|Capítulo 8|

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{VERDADES ESCONDIDAS}

-Gracias -dije aceptando su taza de te y envolviéndola con las palmas de mis manos para resguardarme del frió de la noche. Él se sentó en la silla de al lado, bebiendo de la su taza de te sin apartar sus grandes ojos castaños de mí.

Aproveché ese momento de silencio algo incomodo para mirar a mi alrededor. La pequeña casita cuadrada estaba hecha de madera algo dañada. Respecto al interior, las paredes estaba llenas de bocetos y pinturas de flores de todo tipo, había un futón tirado en el suelo en una esquina en donde supuse que dormía, una mesa en la que debía trabajar en el lado opuesto y una pequeña mesa de te con 3 sillas en medio, donde nos encontrábamos tomando el té en silencio.

-Deben de gustarle mucho las flores -comenté con incomodidad intentando sacar un tema de conversación. Él me miró confundido así que le señalé con un gesto de mi cabeza los dibujos.

-Oh, pues la verdad es que no me gustan nada -ahora fui yo quien le miró sin entender y observé como las comisuras de sus labios subían- Es parte de mi trabajo investigarlas.

-¿Eres curandero o algo parecido?

-¡No! -me aseguró medio riendo. A continuación se puso serio y pronunció las siguientes palabras de una manera que causaba misterio- Es algo complicado, Princesa Ariesen -las ultimas dos palabras las pronunció en un tono sarcástico que no me gustó en lo más mínimo.

-¿Quién eres? -le pregunté lo que desde que me salvó quería preguntarle. Suspiró.

-Ya no se ni si tengo una respuesta para eso -dijo por lo bajo apartando la mirada de mi- Pero por si te interesa, un día me llamé Yeudiel.

-Hablas como si estuvieras muerto.

-Y lo estoy -dijo medio riendo, pero yo sabía que esa risa no llegaba a sus ojos- O eso creo.

-Mira -le dije poniéndome en pie y dejando mi taza de te sobre la mesa de un golpe brusco, lo que provocó que cayera un poco de su contenido- Estoy un poco cansada de que todo el mundo divague y se vaya por las ramas para evitar contarme la cruda verdad así que, si es lo que vas a hacer, deja que ahorre mi tiempo y me vaya -manifesté y comencé a caminar hacia la salida.

-Definitivamente eres tú -escuche que susurraba a mi espalda y rió ligeramente. Me di la vuelta a mitad de camino para encararlo y continuó hablando- Era bastante obvio la verdad. La creadora del mundo se auto proclama princesa -articuló imitando a un periodista.

-¿Cómo sabes lo de...? -comencé yo confundida refiriéndome a lo del mundo.

-Yo lo se todo -aseguró con simpleza y arrogancia- Y tú necesitas mi ayuda.

Palmeó la silla de la que me había levantado momentos antes indicándome así que me sentara y yo, vencida por la curiosidad, le obedecí sin rechistar.

-Querías que fuera directo al grano ¿no? -asentí algo insegura- Pues agárrate a la silla porque se avecinan curvas -hizo una pausa dramática en la cual yo me dediqué a morderme las uñas- A mi me ocurrió lo mismo que a ti.

-¿Que quieres decir? -cuestioné confundida, ya que el se había callado como si eso fuera la respuesta a todas mis dudas.

-Lo que quiero decir es que yo también creé mi propio mundo imaginario, también me vi sumergido en él y también recibí la visita del bueno de Morfeo -dijo esto ultimo con ironía- Supongo que a ti también te ha visitando, ¿no? Y te ha dicho todo eso de que este es tu paraíso y que todos tus sueños se harán realidad -asentí- Pues déjame decirte que no es más que una patraña para que se apodere de tu alma, como lo hizo conmigo.

MAYBE REAL ~Taehyung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora