MAYBE REAL ~Taehyung~

|Capítulo 29|

{TULIPÁN}

LYNN

-Es él -nos aseguró convencida Mandila- Es Fobetor.

-¿Cómo dices? -le pregunté confuso y sorprendido por su repentina afirmación tras el largo silencio.

-Se que es él. Esos ojos azules y vacíos...

-Eso tiene sentido. Psico nos advirtió que podía transformarse en animales -recordó Judie estando totalmente de acuerdo.

-¿Fobetor? ¿Quién es ese? -cuestionó entonces el más alto de los cantantes, entrometiéndose en la conversación.

Nos quedamos en silencio, compartiendo miradas cómplices. Habíamos llegado al acuerdo los cuatro de no hablarles sobre nuestra información a los chinitos.

-Y bien... -insistió molesto el que había observado que era el más seco, instando a los demás a atender en la sospechosa situación.

-¡¿Osais interrumpir al rey?! -irrumpí yo entonces improvisando para que la situación no fuera a peor. Me había salido una voz más aguda de lo normal, pero parecía que mi actuación había sido suficientemente convincente por que los chicos no dudaron en apartarse cabizbajos esparciéndose en la amplia sala. Suspiré resignado- ¿Qué hacemos ahora?

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Miré a ambos lados de la plaza nervioso. No se escuchaba más que el silencio de la oscura noche.

-Majestad, permítame insistir en la discusión sobre su participación en la peligrosa hazaña...

-¡Shhh! -acallé por septuagésima vez al pesado de los hoyuelos- Es mi hermana -susurré para no hacer mucho ruido- Soy yo quien debe ir a por ella. Además, soy muy capaz para...

-¡Majestad! -interrumpió el chico bajito de labios carnosos sobresaltándome. Señalaba a mi esparlda, justo donde Ariesen y los otros dos se escondían.

Uno de los chicos acababa de asomarse y, tras asegurarse de que no habia moros en la costa, hizo un gesto hacia el interior para que mi hermana y el otro lo siguieran.

Avancé unos pasos hacia ellos, moviendo mis brazos en el aire para que me vieran y vinieran hacia donde estabamos. El chico enseguida me vió y, tras hacerles un gesto a los otros para informarles del cambio de dirección, comenzaron a acercarse sigilosamente.

Sin embargo, justo cuando estaban a medio camino de distancia, el conocido alarido del ave se escuchó en la penumbra, apareciendo de pronto detrás del edificio en el que se resguardaban.

-¡Corred! -procuré avisarles alarmado, aún y cuando estaba seguro de que el alarido se había escuchado hasta en el mundo real de lo potente que había sido.

Podía ver como el animal iba acercándose a la velocidad de la luz. Mi instinto actuó por su cuenta y para cuando me di cuenta ya corria a toda velocidad en la dirección opuesta a la que debería.

Corrí hacia ella sin pensar en la consecuencias, ignorando las voces a mi espalda que temían por la seguridad del rey. Pero yo no era el rey, yo era Lynn, el hermano de Ariesen.

Evité el agarre del primer chico cuando pasó por mi lado, intentando alejarme. Seguí corriendo. Ariesen y el chico que tambien estaba consciente venian a la par. El ave estaba casi encima de ellos. Sus garras se acercaban a Ariesen peligrosamente. Apreté la velocidad de mis piernas al máximo. Debía llegar. Debía salvarla.

Las patas del ave estaban a centímetro de distancia cuando llegué a rodear a Ariesen con mis brazos, protegiéndola de cualquier peligro.

No obstante, cuando el animal por fin alcanzó a tocarme, solo sentí un cosquilleo. Un cosquilleo que se fue acentuando hasta convertirse en un terremoto en mi interior.