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-¿Entonces no me vai a decir lo qué pasó? - Me pregunta el José.

-No hasta que tú me digas lo de la Martina. - Me cruzo de brazos.

-Weon, mi bus sale en menos de una hora. Cuenta luego.

-Mala cuea.

-Mira la weona. - Suspira. - Na po, onda empezamos a hablar, una cosa llevó a la otra y ¡bom! Nos comimos. Fin de la historia. Ahora cuenta tú.

-No podí ser más chanta José. Vamoh a pelear terrible brigido maldito conchetumadre. - El José suelta una risotada.

-Puta y qué más querí saber po.

-¿Que hablaron? Duh. - Ruedo los ojos.

-Pasapalabra.

-¡Ya po José! - Frunzo el ceño y me cruzo de brazos de nuevo.

-Le poni color Dani, si es un beso no más.

-Cui-da-dito. - Le digo separando súper marcadamente las sílabas. - La Martina no es "in bisi ni mis". Más respeto pelado culiao.

-Oye tranquilein. - Me dice tomándome por los hombros. - No me refería a eso. La mina me gustó, pa que andamos con cuentos. Nos pasamos número y todo. - Me guiña un ojo. - Oye si tu amiguito mata. - Se golpea el pecho a lo gorila.

-Aveces pienso si evolucionaste o sigues siendo un mandril.

-Ohh te tiraste.

Nos quedamos hablando un rato más hasta que finalmente llega su bus y le toca irse. Puta que lo voy a extrañar weon. Pero me dijo que para vacaciones de invierno me va a venir a ver. ¡Punto a favor!

Empiezo a caminar hacia el metro y finalmente me decido por ir a visitar a la Martina - y al Ken, obviamente - y así aprovechar de sacarle información, cosa que no pude hacer con mi mejor amigo.

Me bajo en la parada en la cuál sé que pasan micros a su casa. Y al cabo de quince minutos ya estoy sentadita en el transantiago.

Saco mi celular pa avisarle a la Marti.

Yo: Hola guapa, estás en tu casa?

Guardo mi celular para evitar que un caballero de la calle - flaite culiao - me robe mi celular.

En un par de minutos, mi celular vibra dentro de mi cartera.

Saco mi celulitico pa ver que onda.

Marti: Si, estoy con la Katy, por?

Cresta, la Katy. Casi me olvido de la existencia de esa weona, y obviamente, de la existencia de los sentimientos que guarda hacia el Pipe.

Yo: Es que voy pa allá, estaba aburrida y se acaba de ir el José...

Yo: ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Marti: Puta oh :(

Marti: Sendo wachon que se me fue

Marti: Pero tengo su namber :D

Marti: Ya vente luego, te estaré esperando

Yo: Ya hedionda a maraca

Yo: Me vai a contar que wea con el José

Yo: Se lo que vi

Marti: Si oh, chaolin bombin

Yo: Chao xd

Guardo mi celular y recuerdo lo que pasó el otro día.

Después de que el Ken me avisara que los perlas se estaban comiendo, fui a verificarlo con mis propios ojos.

Los weones ya se tragaban, y las manos de mi amiguito estaban en partes medias peligrosas. Esos weones estaban que culiaban en mi sillón y conmigo presente.

Me bajo en la parada que me corresponde, y me encamino a la casa de los hermanitos estrella.

Al llegar, toco el timbre y me abre la Tía Vero.

-¡Dani, hola! - Dice mientras viene a abrirme la reja. - Tanto tiempo. - Me da un abrazo.

-Hola Tía. - Le sonrío y le devuelvo el abrazo. - Harto tiempo.

-¿A cuál de mis dos niñitos viniste a ver? - Me da una sonrisa media doble sentido.

-A los dos. - Le guiño un ojo y ella ríe. - No, es broma. Vine a ver a la Martina.

-Ahh ya, sube no más. - Me dice cerrando la reja a mis espaldas.

Subo las escaleras y escucho música proveniente de la pieza del Ken.

Paso de largo y toco la puerta de la Martina.

-¡Pasa! - Me gritan desde adentro.

Al entrar veo a las dos weonas, enteras playas tiradas boca abajo en la cama.

-¡Dani! - Grita la Martina y se me lanza a abrazarme. Yo río ante eso.

-Wena maraca. - En cuánto se separa, me dirijo a la Katy. - Hola, tanto tiempo.

-Hola Dani. - Me sonríe y le doy un beso en la mejilla.

-Dani, ayúdame a convencer a esta weona de que juguemos verdad o reto, es más fome que bailar con mi papá. - Dice la Martina.

-Ya po, juguemos, ¿Cuál es el drama? - Le pregunto a la Katy.

Está apunto de abrir la boca, cuando entra el Ken.

-Martina, ¿Dónde dejaste mi cargador?

Me doy vuelta a mirarlo y nuestros ojos se encuentran.

-Sha, ¿Y cuándo llegaste? - Me dice mientras se me acerca y me da un piquito.

-Recién.

-Lo dejé en tu velador po weon.

-No está ahí. - Dice mi pololo al lado mío.

Mientras los dos hermanitos discuten, me encargo de mirar a la Katy. Y puta, la weona no despega la mirada de mi pololo po weon.

Me vuelvo a concentrar en el Ken y la Marti.

-Ahh, ahora que me acuerdo, está en el sillón. - Le sonríe de manera inocente.

-Puta Martina culia. - Se da la vuelta, me pasa la mano por el pelo y luego sale por la puerta.

-Ya, juguemos ahora. - Dice la Martina.

-Será. - Se encoge de hombros la Katy.

-Ya... - La Marti hace una pausa. - Katy. - La mira fijamente con una sonrisa de medio lado. - ¿Quién te gusta? Y me vai a decir weona, son las reglas.

-Puta la wea. - Suelta una pequeña risa. - Me gusta... - Suelta un suspiro.

-Ya po. - Le dice la Martina.

-Me gusta tu hermano.

-No estaba ahí la wea... - Dice el Ken guardando silencio apenas escucha eso.

-Cresta. - Dice la Martina con una mano en la boca.

El weon soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora