|Capítulo 9|

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{BAJO LOS RAYOS DEL SOL}

Miré a mi alrededor con desesperación aunque sabía que ya no lo encontraría.

No entendía nada. ¿Por qué se escondía de mí? ¿Por qué se aparecía y desaparecía de la nada? Y lo más inquietante... ¿Lo de aquella noche era real? ¿Él de verdad había ido a verme? ¿De verdad había hablado con él? Mi estomago bailaba solo de pensarlo.

Un chico empujó mi hombro sin querer al pasar por mi lado, lo que me hizo salir de mi ensoñación. Todos se habían esparcido por la plaza de manera desordenada volviendo a lo que hacían antes de que los Herederos les interrumpieran.

Miré a mi alrededor ahora en busca de ellos y vi un caballo en la entrada de una casa cercana. Supuse que seria alguno preguntando por mi de casa en casa así que me acerqué.

La espalda ancha que estaba de espaldas a mi en el umbral de la puerta era inconfundible.

-¿Ha visto usted a la Princesa en las últimas 12 horas? -le preguntó Jin al propietario de la vivienda a la que había llamado.

El hombre con sombrero de campesino y una barba larga y canosa, me vio acercarme por detrás y asintió con lentitud sin apartar la mirada de mi. Yo sonreí con incomodidad sin saber bien que hacer.

-Se encuentra detrás de usted, Mi Señor -aseguró trabándose en cada palabra y alargando su brazo señalándome.

SeokJin se dio la vuelta al instante y siguió el brazo del señor hasta mí. Sonreí como una niña a la que la pillan haciendo una travesura y abrí la boca para decir algo pero antes de hacerlo Jin me envolvió en un cálido abrazo. Le correspondí en cuanto se me pasó la sorpresa.

-No sabes el susto que nos has dado -me susurró en el oído haciendo que la piel se me pusiera de gallina. Me apartó de su pecho para inspeccionarme- ¿Estas herida? -Me preguntó mientras me quitaba la capucha y acariciaba cada parte de mi rostro para comprobarlo. Yo reí sin poder evitarlo, ya que tenia muchas cosquillas- ¿Enserio sigues teniendo cosquillas cuando hago esto? -me preguntó alzando una ceja y comenzando a hacerme cosquillas en mis puntos débiles. Mis risas retumbaban en toda la pequeña entrada.

-¡Jinipa para! ¡Me voy a mear encima! -dije entre risas y él paró al instante, mirándome asombrado.

-¿Como me has llamado? -susurró en un hilo de voz. Yo le miré confundida y luego me di cuenta del apodo que sin querer le había puesto.

-Jinipa... Lo siento, no se de donde lo he sacado. Yo... -me volvió a envolver en sus brazos con fuerza y suspiró en mi cuello.

-Te he echado de menos, Ari -susurró.

Cuando se apartó de mí noté que tenia los ojos cristalizados pero enseguida volvió a ponerse serio y mandó un mensajero al castillo avisando de que yo estaba a salvo.

Me ayudó a montar en su caballo y junto a él emprendimos el camino. Cuando llegamos, mi hermano estaba esperándonos impaciente y cuando bajé del caballo, comenzó a insultar y gritar a diestro y siniestro en 50 millones de idiomas sin sentido alguno. Al final se tranquilizó, suspiró y acabó abrazándome mientras soltaba alguna lagrimilla traviesa.

Me hicieron contarles todo lo que había ocurrido, y así lo hice, inmutando a Yeudiel, Taehyung y el pasadizo secreto que había encontrado. Acabaron aceptando mi versión, aunque alguna sospecha notaba que tenían de que en algo mentía. Mandaron a unos guardias en busca de los vándalos que me atacaron y hicieron llamar a los demás Herederos para que descansaran.

Ya era por la tarde y como siempre, salí al patio a mojarme los pies en el agua mientras meditaba y pensaba en todo lo que había pasado. El sol brillaba más de lo normal y aunque las ganas de quitarme el molesto Hanbok eran intensas, tuve que contenerme por miedo a una nueva reprimenda.

MAYBE REAL ~Taehyung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora