El weon soltero

27

Me levanto sobándome los ojos para tratar de abrirlos, debo tener una cara de drogá weon.

Camino hacia el baño y me lavo la cara como cinco veces pa despabilarme, porque anoche me acosté muy tarde respondiendo todos los mensajes de feliz cumpleaños de mis amigos.

Me dolió que el Ken y la Martina no me hayan saludado, pero asumo que es por todo el tema de su mamá y es comprensible que se les haya olvidado.

Vuelvo a mi pieza y me pongo el uniforme. Me peino y me pongo un poquito de rímel para bajar y tomar desayuno.

La Nancy baja con la Mabel en sus brazos mientras caliento el agua para hacerme un café.

Cuando termino me cuelgo la mochila al hombro y me sorprendo con lo que me dice la Nancy antes de salir.

-Lo siento mi niña, por favor no te enojes conmigo.

-¿Qué? Nancy, no te entiendo.

-Ya lo entenderás, solo. - Guarda silencio y puedo ver sus ojos húmedos. - Perdóname.

Asiento con la cabeza sin palabras y salgo de mi casa terrible de descolocada.

¿Que chucha?

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Cuando entro a mi casa una lágrima se escapa por mi mejilla; mis compañeros me cantaron cumpleaños feliz pero aún así quienes quería que me felicitaran solo guardaron silencio y durante todo el día me hablaron como si nada. El Ken ni siquiera me abrazó o me dio un beso.

Veo a mis padres y a la Nancy sentados en la sala de estar y la última me indica que me siente con ellos.

-Hija, tenemos que contarte algo. - Habla mi papá.

-Okay, díganme. - Sonrío tristemente.

-Creo que es mejor que la Nancy lo diga. - Habla mi mamá.

-Dani... - Guarda silencio. - Unos meses después de que empecé a trabajar para tu padres, me di cuenta de que estaba profundamente enamorada de tu padre. - Veo como mi mamá se para y luego de subir las escaleras cierra su puerta de un portazo. - Al cabo de unas semanas, tu padre me hizo saber de que el sentimiento era mutuo, y en algo que pudo parecer una estupidez, tuvimos un amorío.

-¿Qué, hace cuántos años?

-Unos dieciocho.

Comienzo a atar los cabos en mi cabeza.

-Me di cuenta que estaba embarazada, pero sabía que yo sola no podría mantener a ese bebé. - Guarda silencio. - A ti. - Una lágrima corre por su mejilla. - Tu padre siempre te ha amado, y en ese entonces tuvimos que hablar con su esposa, tu... madre. - Hace comillas. - Ella acordó en que te cuidarían hasta que tuvieras dieciocho, y luego te dirían la verdad y decidirías con quien quisieras quedarte.

Mi vista se vuelve borrosa hasta el punto que no logro distinguir a la Nancy, solo veo una silueta.

¿La Nancy es mi mamá?

Por eso me pidió perdón en la mañana.

De eso hablaban.

¡Por eso mi papá siempre me ha demostrado cariño!

Por eso me odia mi "madre", soy resultado de una infidelidad.

-Perdóname mi niña, te amaba tanto que quería lo mejor para ti. - Sigue llorando. - Sabía que yo sola no podría cuidarte como te lo merecías.

-Nancy, no me importa que me lo hayas tenido que ocultar, porque siempre estuviste a mi lado y acabas de darme el mejor regalo de cumpleaños. - Ambas lloramos. - Eres la mejor mamá que podría pedir.

Cuando nos separamos vemos a mi "mamá" bajar las escaleras con una maleta en su mano.

-¿Qué pasa amor? - Le pregunta mi papá.

-Me voy, no puedo seguir viviendo en esta farsa, tú la amas, ella te ama, son la familia perfecta y mi egoísmo me cegó. - Ahora me mira a mí. - Lamento hacer tu infancia tan miserable, pero no me permitía quererte sabiendo de lo que eras resultado.

Todos lloramos y vemos como sale por la puerta.

Sé que la Mabel es hija de ambos, pero no creo que le importe tanto, ella siempre me ha dicho, a pesar de su edad, que le tiene miedo y odia a su mamá.

-Lamento haber sido cortante contigo, ella no me permitía acercarme mucho a ti. - Habla ahora mi papá.

Yo solo asiento.

Mis verdaderos papás se abrazan y lloran juntos, me hace tan feliz saber que ambos están al fin con el amor de su vida.

Tocan el timbre y me levanto limpiándome las lágrimas, apenas abro veo a los hermanitos estrella con globos y un cartel que dice "Feliz cumpleaños Dani"

-¡Sorpresa! - Gritan al unísono y yo solo niego riendo.

Que weona mi vida.