Manipulable [Cyrus y TJ]

Amber

Cuando se observó frente al espejo que adornaba el baño, miró minuciosamente su cuello en este mismo, y con fortuna comprobó cómo las marcas ya prácticamente eran nulas lo cual le alegraba en gran medida debido a que aunque el calor ya había llegado desde hacía un buen tiempo, tuvo que verse obligado a utilizar cualquier tipo de suéter que ayudará a cubrir los marcas o chupones que tenía a causa de cierta persona, que parecía tener algún tipo de costumbre por siempre dejar su cuello marcado, como si se tratase de animales en pleno celo y no de dos personas. La última vez que había conseguido el valor para reclamarle aquella actitud, sólo consiguió que el otro hiciera caso omiso a su pedido y que con toda la intención del mundo (para mandar al diablo su pedido), le hiciera marcas imposible de ignorar mientras que Cyrus sentía gran frustración porque su propio cuerpo se había vuelto su peor enemigo y ahora no era más que un títere que se dejaba usar al antojo de alguien como TJ. Era incluso increíble para él mismo comprobar lo sensible que se había vuelto al toque del otro sin siquiera proponérselo, era simplemente aterrador para alguien como Cyrus descubrir que su cuerpo (involuntariamente), buscaba el toque de su amigo sin que fuera plenamente consciente de esto.

Cyrus Goodman se había vuelto un pervertido, pero en su defensa todo era a causa de TJ Kippen, ¿Qué culpa podía tener el pobre de ojos marrones? Él sólo era una  persona incapaz desde nacimiento a negarse a algo y su amigo sabía aprovecharse muy bien de esto para someterlo, y que las cosas terminarán con los resultados que él buscaba.

Por otro lado, tampoco podía ocultar que  pese a todo, su amigo lo cuidaba como si fuera uno de sus mayores tesoros, como si tuviera miedo a romperlo con cada caricia, con cada beso. Cuando se lo proponía era de lo más considerado, demostrando con sus actitudes lo mucho que le importaba y en aquellos momentos (que solían repetirse con frecuencia), él debía admitir que se sentía muy especial para el otro. Era como si fuese su todo y si Cyrus debía ser sincero, con él mismo más que con nadie, admitía que le gustaba ser “el todo” de TJ porque cuando sueles importarle tanto a alguien todo lo demás pasa a segundo plano, nada tiene más prioridad que tú y la sensación de satisfacción que proporcionaba aquel tipo de situaciones era de lo más embriagadora. 

Él se sentía muy querido. Y teniendo en cuenta de que siempre había sido un chico con un muy notable problema de autoestima aquello era similar a una de las mejores drogas. Aquello era como estar en otro mundo. Era perfecto.

Y es que su dependencia emocional por su amigo cada vez era más y más grande rozando lo enfermizo, y TJ no estaba mejor que él, por el contrario, no faltaba el momento en que sentía que podía volverse loco si no lo tenía cerca y los celos, aquello sin duda era lo peor de todo, porque aunque ya hubiera poseído a Cyrus de todas las maneras posibles, sabía perfectamente que este aún amaba a Jonah, bastaba con ver el brillo en sus ojos cada vez que lo veía para saber esto y aunque era prácticamente imposible que el novio de Andi pusiera sus ojos en Cyrus, no era capaz de poder controlarse para matar aquellos celos, la única forma de sacarlos de su cabeza era consiguiendo que “su adorado tormento” lo amara a él y sólo a él pero esa posibilidad se veía muy lejana porque quizás logró manipularlo hasta el punto de conseguir que se entregará a él pero eso no quería decir que también pudiera conseguir de la misma forma que Cyrus lo amara.  No era tan fácil conseguir algo tan grande como lo que pretendía.

Y mientras el de ojos marrones, sentía que estaba en uno de sus mejores momentos, su amigo poco a poco se iba consumiendo en su propio juego.

Cuando ya estuvo listo, bajó al comedor encontrándose con Buffy y Marty, estos estaban practicado con su madre. Se había olvidado que ella ahora estaría todo el día en casa,ya que pretendía organizar un poco su hogar y aprovechar también para descansar después de todo el año ya estaba por terminar y para ese tiempo su madre Leslie siempre solía dejar de lado su trabajo por unos días, después de todo no era nada fácil ni mucho menos agradable escuchar problemas diferente de personas diferentes todos los días, su mente exigía un descanso.