No pude conciliar él sueño desde que pasó mi desgracia esta madrugada. No tenía ganas de levantarme, enseguida pasó el guardia haciendo su escandalo de ayer por la mañana para levantarnos a bañar. Andrés se levantó y me animó a levantarme.
-Vamos, te podrás limpiar la sensación de ese imbécil en tu cuerpo-. Me dijo Andrés tratando de animarme. Por un lado tuvo razón, me sentía sucio y asqueado.
Me bajé con cuidado porque me dolía la planta del pie, caminé cojeando afuera y a un lado de mi iba Andrés.
Llegamos a las regaderas y sin pensármelo dos veces como ayer me desvestí y me meti a bañar, perdí la cuenta de cuantas veces me restregue la esponja de baño solo quería dejar de sentir asco por mi mismo.
Me terminé de bañar y me vestí, Andrés había terminado primero que yo y ya me esperaba afuera.
Llegamos a la celda y me volví a cubrir con la cobija. Andrés me animaba para que lo acompañara a desayunar pero me negué, al final desistió y se fue en compañía del zancudo al comedor. Al parecer también había por su protección esa madrugada.
Él sueño me venció, no tengo idea de cuanto dormí hasta que él guardia me despertó.
-Lopez, tienes visita -. Dijo con voz firme.
Me levanté y me Peiné con un sobrecito de gel que había tomado de un topercito esta mañana en las regaderas.
Él guardia me condujo hasta el área de visita, era Elizabeth acompañada de mi hijo y de su papá, o sea mi jefe en la estación de policía.
Después de dos años volví a ver a mi pequeño, recuerdo que tenia apenas tres meses de nacido cuando Elizabeth se lo llevó prohibiéndome verlo. Se parecía mucho a mi. El papá de Elizabeth le dijo al oído. -El es tu papá -. El niño me miró y enseguida corrió con sus bracitos abiertos hasta donde estaba yo, me puse en cuclillas para estar a la estatura de el, lo abracé muy fuerte y lloré de la emoción. Me levanté con el en mis brazos y caminé hasta donde estaban Elizabeth y su papá.
-¿Jadiel que te pasó en la cara?- preguntó Elizabeth. Yo solo la miré y no respondí a su pregunta, que le importaba saber si ella también se había encargado de dejarme cicatrices cuando vivimos juntos.
-Hola Jadiel ¿como estas?- me preguntó.
-Bien- respondí con una pequeña sonrisa.
-Yo no diría lo mismo, ¿Que te pasó en la cara?- preguntó Ramirez, mi jefe, papá de Elizabeth.-No es nada-.Respondí.
-Jadiel yo se como es la vida en la carcel, es por eso que mi esposa ha apelado ante el juez para que tu juicio fuera lo mas pronto posible. Será mañana.-Jaddiel ya llevé mis cosas a nuestro apartamento, volveremos a ser una familia mi amor -. Dijo Elizabeth emocionada, yo solo la miré sin responderle nada.
-Bueno Jadiel, me dio gusto venir a verte y saber que estas bien - dijo él papá de Elizabeth levantandose de donde estaba sentado.
-¿Me prometes que te vas a portar bien hasta que nos volvamos a ver?- le dije a mi pequeño hijo, el solo asintió con una sonrisa en su carita. -Bueno, ve con mamá, no olvides que te quiero -. Le dije bajándolo de mis brazos, el niño fue con Elizabeth y salieron del área de visita, mi hijo a lo lejos me decía adiós con su mano.
Me dirigí hasta mi celda hubiera querido que ese pequeño instante en el que estuve junto a mi hijo nunca hubiera terminado.
Para cuando llegué a la celda Andrés ya estaba ahí, viendo una revista porno que ya mas o menos me imaginaba de quien era.
-¿Tuviste visita?-. Me preguntó.
-Si-. Le respondí. -¿Te gusta ver chicas desnudas?- pregunté.
-Si, ¿Apoco a ti no?-. Me respondió con una sonrisita burlona.
-Si, pero yo prefiero tenerlas en vivo-. Respondí mientras me subía cuidadosamente a la litera.Me recosté viendo hacia el techo, viendo la foto de Paola, ya quería salir de este lugar para ir a buscarla y arreglar nuestra relación, la extrañaba muchísimo y casi como llamándola con el pensamiento, no fui yo quien la buscó, sino ella a mi. Aquí estaba el guardia de nuevo.
-Lopez, tiene visitas-.
Me baje de la litera de nuevo, seguí al guardia y llegamos al área de visita, ahí estaba ella.
-Tiene veinte minutos Lopez -. Me dijo él guardia. Solo asentí.
Paola al verme se puso a llorar y corrió a abrazarme.
-Perdoname fui una estúpida lo siento-. Suplicaba llorando.
-Perdonarte que pequeña, te amo mi amor te he extrañado mucho-. Le respondí abrazándola muy fuerte.
-Yo también te extraño -. Me dijo abrazandome. -¿Que te paso en la cara?-. Me preguntó.
-Me peleé -. Respondí.
-Mira como te han dejado -. Me respondió.-Pau, tengo que decirte algo, mañana empieza mi juicio, y la mamá de Elizabeth me va a representar con una condición.- le dije triste.
-¿Cual?-. Preguntó soltandome.
–Pau, no te vayas– la tomé fuerte de la mano –Quiere que regrese con Elizabeth –. Le dije mirándola con cara de tristeza.–¿Y accediste verdad?– dijo mirándome con decepción.
–Pau, lo hice por mi hijo, si me quedo aquí ve tu a saber cuantos años de carcel me iban a echar, ya me perdí dos años de estar con el, no quiero perder más, Pau no me dejes–. Respondí suplicando.–¡Solo jugaste conmigo! ¡Sueltame o voy a gritar Jadiel!–. Dijo Paola jaloneando su mano de la que la tenía tomada.
–Pau, no me dejes mi pequeña yo te amo, te amo mi amor, contigo me siento vivo, me hiciste creer en el amor de nuevo –. Le respondí llorando. –Vamonos pequeña, vámonos lejos, mi hijo tu y yo a donde nadie vuelva a saber de nosotros–. Paola se me quedó mirando.
–¿Estas seguro?– Respondió dudando de mi.
–Si, estoy seguro mi amor, cuando salga de aquí nos iremos muy muy lejos–. Respondí.–Dejame pensarlo Jadiel–. Me dijo pensativa, demasiado sospechosa.
Él guardia se acerco para decirme que él tiempo de visita había terminado, le di un beso muy apasionado a Paola y el guardia la acompañó hasta la salida.
Me quedé muy triste porque no quería perderla.
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OSCURO SECRETO
Short StoryÉl un depresivo alcoholico que fue engañado por su novia Ella guarda un oscuro secreto que lo llevara a él a enfrentar a la muerte de frente. (Le hice algunos cambios porque a mi parecer esta obra es bazofia, entiendanme, cuando lo hice trabajaba en...