Manipulable [Cyrus y TJ]

Se acabó...para volver a empezar

—¿Qué harás?

—Me iré por un tiempo indefinido. 

Y es que por más que lo intentó de buena manera, los resultados no fueron los que él esperó y todo se terminó desmoronando o lo que es peor: todo terminó volviéndose en su contra sin que lo pudiera evitar, y ya incluso no lo podía negar más, cuando era evidente que todo se había ido de su control hace mucho tiempo y aunque era tarde para intentar remediar las cosas prefería marcharse cuando todavía tenía la voluntad suficiente para hacerlo por que cuando algo estaba roto, hecho pedazos ya no importaba cuando lo lamentaras o cuántas veces intentaras arreglarlo, ese algo seguiría roto y aunque consiguieras reparar algunas piezas, ese algo jamás volvería a hacer el mismo de antes y ahora lo comprendía y odiaba haber tenido la madurez para ver que por un estúpido capricho de su parte había destruido a una hermosa persona, a alguien tan puro e incapaz de dañar a alguien más, pero así de idiota éramos las personas a veces, destruiamos solamente porque nos apetecía hacerlo sin medir las consecuencias de nuestros actos, por que cuando vemos algo o alguien tan perfecto ante nuestros ojos, no lo podemos atesorar como se debe, pero este tipo de sentir era mucho más propio de un adolescente, independiente del género, y es que gracias a estos incidentes, en lo que es el inicio de nuestras vidas, podemos llegar después a ancianos teniendo ya la sabiduría que sólo la experiencia de vivir nos daba. 
Pero algo muy particular había pasado en la vida de TJ Kippen esta vez, él había madurado gracias a Cyrus Goodman, lo suficiente como para saber que se había portado muy mal con este último, su amiga Amber tenía toda la razón del mundo, le había hecho tanto daño que incluso se asustaba al ver de lo que había sido capaz de hacer, a alguien que nunca le había hecho nada malo, o quizás si, porque fue gracias al mismo Cyrus que él había experimentado sensaciones nuevas, que incluso habían llegado a ser peligrosas, sensaciones que sacaron lo peor de su persona y lo orillaron a cometer error tras error, daño tras daño. Y ahora que tenía la madurez suficiente para verlo, sabía que no tenía más alternativa que alejarse de forma definitiva de a quien tanto daño le causó, ya ni siquiera se planteó la posibilidad de quedarse ¿Para qué hacerlo? El daño ya estaba hecho y el que decidiera quedarse no ayudaría en nada, sólo provocaría que las cosas se estancaran aún más de ser posible, y por sobre todas las cosas ya no podría reparar lo que él mismo había roto.

Mucho menos podía pensar que él y Cyrus tenían alguna posibilidad de terminar juntos cuando sabía bien que no era así, por dos grandes razones: el amigo de Buffy despertaba en él un deseo de posesión que a su corta edad lo hacía cometer locuras, como lo fue manipularlo para tenerlo a su lado, su deseo por Cyrus parecía jamás ser saciado, incluso después de acostarse con él comprobó que jamás estaría satisfecho, nunca tendría suficiente y por más dependencia emocional que alimentará constantemente sobre el de ojos marrones, este jamás llegaría a un grado de sumisión absoluto porque Cyrus no lo amaba. En cuanto a la otra razón, entraba en juego el hecho de que ninguno de los dos se amaban realmente como para luchar por una relación en donde sus miedos e inseguridades no ganarán siempre ante la razón. Y no habiendo amor de por medio sería cuestión de tiempo para que terminarán hundidos en su propio juego, porque lo que empieza mal, termina mal y esa era su realidad. 

Amber, no esperaba que volvieran sin embargo, tampoco esperaba que su amigo tomará una decisión tan drástica como lo era marcharse. Ella no quería eso, juraba que no, pero si era lo mejor para él, no tenía motivos válidos para impedir su partida.

—Lo intenté por las buenas pero no pude—recordó lo que había pasado hacía una dos semanas en los vestidores del colegio—me bastó con verlo una maldita vez para querer mandar todo al carajo y lo peor es que él parece estar de acuerdo con esta absurda relación.