Cómo todo comenzó

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—Juguemos...

Dos cosas pasaron, después de que TJ, dijera aquello: Cyrus no captó realmente lo que deseaba decir, y además le sonrió pensando que realmente harían algún tipo de juego. Bueno, el capitán del equipo de básquet, no lo podía culpar, Cyrus era tan inocente y único a la vez.

Aquello a veces le gustaba y otra veces lo odiaba.

—¡Bien! —Dijo muy animado el de ojos marrones —pero debo aclarar que no soy el mejor en deporte...de hecho el deporte definitivamente no es lo mío.

Rió nerviosamente ante aquella aclaración, ya que realmente no mentía, pero tampoco quería quedar como un debilucho, ¿Pero qué culpa tenía él de que la fuerza física no fuera su fuerte? Los genes fallaron, no él.

TJ sabía mucho y poco a la vez de Cyrus, pero las pocas cosas que, ahora sabía de él, lo ponían en gran ventaja sobre el chico que ahora tenía enfrente. Cyrus, era un chico inteligente, a veces torpe y una persona con un gran corazón, tan amable y honesto, tan buena persona, tan contrario a TJ.

Ambos eran polos opuestos desde cualquier punto de vista. Cómo el agua y el aceite. Lo malo de ser tan opuestos y de que la bondad de Cyrus fuera tan inmensa, era que TJ podía aprovecharse de ello, sin vacilar siquiera. Y es que bueno, él era un chico malo, con una idea nada buena rodeando su cabeza.

El chico, que era amigo de la nueva integrante del equipo de básquet, no le había hecho nada malo, es más apenas lo conocía, y se veía que era tan buen chico, que el de ojos verdes, no pudo evitar pensar 《¿Y si me aprovecho de él?》 Esa idea se le vino a la mente, después de que ayudó a Cyrus a conseguir nuevamente un muffin de chispas de chocolate.

El chico se veía tan ansioso en esa ocasión, dado que nuevamente parecía perder la oportunidad de probar su postre favorito, por lo que se compadeció de él y decidió darle su ayuda por segunda vez.

Y si todo salía como él quería, lo recompensaria de vez en cuando con ese estúpido postre, que el más bajo de ambos, parecía amar. Nada podía salir mal. El plan era perfecto y por demás simple; le pediría a Cyrus que hiciera su tarea de álgebra, y de otras materias más si se le antojaba, y Cyrus seguro lo haría en "nombre de su amistad", de esta forma ya no iba a verse obligado a soportar a Buffy o correr riesgo de quedar fuera del equipo de básquet por sus malas calificaciones. Claro que debía ser cuidadoso si no quería que Buffy o esa tal Andi intentarán intervenir en sus planes.

— Eres bastante particular, chico muffin.

Cyrus, entró en pánico al oírlo, y su expresión facial así se lo mostró a TJ.

— ¿Y eso es bueno o malo? — Movió sus manos con nerviosismo.

— ¡Hey tranquilo! —Sonrió después de lo dicho y su acompañante lo imitó.

Un mes completo transcurrió después de aquella plática entre ambos, y muchas cosas habían cambiando, tanto que los mismos cambios ya se hacían notar.

El capitán del equipo de básquet, había mejorado mucho sus calificaciones, tanto que su profesor de álgebra estaba realmente sorprendido, quizás el sugerirle a Buffy como tutora a su alumno, había dado mejores resultados de lo que esperaba.

Por otra parte, las peleas de Buffy y el mismo TJ habían disminuido mucho.

Y Cyrus, bueno él estaba realmente feliz de tener un nuevo amigo, aunque esta amistad fuera prácticamente secreta, tanto que parecía que sólo él era consciente de esta.

Y esta vez como tantas otras, había ido al partido de básquet de la escuela para apoyar a sus amigos. Estaba feliz de que el equipo de su amiga fuera ganando y que esta participará más durante el partido.

—¡Gané! — gritó Buffy a todo pulmón después de que se diera por terminado el partido de básquet, claro que al ver la cara de desconcierto de sus compañeros, ante sus palabras, se rectificó. — Quiero decir, ¡Ganamos!

Y por arte de magia quedó todo olvidado y todos volvieron a celebrar como si nada hubiera pasado.

Había sido una tarde genial después de todo.

El equipo que representaba a la escuela había ganado y sólo eso importaba.

—  ¡Felicidades Buffy!— fue lo primero que dijo Andi al acercarse.

— Estuviste genial, Buffy—sonrió sincero, Cyrus a su amiga y gran confidente.

Todo estuvo genial entre los chicos hasta que una voz poco apreciada por la que antes cantaba victoria, se hizo oír.

—Ven aquí, chico Muffin.

Y antes de que Cyrus, pudiera atender el llamado de TJ, su más cercana amiga se colocó delante de él, cual leona protegiendo a su cría. Teniendo además una mirada para nada amigable.

Ante esto el chico que parecía ser y era bastante arrogante sonrió prepotente.

—Hey, tranquila no voy a hacerle daño—por un momento esquivó la mirada furiosa de la Driscoll para mirar a Cyrus—  Y bien, ¿Te quedarás ahí o piensas en algún momento moverte?

Sin decir más se dio vuelta para continuar su camino, y no le hizo falta mirar atrás para saber qué sin importar las protestas por parte de Buffy o Andi, Cyrus fue detrás de él. Y mentiría si dijese que no disfrutaba momentos como aquellos, y es que bueno, Cyrus ya no era más que una mascota con correa, y a TJ le gustaba demasiado tirar de esa correa cada vez que así lo quería

— Te estuve llamando antes de que empezará el partido, y no respondiste, ¿Dónde se supone qué estabas?

Otra cosa, muy de Cyrus, era mal acostumbrar a sus amigos, al estar cada vez que ellos necesitaban de él. El combinar aquello con la actitud prepotente de su nuevo amigo, era una combinación peligrosa. Lástima que ninguno de los dos era consciente de esto.

—Mi celular está sin batería, lo siento.

Al oírlo, TJ frenó su caminata, y aprovechando que no había nadie en los pasillos, ya que estaban aún celebrando la victoria obtenida, dejó ver su mal humor.

—Te pregunté dónde estuviste— su cara de pocos amigos se hizo notar y por un momento el de ojos marrones sintió miedo. Sabía que TJ tenía sus momentos pero eso no quería decir que los podía tolerar.

—Estaba con Jonah—al levantar la mirada, vio la cara de desconcierto de quien lo acompañaba, por ello continuó —Beck.

—Ya lo recuerdo. Es el idiota que cree que el
frisbee es un deporte— una sonrisa con aires de superioridad se apoderó de su rostro.

— Jonah no es un idiota, y el frisbee si es un deporte, hasta cuenta con un equipo que lo demuestra.

TJ, bien podría demostrarle que no estaba en lo correcto, pero después de haber jugado aquel partido estaba realmente agotado y lo último que deseaba era discutir por tal estupidez además Cyrus hablaba con tanta determinación del tema.

Lo único que tenía claro, en ese momento, era que Jonah Beck ya formaba parte de su lista negra.

Era curioso cómo una persona con la que ni siquiera había cruzado palabra le podía caer tal mal.



Manipulable [Cyrus y TJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora