llegaría a tiempo, Suga se había alejado demasiado...
El primer zombie ya le había alcanzado y le cogió del hombro para darle la vuelta y morderle el cuello. Pero, antes de que eso pasara, una bala rozo mi oreja e impactó contra el ojo del agresor. Suga suspiró aliviado y golpeó al siguiente con el cráneo que todavía seguía incrustado en su arma. Para entonces, yo ya había llegado y atravesé con mi machete a los dos zombies que intentaban sorprender a mi amigo por la espalda.
Sin embargo, fui yo la sorprendida, ya que cuando menos me lo esperaba un zombie me tiró al suelo y se abalanzó sobre mí. Coloqué el machete delante de mí, evitando así que sus mordiscos me alcanzaran y busqué con mi mano libre el cuchillo de repuesto que tenía en el bolsillo de mi chaleco. Sin embargo, estaba vacío. Miré a mi alrededor con desesperación y lo visualicé a escasa distancia. "Debió habérseme caído cuando peleaba" pensé. Alargué mi brazo para intentar alcanzarlo. Nada. Me estiré más, tanto como mi hombro me permitia, teniendo cuidado de mantener el otro brazo con el machete en su sitio, pero se me hacía imposible, las fuerzas iban menguado y los mordiscos del zombie estaban cada vez más cerca de mi rostro. Hice un último esfuerzo y alargué más el brazo, rozando el mango metálico. Podía notar su tacto frío, aunque no era capaz de agarrarlo. Una baba me calló en el rostro y un grito de frustración me salió de lo más profundo de mi garganta. El zombie me dio un repentino empujón y sin querer me hice un corte con el filo de mi machete en el brazo. Note caer la fina hilera de sangre.
Entonces, un cuchillo atravesó la oreja del zombie, dejándolo inerte encima de mi. Suspiré aliviada. Alguien retiró el cuerpo de mi atacante y me ofreció su mano para ayudarme a levantarme. Subí mi mirada a su rostro.
- Ha faltado poco - me dijo Taehyung mientras me ponía de pie.
Sus mejillas, rosadas por el esfuerzo de la batalla, abrazaban su dulce sonrisa de boca cerrada y sus ojos, más oscuros que de costumbre, me inspeccionaron buscando algún indicio de mordedura. Tenía su cabello castaño claro sujeto con una bandana negra, la cual se encontraba manchada de sangre aunque apenas se podía notar.
Y entonces ocurrió. Estaba distraída mirando a Taehyung, como solía pasarme cada vez que lo hacía, cuando un zombie sigiloso se le acercó por detrás sin que yo lo notara y le desgarró el cuello.
Desperté en mi cuarto sobresaltada y sudorosa.
Todo había sido un sueño.
Intenté controlar mi respiración agitada y encendí la luz para que el miedo cesara. "Todo está en orden, no pasa nada" me repetí intentado tranquilizarme. Últimamente estas pesadillas me ocurrían demasiado seguido.
"Fake Love" hizo su aparición repentina, haciéndome saltar del susto, indicando la hora de despertar para ir a clase.
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