|Capítulo 7|

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{PUÑALADA POR LA ESPALDA}

-Es hora de que cumplas con tus responsabilidades como princesa -sentenció mi hermano tras una larga charla a la que no había prestado atención. Mi cabeza seguía dándole vueltas a las palabras de Morfeo y me era difícil concentrarme en el discurso de Lynn.

-¿Cómo dices? -le pregunté confundida. No sabía de que hablaba. Él suspiró resignado.

-Digo que tu tiempo de recuperación a terminado. El curandero Shin me ha asegurado que estas completamente capacitada para comenzar con tus labores -yo asentí algo insegura, y es que, no sabía de que labores me hablaba- Me refiero a que, con tu edad, debes contraer matrimonio cuanto antes, antes de que tu belleza se marchite y no quede más que tu dinero y posición para atraer a los hombres.

Le miré horrorizada. Podría jurar que mi mandíbula había rozado el suelo de lo alucinada que me había quedado por sus palabras. Tenia gracia que Morfeo definiera esta situación como perfecta, por mucho que mis pretendienets fueran los miembros de mi grupo de música favorito.

-No se si te lo habrán comentado tus doncellas cotillas pero, al ser parte de la familia real, solo tienes derecho a escoger un marido de la nobleza y...

-Espera un segundo -le detuve casi riendo de lo terrible que me parecía lo que me decía- ¿Estas hablando de venderme como a una vaca?

-No mujer. Las vacas no tienen derecho a escoger su dueño, tú si.

Suspiré resignada. ¿Qué tipo de broma era esta? Esperé unos segundos a que hiciera un comentario anunciando que no había sido más que una broma, pero al ver que su expresión seguía igual de seria, resoplé sin poder creérmelo y salí a pasos de gigante del salón del trono con un cabreo como una montaña de grande.

"No son ni las 7 de la tarde y ya me he empapado de arriba abajo, he conversado con un dios griego y me están obligando a casarme. Casual" pensé.

Atravesé los largos y estrechos pasillos sin parar de maldecir por lo bajo y gritar de frustración y, como si el destino hubiera querido que lo encontrara, acabé enfrente de una puerta la cual jamás había atravesado.

Agarré el borde de la puerta para comenzar a tirar de ella con suavidad, intentando ser cautelosa. Suspiré de alivio al darme cuenta de que no era más que un vestidor. Entré a la oscura habitación sumida en un extraño presentimiento y entonces, como si una bombilla se hubiera encendido en mi mente, se me ocurrió una idea que en ese momento me pareció brillante.

Cogí una de las largas capas negras con capucha que había al lado de la puerta, me la coloqué de tal manera que mi rostro se veía totalmente camuflado y salí en dirección al jardín. Me asomé por la puerta que daba al campo verde y, tras asegurarme de que nadie andaba alrededor, atravesé el césped de puntillas. Llegué a la muralla de piedra sin mayor esfuerzo y miré hacia arriba. ¿Cómo conseguiría escalarla?

Me recargué en la pared enfadada conmigo misma por no haber pensado en ello y cerré los ojos pensativa. Mi instinto trabajó antes que mi mente y cuando me quería dar cuenta, ya me encontraba caminado hacia la derecha con cuidado de no se vista. Divisé una pequeña trampilla escondida tras un árbol de roble parecida a la que había atravesado para llegar al búnker y, sin pensarlo dos veces, la abrí, encontrándome una escalera improvisada y un oscuro pasillo en dirección a la parte exterior de la muralla.

Entré de un salto y tanteando con mis manos emprendí mi camino. La humedad era palpable y de vez en cuando se oían sonidos que me hacían saltar del susto y agitaban mi corazón. Estaba rodeada de absoluta oscuridad y me encontraba alerta mientras notaba como se me ponía la piel de gallina cuando pisaba algo fuera de lo normal.

MAYBE REAL ~Taehyung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora