• V e i n t i n u e v e •

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Sus párpados pesaron, la luz del sol comenzaba a molestarle con cada minuto que transcurría y además, el dolor de las heridas en sus piernas y brazos aun quemaba su piel, los cuales nadie se preocupó por revisar, ni curar. Los cortes eran profundos, por lo tanto tardarían un poco mas en sanar por si mismas. Había dormido en aquella celda fría y oscura con deseos de salir e ir junto a Luhan, pero ahora estaba afuera frente a un tumulto de personas, haciendo que deseara con todas sus fuerzas volver a ese calabozo. Trató de mover sus muñecas para cubrir sus ojos de aquella brillante luz, pero el metal frío sobre su piel le impedía hacerlo.

Por un momento había olvidado que estaba encadenado. De rodillas sobre aquella tarima y con sus muñecas por delante unidas por los brazaletes de hierro frías y pesadas, aun así se mantuvo sereno. No le importó que de sus manos saliera una gran cadena larga que un guardia de la manada sostenía. No dijo nada o se quejó por ese trato tan inhumano que estaba recibiendo, él solo guardó silencio y mantuvo su cabeza gacha, sus ojos cerrados y con la mente puesta en una sola imagen que tranquilizaba a su ser. Luhan, el siempre estaba ahí para esos momentos en los que quería no existir, cuando sentía en carne viva las penetrantes miradas de los aldeanos.

Estaba bien, pasara lo que pasara. Estaba bien.

Escuchó las voces resonar cada vez mas fuertes en torno a él, un tercio de la manada se hallaba ahí, juzgandolo como siempre lo hacían. Estaba seguro que poco a poco mas de la mitad llegaría a esa plaza, aunque muy difícilmente iban a caber en un sitio tan reducido.

- Es hora de comenzar.

Aquellas palabras que aquel alfa emitía decía que pronto vendría su castigo, la sentencia era inminente. Lo sabía, este no era un juicio, el guardia solo iba a castigarlo por lo que supuestamente había hecho. Sin averiguar o preguntarle que había sucedido aquella tarde en ese bosque. Después de todo era Sehun, el lobo de ojos rojos cual demonio que solo traería y ocasionaria desgracias a la manada.

- El alfa Oh Yifan llegó para decir la sentencia a este lobo que atacó a dos miembros de nuestra manada, por suerte ambos están con vida. Aunque uno de ellos aun no despierta, esta estable y en recuperación.

En ese comunicado había tantas cosas que hizo que hicieron que se sintiera de mil maneras. La mas importante para él, era que por fin sabía y estaba seguro que Luhan ya no corría peligro y se estaba recuperado. Quería sonreír, mas después de haber escuchado que el alfa Yifan estaba presente a solo unos metros cerca suyo, hizo que se mantuviera serio. Podía sentir a la perfección el fuerte aroma y el aura pesada que desprendía Yifan, pero Sehun no levantó la cabeza en ningún momento y mucho menos dijo algo. Pensar en Luhan era lo único que hacía que mantuviera sus ojos cerrados y serenos.

- Ante tal traición todos sabemos que la pena es la expulsión de la manada - los murmullos comenzaron a escucharse mas fuerte después de eso y Sehun por primera vez en ese día tuvo miedo, él no quería irse y dejar a Luhan, a su família.

- ¡El es inocente!... déjenme... déjenme pasar - Sehun no pudo evitar abrir los ojos al escuchar la voz de su madre en medio de la multitud, vio su cabellera castaña por sobre las demás personas, gritando y empujando queriendo llegar hacia él. Sus ojos se conectaron con los de ella y solo vio dolor y preocupación en ellos.

- Lo siento Taeyeon, pero Sehun es culpable. Atacó a dos miembros de la manada, además Hyuk, uno de los afectados lo acusó, por suerte se encuentra bien.

- ¡Eso no es cierto! Sehun no haría una cosa así. Tan siquiera le preguntaron a él que paso. ¿Y por qué no hay un juicio?

- Los Guardias los vieron, Sehun se convirtió en lobo y atacó a un alfa y su omega - Yifan se mantuvo serio, nada podía hacer mas que seguir con las normas de la manada. Para él, Sehun se había equivocado y aunque fuera su hijo, no podía hacer nada.

Los Ojos Del Lobo [HunHan] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora