– En serio, ¿No le diste alguna pócima de tipo"Harry Potter" a este chico?– Me preguntó Diego incrédulo, mientras observa sobre su hombro en dirección a la mesa del fondo, dónde Leo Cortázar junto a su séquito de hipsters no dejaba de mirarme.–, esto pasó de ser romántico a ser escalofriante– dijo, tras temblar en su sitio.
Rodé los ojos por su exageración pero tenía razón, la mirada verde de este chico estaba enserio irritándome pero tampoco quería darle importancia porque a penas y se daba cuenta de que lo estaba notando, este chico parecía darse ánimos de algo que no tengo idea creía ser. Así que había decidido ignorarlo olímpicamente, esperaba que así se aburriera de mí me dejará de joder.
– ¿No te preocupa que pueda ser un asesino serial?
– No.- Suspiré cansada. — Ypor favor deja de decir estupideces, parece que tú le das más importancia que yo.
Diego abrió mucho sus ojos y frunció el ceño.
– ¡Pues claro que le doy importancia!– Contestó ofendido.– ¡Hay un tipo que está acosando a mi mejor amiga! ¿Es qué no sabes que el único hombre que puede haber en tu vida, soy yo?
Aquella actitud me sacaba de quicio y me molestaba, odiaba cuándo Diego se ponía sobreproctetor. Golpee uno de sus hombros y lo miré enojada.
–¡En serio eres una bestia!– Farfulló adolorido por mi puñetazo.– Deberías agradecer que te cuido, ¿Quién no querría un caballero de armadura brillante para que la protejan?
– Me van más los forajidos que los caballeros– le contesté.
En ese momento observé cómo Isa se acercaba a nosotros, traía en sus manos la charola de metal con el desayuno de la cafetería. Sus ojos nos buscaban entre las mesas y con su altura parecía un pequeño ratoncito perdido. Me apiadé de ella y levanté mi mano para que nos pudiera localizar, su rostro se alivió de inmediato y caminó con paso más seguro entre el mar de gente.
– ¿Por qué no estamos en la mesa habitual?– Preguntó mi amiga mientras descansaba su desayuno en la mesa. Diego se recorrió a un lado para hacerle espacio.
– Por qué una manada de hipsters acosadores se adueñaron de nuestro lugar– le respondió Diego. Isa levantó una ceja y dirigió su mirada a nuestro antiguo lugar donde Leo Cortázar seguía siendo un maldito stalker, su vista viajó primero a él y puedo ver cómo se sonrojó al notar la mirada del chico pero duró un segundo hasta que se dió cuenta de que no era exactamente a ella a quién observa, noté cómo sus ojos se agrandaron un poco cuándo se dio cuenta a quién estaba acosando.
–¡Laura!– exclamó exaltada– ¡Ese chico no te quita los ojos de encima!
Negué con la cabeza, frustrada y cerré los ojos mientras frotaba con mis dedos mis cienes, estaba cansada de esta escena. Diego se rió estrepitosamente.
–¿Lo conoces o algo? – Preguntó la chica.– ¿Le gustas? ¿A ti te gusta él?
La miré asustada. Me pregunté si en esto consiste tener una amiga, jamás tuve amigas siempre había tenido a Diego a mi lado, nunca había tenido la necesidad de buscar a añadir más pero...
– No... no lo creo.
Isa soltó un chillido de emoción.
–¿Sabes cómo se llama?
– Leo...
–¿Y en qué año esta? ¿De dónde lo conoces? ¿Por eso invadió nuestra mesa? ¿Para hablarte?
– Basta– Le dije levantándome del asiento, me sentía tan mareada.–, necesito ir al baño.
No era del todo mentira. pero la verdad es que todo ese formulario me había hecho sentir enferma. Así que dejé a mis amigos detrás y caminé apresurada a la salida de la cafetería. Mi corazón latía feroz, estaba abrumada por ser el centro de atención.
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Blue Royalty
Teen FictionLa gente no cree en los cuentos de hadas... y te voy a decir porqué.