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Narra la Dani

Ya es domingo y no tengo ganas de ir mañana al colegio, mis papás salieron de viaje y nos quedamos solas con la Mabel y la Nancy, que novedad.

El Ken me estuvo insistiendo mucho que vaya mañana pero no quiero, onda, no es por mi resfriado porque prácticamente ya me mejoré, si no que me da paja ir por levantarme temprano y weas.

La Marti me había invitado a su casa y obviamente que saben la respuesta, onda, el Ken vive ahí, ¿COMO CHUCHA DIRÍA QUE NO? Así que ahora me estoy arreglando para ir.

Me puse una polera de pabilos negra con una blusa blanca a cuadros negros, con un jean azul clarito y mis amadas vans, obviamente negras.

Llevo una pequeña mochila donde pongo mi celular, mis llaves, mi billetera, audífonos, un cargador y un gas pimienta, uno nunca sabe po, además la Nancy me obliga a andar con él.

Me despido de la susodicha y salgo de mi casa. Son como las tres de la tarde y está bastante tranquilo el ambiente. La Martina me había dado todas las indicaciones de cómo llegar a su casa y espero no ser violada en el intento, a menos que sea por el Ken, obviamente.

Llego a su casa luego como de diez minutos y es bastante bonita, es un poco más grande que la mía y de color beige, las rejas son negras y no se puede ver hacia adentro, y se ve una ventana con las cortinas abiertas y unas paredes lilas, asumo que es la de la Marti.

Toco el timbre y espero unos segundos hasta que veo a mi amiga asomarse por la ventana.

-¡Ya voy perrita! - Y se vuelve a meter en la casa. Como en menos de un minuto después me abre la reja con una sonrisa.

-Wena wena. - La saludo de un beso en la mejilla.

-Wena cabra. - Me sonríe y empieza a caminar hacia su casa.

Me hace todo un tour por la primera planta de la casa y al subir a la segunda se detiene.

-Aquí están las habitaciones, ya sea la mía, de mis dads y del Pipe. - Me levanta las cejas. No había querido preguntar por él a menos que lo nombrara para no ser muy obvia, aunque bueno, si nos comemos en el colegio, no creo que queramos esconder algo.

-Hablando del Pipe...

-Está durmiendo, llegó de práctica, se bañó y se acostó. - Luego se ríe. - Me dijo que lo despertara cuando llegaras, me va a matar.

-Yo lo despierto. - Sonrío de manera pervertida.

-Iugh que asco, anda a comerte a mi hermano, yo estaré en mi pieza. - Y se va corriendo a una pieza de puerta blanca, no sin antes apuntarme a una que tiene una pelota de basket en la puerta.

Entro cuidadosamente a la pieza del Ken y lo veo durmiendo súper tierno. Me agacho un poco y le chanto un piquito.

-Dani. - Murmura medio dormido y abraza su almohada dándole un beso.

CONSHETUMARE.

-Oye po Ken, despierta. - Le doy otro beso y esta vez me lo sigue y me tira a la cama.

Después de un largo beso, nos separamos y el abre los ojos a medias y con una sonrisa.

-¿Y cuándo llegaste?

-Recién.

-Puta la wea, le dije a la Martina que me despertara.

-Si me dijo. - Me río. - Preferí despertarte yo. - Le sonrío de medio lado.

-Probablemente fue una mejor idea, mi hermanita me hubiera pegado un grito y un almohadaso por la cabeza. - Me río.

Me incorporo y me siento de mejor manera en la cama, el Ken estaba tapado, por lo que cuando se destapa me puedo dar cuenta que estaba sin polera, y conchetumadre, esto es una mala idea, estoy teniendo pensamientos pecaminosos weon.

-¿Y... vas a ir mañana? - Me dice el Ken rascándose la nuca.

-No se, onda no quiero, me da paja levantarme temprano, además puedo decir que me siento mal. - Se ríe. - Pero igual me pueden obligar a ir y no podré dormir. - Hago un puchero y el Ken me mira los labios y se muerde los suyos, luego habla.

-Teni que ir, te lo ordeno.

-¿Que? - Me río. - ¿Y de cuando me ordenai?

-Desde siempre po.

-Sale pa'lla. - Lo empujo en broma. - Ya weon, tengo que ir donde la Marti, hablamos después. - Me despido y parto hacia donde la Martina.

Entro a la puerta que la vi ingresar antes y la veo acostada en su cama con el celular.

-Chucha que te demoraste, arréglate el pelo por lo menos.

Me veo en un espejo y estoy súper despeinada. Me empiezo a peinar con los dedos.

-Lujuriosos los cabritos. - Me río.

-Que eri ordinaria. - Me acuesto junto a ella.

-Claro po, no vei que el pelo se te desordenó de su pieza a la mía por arte de magia.

-Yo no negué nada. - Me encojo de hombros y nos reímos.

-Oye y dime... ¿Que onda con mi hermano, es una pelación o querí algo más?

Narra el Ken

Me da la curiosidad y paso por la pieza de mi hermana que tiene la puerta cerrada y alcanzo a escuchar una pregunta que podría serme muy util, espero ansioso la respuesta.

-Onda, me gusta caleta cachai, y... ay que vergüenza decir esto, pero pico, da los medios besos weon. - Anota eso Mario Hugo. - Y obviamente no quiero que sea solo una pelación, quiero que sea algo más, pero no se trata de lo que yo quiera, la wea es mutua po. - Chucha, si solo supiera lo que le espera mañana.

Con una sonrisa bajo las escaleras y veo a mi mamá entrar por la puerta con bolsas del súper y la ayudo a bajarlas.

-Mamita. - Le digo con una sonrisa, soy niñito de mamá. Déjenme ¿Ya?

-Dime Pipito.

-¿Te acuerdas de la compañera que te conté que me gustaba mucho y que le quiero pedir pololeo mañana?

-Si... - Me dice con una sonrisa, ella siempre quizo que pololeara.

-Está arriba con la Martina.

-¿Broma? - Niego y ella ensancha su sonrisa. Mi mami se pone más feliz que yo en estas weas.

-Anda a decirle algo a la Martina o yo que sé, pero tienes que verla, es súper linda y simpática, sé que te va a caer bien.

-Ya mi niñito, voy al tiro. - Me dice con una sonrisa y sube las escaleras hecha un peo.

Ay mi mamita.

Narra la Dani

Seguimos webiando y viendo memes cuando tocan la puerta de la pieza de la Martina y una señora mayor pero de aspecto joven abre la puerta con una sonrisa súper maternal. Con solo verle su sonrisa ya me dan ganas de darle un abrazo.

-Hola hijita. - La Martina se para de la cama y le va a dar un beso.

-Hola mamita. - Luego me mira a mi. - Ella es la Dani, una compañera.

-Hola, un gusto. - Me paro y la saludo de un beso en la mejilla.

-El gusto es mío Dani, me llamo Verónica, por cierto.

-Dile Tía no más, Tía Vero. - Me dice la Marti. Yo asiento y me río.

-Tía Vero será. - Ella me sonríe.

-Bueno niñitas, voy a estar abajo si me necesitan.

-Yo te aviso mami.

-Ya. - Y se va por la puerta.

Chucha, mi suegra, ah casi, fue más cariñosa que lo que han sido mis papás en mis diecisiete años de vida.

Ojalá ella fuera mi mamá weon.

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El weon soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora