MAYBE REAL ~Taehyung~

|Capítulo 18|

{DOS EN UNO}

TAEHYUNG

-¿Cómo lo sabes? Ni siquiera sabes de quien hablo -cuestioné desconcertado.

-Ariesen existe. Igual que tú, Taehyung -se miró las uñas con despreocupación comprobando si su perfecta manicura francesa continuaba decente.

-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Cómo sabes su nombre? -cuestioné asustado. Era muy sospechoso. No debí confiar en ella.

-Es una larga historia -respondió con simpleza.

Hice una mueca de confusión -¿Quién eres tú? -pregunté en un susurro temeroso por su respuesta.

Me miró con pereza y suspiró.

-Alguien que solo quiera ayudarte.

-¿Vas a esquivar todas las preguntas que te haga?

-Si son sobre mi persona sí.

-¿Y cómo se supone que pueda confiar en alguien de quien ni siquiera se su nombre? -Cuestioné con obviedad.

-Emmmm... -se hizo la pensativa y finalmente me miró- Puedes llamarme YoungMi.

-Te acabas de inventar el nombre ¿verdad?

Asintió como si nada y continuó jugando con sus manos.

-YoungMi -la llamé con sarcasmo- No eres coreana, ¿no?

-Ajam -afirmó sin dirigirme la mirada.

-Entonces, ¿de dónde eres y por qué hablas tan bien coreano?

-Buena pregunta.

-¿La vas a responder?

-No.

-¿Puedes dejar de hacerte la misteriosa y decirme que mierda quieres de mí? -comenzaba a cabrearme- ¿Dinero? ¿Fama?

-No quiero nada de eso. Lo tengo de sobra -se defendió mirándome ofendida.

-¿Entonces? ¿Cual es tu intención?

-Ya te lo he dicho, quiero ayudarte -aseguró con tono cansado.

-No soy tonto, nada es gratis.

Abrió la boca para parlotear pero la volvió a cerrar y me miró confundida.

-¿Has dicho que me darías dinero? -comentó anonadada.

-Sí -aseguré ofuscado- Todo lo que quieras mientras no digas nada a nadie y dejes a Ariesen aparte de esto.

-¿Todo lo que quiera? -asentí con convicción. No me hacia mucha gracia darle mi dinero a una desconocida pero estaba dispuesto ha hacer cualquier cosa por Ariesen- ¿Por qué?

-¿Por qué no? -le respondí sorprendido por su actitud.

-Eso no es propio de ti.

-¿Acaso me conoces? No soy solo lo que muestro en las cámaras -sentencié indignado.

Hizo una mueca confusa por unos segundos, hasta que pareció entenderlo todo.

-Aaaah... Entonces Ariesen debía conocerte antes de que todo esto pasara, ¿no? Porque eres famoso... -antes de que pudiera responder continuó hablando- Eso tiene sentido. Por eso Ariesen no murió cuando le atravesaron las pesadillas, porque simplemente no tenía alma -hablo para ella misma.

-¿Perdona? ¿Que no tiene alma?

Agitó su cabeza saliendo de sus pensamientos y calló.

-Su capuchino, señorita, y el chocolate caliente para usted -comentó el camarero mientras dejaba nuestras respectivas bebidas sobre la mesa. Hizo una pequeña reverencia hacia nosotros y tras nuestro agradecimiento se retiró.