La larga noche no parecía querer terminar nunca, ni siquiera después de la caja de pizza y el par de gaseosas que su compañero y él habían comprado para comer dentro del auto. No podía creer que en verdad se hubiese convertido en uno de esos estereotipados oficiales que aparecían en las películas de Hollywood en donde el par de policías simplemente vigilaban las calles y pronto se ponían tan gordos que incluso la idea de perseguir a los delincuentes les parecía fastidioso.
Terminando su rebanada de pizza, se reclinó sobre el asiento mientras veía a su compañero atacar la última rebanada de la caja. Sin ser odioso, casi podía mirar al chico toda su carrera en ese puesto, parecía incluso disfrutarlo. Al contrario de él, no podía esperar para que el castigo que le había otorgado el comisionado finalmente fuese retirado.
Sacando su teléfono móvil, fue directo a su lista de contactos y enseguida reparó en el número de Ji Yong. Ya casi iba a ser una semana desde el día en que el animal con el que estaba durmiendo lo había atacado. Por supuesto que no lo había denunciado, eso simplemente le acarrearía más problemas y daría más fuerza a las acusaciones en su contra, sin contar el hecho de que el comisionado Yang e incluso su capitán estarían renuentes a devolverlo a su cargo.
Mirando al hombre a su lado, simplemente suspiró antes de bajar del auto. El chico no tenía por qué escuchar sobre él siendo patético. Alejándose unos cuantos metros de la patrulla, marcó el número en la pantalla. Mientras aguardaba y escuchaba el tono de espera, no pudo evitar pensar que incluso estaba siendo ridículo al llamar. Ji Yong ya le había dejado claro que no quería verlo en su vida. Cuando comenzaba a perder las esperanzas y creía que no respondería, escuchó la bocina del otro lado.
—Creí que no responderías...— murmuró, escuchando al otro lado la respiración tranquila del mayor.
—No iba a hacerlo. — declaró, con voz cansada— Pero al final, creí que no debía ser descortés.
—No has respondido ninguno de mis mensajes.
—De verdad no hay mucho que debamos hablar, SeungRi. — suspiró— Ya lo hemos dicho todo. Hemos escogido de qué lado estar.
—El problema es él, Ji Yong. — dijo de pronto— Desde que apareció, lo único que ha hecho es rompernos. Tú te empeñas en creer en él, y yo lo único que quiero es que todo el mundo vea que no es la persona que dice ser.
—Él no le miente a nadie. Al contrario de lo que intentas hacerme creer, y a todos, él no intenta mantener una imagen ante nadie. — soltó una ácida carcajada— La verdad es que no da una mierda por nadie.
—Estás tan ciego...— sonó derrotado— ¿Por qué no puedes verlo? ¿Por qué no entiendes lo que quiero decir?
—Voy a colgar ahora, SeungRi...— dijo de pronto.
—¡Santo cielo, Ji Yong! ¿Por qué no lo cuestionas? — utilizó su último recurso— Pregúntale sobre Jeon JiYoon y la relación que tenía con ella. Pregúntale porqué cada alumno que fue entrevistado en la Universidad donde da clases, afirma haberlos visto coqueteando.
—No voy a escuchar una sola palabra más. — gruñó, rencoroso.
—Tan sólo hazlo. — imploró el oficial antes de escuchar la línea muerta al otro lado.
Mirando el aparato entre sus dedos, el oficial no hizo más que maldecirse a sí mismo. La había cagado, otra vez.
—
Ji Yong suspiró profundamente mientras escuchaba ruido en el cuarto de baño, e instantes después vio la puerta al abrirse, dejando que un alto hombre de cabello negro apareciera en la escena, vistiendo nada más que una toalla azul oscuro rodeándole la cadera. Mientras se removía en la cama, lo observó en silencio, pendiente de cada uno de sus movimientos.
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THE BROKEN ANGEL
Mystery / ThrillerUno era un chico retraído e incluso un poco espeluznante, capaz de alejar a cuanta persona lo mirase a los ojos. El otro era sociable, amistoso y que poseía algo capaz de brindar una calidez que amantaba los deseos de vivir. Choi Seung Hyun era un...