|Capítulo 6|

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{EL DIOS DEL SUEÑO}

Le di un ultimo trago al zumo de frutas y eché la cabeza hacia atrás para que los rayos de sol impactaran directamente en mi rostro. La frescura del agua en mi piel y las cosquillas que hacía esta cuando deslizaba mis pies por la superficie me tranquilizaba.

Eché un vistazo a la bandeja de desayuno que me había traído Judie y me di cuenta de que lo único que quedaba en ella era una solitaria manzana. Sonreí al recordar el sueño y la cogí para inspeccionarla como si se tratara de una joya nunca antes vista.

-Vaya, ¿y ahora también te gustan las manzanas? -expuso una voz conocida a mis espaldas. Me di la vuelta y lo miré sorprendida.

-¿Y tú como sabes que no me gustan las manzanas? -carraspeó la garganta incomodo y acarició su nuca mientras me dedicaba una sonrisa inocente.

-¿Puedo sentarme? -yo asentí no muy segura. Era la primera vez que me dirigía la palabra cuando no estaba obligado ha hacerlo- ¿Qué haces aquí fuera sola desayunando? -me preguntó una vez se sentó al borde del camino de madera a mi lado y mientras se descalzaba para meter sus pálidos pies en el lago también.

-Bueno... -comencé yo mientras jugaba con la manzana en mis manos- resulta que mi hermano esta demasiado ocupado siempre como para hacerme compañía y como aquí todo el mundo me trata como si fuera superior a ellos y estuviera hecha de cristal, prefiero estar en mi soledad -le lancé  la manzana a él juguetonamente y cuando la cogió y me miró sorprendido continué- Pero no se que me da que ese no es tu caso, Yoongi.

Él me sonrió de lado con arrogancia y apartó la mirada de mí para dirigirla a como sus pies jugaban con una rama que flotaba en las aguas estancadas. Su cabello largo y castaño oscuro le tapó el rostro ligeramente por el movimiento pero el alzó su mano para esconderlo detrás de su oreja y mirarme de nuevo.

-Siento mucho el como te he tratado hasta ahora, sobre todo lo de ayer -la sinceridad estaba impregnada en sus ojos y sonreí por ello, no sin haber sentido una punzada de dolor al recordar a Taehyung- Aunque esto que estoy haciendo ahora -nos señaló a ambos- no implica que haya dejado de pensar que eres muy rara.

-Esta bien. Se que tu personalidad es algo volátil, pero que en el fondo eres como un osito de peluche -Yoongi sonrió para luego hacer un gesto de indignación exagerada que me hizo reír.

-Tengo una reputación que mantener, ¿sabes? -yo reí aún más fuerte por su comentario.

Moví ligeramente mi pié y le salpiqué sin querer, mojando la parte de abajo de su larga túnica azul oscura.

-Acabas de firmar tu sentencia de muerte -me declaró con tono asesino antes de agacharse y salpicarme con las manos. Yo grité al sentir toda la parte superior del vestido empapado y noté como la fina tela del Hanbok veraniego que llevaba se pegaba a mi pecho.

-Lo-lo siento Princesa -tartamudeó Yoongi mientras se sonrojaba y apartaba la mirada avergonzado.

-Uyyy amigo... ¡Acabas de desatar a la bestia! -le grité. Yoongi me miró alarmado, pero cuando vio que yo también me agachaba al agua para salpicarle repetidas veces tanto con mis manos como con mis pies, sonrió y se unió a la lucha.

Estuvimos así un buen rato hasta que los dos con la respiración agitada y empapados de arriba abajo nos miramos y comenzamos a reírnos el uno del otro como dos locos. Era la primera vez que veía una sonrisa tan dulce de cerca, una sonrisa que me daba una falsa sensación de felicidad.

-¡Yoongi! -gritó alguien entonces a nuestras espaldas.

Los dos giramos al mismo tiempo, encontrándonos a Jin a unos 30 metros con el rostro serio y tenso.

MAYBE REAL ~Taehyung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora