–¿Se conocen?– Dijo Marco mirandome furioso.
–No, jamás en mi vida la había visto–. Respondí tratando de sonar lo mas convencido posible, Paola solo me miró y yo aparté la vista de ella, sentía como mi corazón se partía en pedacitos, me hice el fuerte para disimularlo.
–Bueno, pues ellos son Santiago, José Luis y Renato llevan algunos años trabajando para mi y la nena preciosa se llama Paola, ella es mi esposa nos comprometimos apenas hace una semana, tiene un año en él negocio, ellos se encargan de traerme a mis perras y Paola se encarga de arreglarlas para mis clientes –. Dijo Marco a la misma vez que tomaba a Paola por la cintura. –El es Jadiel y a partir de hoy va a trabajar con nosotros, el se va encargar de traerme perras igual que ustedes –. Dijo Marco dirigiéndose a sus otros empleados. –Y como lo prometido es deuda, toma a la zorra que escogiste y hazla tuya–. Marco me sonrió y yo asentí.
Caminé hacia la niña que le había señalado momentos antes, ella solo me miró con miedo y comenzó a llorar, la tomé de la mano pero ella se rehusaba a moverse de su lugar. Recordé a Monse y esas tardes en que llegaba llorando a buscarme a mi casa.
–Hablale con groserías, solo así entienden son como animales a veces hasta con golpes las haces entender –. Dijo él jefe de los mafiosos, sacandome de mi pensamiento.
Tuve que tratar a la niña tal como me había dicho Marco para que no sospechara de mi, aunque Santiago y él zancudo sabían bien quien era aunque él zancudo no diría nada Santiago estaba mas puesto que un calcetín para delatarme.
–Al fondo están las recámaras –. Dijo uno de los mafiosos.
–Vamos maldita, muevete–. Le dije a la niña que no paraba de llorar.
Llegamos hasta una habitación con baño y la cama solamente, la niña entró y después de ella entré yo.
–Una hora galán –. Dijo Marco sonriendome, yo solo asentí y el cerró la puerta.
La niña me miraba con miedo y no paraba de llorar.
–¿Como te llamas?– le pregunte.
–Mayra–. Respondió llorando.
–Estoy aquí para ayudarte a ti y a tus amigas–. Le dije tratando de tranquilizarla, ella poco a poco se fue calmando.Saqué el celular y le llamé a Ramirez.
–¿Ramirez? Necesito que nos saques de aqui cuanto antes–.
–Ya tenemos tu ubicación y los refuerzos van en camino, no te desesperes sigue actuando normal–. Dijo Ramirez del otro lado de la línea.Terminé la llamada y enseguida alguien tocó a la puerta.
–Asi que todo esto es parte de un operativo–. Dijo la inconfundible voz de Santiago –Abre la puerta o aqui te mueres Jadiel –. Dijo esta vez golpeando mas fuerte.
Mayra comenzó a llorar después de que ya se había tranquilizado.
–Mayra escuchame, tienes que ser muy valiente ¿si?, tenemos que salir de aquí –. Dije mirando a Mayra a los ojos.
–¡Abre la jodida puerta hijo de la chingada!– esta vez era Marco Antonio el que gritaba.
Sin pensarlo dos veces rompí el vidrio de la ventana, me quité la playera que llevaba puesta y la puse en el marco inferior de esta para poder salir sin cortarnos, los golpes cada vez mas se hacían mas fuertes haciendo parecer que la puerta cedería en cualquier momento. Primero salí yo.
–¡No lo lograré!– dijo Mayra llorando.
–Te ayudaré dame la mano – le dije a Mayra cuando estuve afuera, ella estaba indecisa y entonces la puerta comenzó a ceder.–¡Vamos confía en mi!– le dije a Mayra con los nervios de punta.
Ella por fin se decidió y saltó de la ventana que estaba a dos metros del suelo.
–Dame la mano no me sueltes–. Le dije a Mayra que temblaba del miedo. Nos adentramos en la montaña, iba a ser difícil escapar de ese lugar porque había arbustos, y árboles por todos lados e impedían avanzar rápido, pero ese no era él verdadero problema, él problema era que había hojarasca seca lo cual nos delataría a cada paso que diéramos, se empezaban a oir gritos y mentadas de madre mas cerca de nosotros, y enseguida se escucharon ladridos, no lo íbamos a lograr.
–Ya me cansé –. Dijo Mayra con la respiración agitada.
–Tenemos que seguir Mayra no nos podemos detener – le dije agitado, sentía que mi pecho ardía y comenzaba a sofocarme.
Seguimos corriendo por entre los arboles y los arbustos de la montaña, el suelo era pedregoso y no pude evitar tropezar un par de veces, sentía que la respiración ya me abandonaba y decidimos detenernos un momento a tomar aire, me recargué en un árbol cuando un disparo se escuchó cerca y la bala pasó rozando el tronco de éste, y después la misma persona que había disparado ya estaba a un lado mío apuntándome con una 9mm, era el hombre de bigote.
–Ya te tengo imbécil, espero que estés confesado porque aquí mismo te vas a morir, nadie encontrara tu cuerpo, serás comida para los coyotes–. Dijo riéndose –¡Chamaca, ven para acá!– Le dijo a Mayra que lloraba del miedo.
–¡No por favor, yo no quiero regresar a ese lugar!–. Decía Mayra sollozando.
–¡No te pregunté perra! ¡Muevete!– Dijo él tipo disparando al aire.
Mayra comenzó a caminar hacia la posición del tipo.
–Hincate, y pon las manos detrás de la cabeza –. Dijo él tipo apuntándome con el arma, hice lo que pidió y Mayra solo lloraba. Sentí como puso el arma en mi cabeza cerré los ojos y de pronto oí un disparo.
Seguía vivo, pero entonces ¿A quien le habian disparado y quien había sido?
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OSCURO SECRETO
Short StoryÉl un depresivo alcoholico que fue engañado por su novia Ella guarda un oscuro secreto que lo llevara a él a enfrentar a la muerte de frente. (Le hice algunos cambios porque a mi parecer esta obra es bazofia, entiendanme, cuando lo hice trabajaba en...