CAPÍTULO 12

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Las últimas semanas, ChaeRin había tenido más trabajo del que podía manejar, por ello había estado llevando a casa pilares gigantescos de papeleo mismos que le regalaban noche tras noche un extenuante insomnio. Sin embargo, cada noche luego de llegar a casa y preparar algo ligero para cenar, siempre acudía al llamado de la puerta principal, y cuando la abría, se encontraba con aquel sólido hombre de piel canela, quien con una sola mirada y una de esas resplandecientes sonrisas conseguía que sus piernas se volviesen gelatina.

Dong Young Bae había significado tanto en las últimas semanas. Más que un simple apoyo, se había convertido en una presencia cómoda y cariñosa. Por supuesto que no había sucedido nada fuera del otro mundo, nada más que algunos besos, pero era lo que había sentido en ellos lo que la tenía extasiada. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que podría haber un futuro allí, uno bueno.

Esa noche no llegó como de costumbre, y ni siquiera llamó para disculparse. Simplemente la dejó esperando por él durante horas. A la mañana siguiente, más preocupada que enojada por haber sido plantada, llamó incontables veces al teléfono móvil del detective, tan sólo para toparse con el buzón de voz. Durante todo el día enfrento las miradas reprobatorias de su jefe mientras intentaba inútilmente seguir comunicándose, en vano.

Estaba a punto de intentar llamar una vez más, sin embargo, enseguida sintió cómo alguien le tocaba el hombro, llamando su atención. Volviéndose, encontró a su mejor amigo parado justo a su lado, dedicándole una suave sonrisa de hoyuelos. Respirando con alivio de que no fuese nuevamente su jefe, le dedicó una breve mirada antes de marcar el número del oficial, tan sólo para descubrir que ya lo había apagado.

—¿Pasa algo malo? — inquirió el mayor, recargando su cadera contra el pequeño escritorio de madera, desordenando la pila de papeles que yacían allí desde hacia más de una hora. Golpeando la parte superior de la pila para evitar que cayeran, ella simplemente bufó toscamente.

—¿Recuerdas que te hablé sobre el amigo de mi hermano? — comenzó, mirándole a los ojos, mientras él simplemente asentía mientras se cruzaba de brazos.

—El oficial Dong...

—El mismo. — se relamió los labios— Se puede decir que he estado saliendo con él.

—¿Por qué no me habías contado? — frunció el ceño— ¿Ya no somos amigos?

—No lo hice porque tú haz estado en otro planeta. — viró los ojos— Saliendo e involucrándote con ese hombre.

—No te gusta, ¿Cierto? — dijo de pronto, con la garganta seca.

—No, no me gusta. — aclaró— En primer lugar, porque es espeluznante y en mi opinión, te está alejando de todos. — rio sin gracia— Incluso recibí un mensaje de tu hermana, al parecer está preocupada porque ni siquiera los has llamado, ni a ella ni a tus padres en las últimas tres semanas. Y, en segundo lugar, porque aunque sé que no puedes forzarte a quererlo, le estás rompiendo el corazón a mi hermano.

—Él y yo aclaramos las cosas, si él no lo entiende no es mi culpa. — cerró los ojos mientras respiraba con fuerza, sintiendo sus lágrimas empañarle los ojos— No entiendo porqué se empeñan en decir que Seung Hyun es malo. Me ha hecho verdaderamente feliz.

—¿Y si SeungRi tiene razón? ¿Y si es él a quien todos buscan?

—No lo es. Y sabes que tu hermano no está siendo objetivo. No tiene pruebas, tan solo se trata de sus celos. — calló por varios minutos, hasta finalmente suspirar mientras alcanzaba la mano de la chica y la estrujaba afectuosamente— Pero en fin, no estábamos hablando de eso. ¿Qué pasa con el oficial Dong?

—Nos hemos estado viendo cada noche después del trabajo, sin falta. — suspiró— Pero anoche no apareció. No responde las llamadas ni los mensajes. En verdad estoy preocupada.

THE BROKEN ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora