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Dani

-Yo mejor me voy virando.... - Dijo la Martina parándose lentamente. - Voy a estar abajo. - Me apuntó con el dedo. - Vo me vai a presentar a ese wachito que está abajo.

Solté una carcajada ante lo que me acababa de decir y la vi desaparecer por la puerta. Cresta, ahora tenía que hablar con el Pipe.

Observo a mi pololo... que capaz después de esto no lo sea, ya que debe pensar que exagero todo y soy una loca bipolar.

Se sienta en la cama junto a mí, quedando frente a frente.

Abrazo mis rodillas y lo miro fijamente.

Debo tener los ojos súper hinchados.

Que vergüenza weon.

El Ken me mira y lo veo dar una sonrisa melancólica.

Puta oh, ya me va a dejar.

Vei Daniela, por bipolar te pasa. Te cagan más que baño público.

Puta weon, me encanta mi capacidad de autoayuda en momentos difíciles, estoy pa psicóloga.

-Yo... sorry por venir sin avisar, pero tenía que hablar contigo. - Dice el Pipe rascándose la nuca y luego despeinándose un poco el pelo. Sin embargo se lo peina de inmediato.

Me he dado cuenta que hace eso cuando está nervioso.

-Me gustaría que me dejes terminar antes de dar conclusiones apresuradas. - Vuelve a hablar. - Solo... escúchame. - Suelta una pequeña risa nerviosa. - ¿Está bien?

-Sip. - Digo casi en un susurro. - Pero si vas a terminar conmigo dilo rápido, duele menos. - Digo mirando mis rodillas, que se encuentran a centímetros de mi cara.

-¿Que? - Frunce el ceño. - Dani, no tengo motivos para terminar contigo. - Vuelvo a mirarlo.

-Pero si...

-Déjame hablar, ¿Recuerdas? - Me interrumpe y yo solo asiento con un suspiro.

Me acomodo más en la cama y él comienza a hablar.

-Quien me besó se llama Maite. - Bacan po, ¿Su dirección pa ir a mandarle sus buenos charchazos y combitos piola a lo Jackie Chan? - Ella es de quien te hablé hace unos días, la mina que se comió con el Matías. - Ah cresta, esto se pone weno. - Debes saber que la mandé a la cresta. La única persona que me interesa en estos momentos con la intención de pololear, eres tú, nadie más. - Me sonríe, de esas sonrisas que no hacen nada más que aliviar mi pulso y mi respiración. Bajando mis nervios. - Pero te voy a ser sincero... hoy fue a mi casa, de hecho antes de que viniera. - Mira la útero goloso y la conchesumadre. - Me pidió volver, pero reitero, la mandé a la punta del cerro, donde pertenece. - Hace una pausa. - Dani. Solo me gustas tú, nadie más. Quiero estar contigo, poder abrazarte y besarte. Quiero llegar al colegio y presumirle a todos los weones que tú eres mí polola. - Hizo énfasis en el "mí". - Y estoy dispuesto a ir hasta a la cresta de la loma para demostrártelo.

-Puta Felipe re culiao, ¿Por qué no me dejai estar enojá y deprimia' por un rato? - Se ríe. - ¿Teni que ser tan lindo por la rechucha?

Apenas termino esa frase me lanzo a sus brazos y lo abrazo. Lo abrazo demasiado fuerte que creo que lo voy a romper.

Extrañaba sus brazos aunque solo hayan pasado dos días. Antes habíamos estado peleados, y no duramos nada antes de volver a hacerlo.

Aveces siento que estamos en una relación tóxica, pero cuando lo pienso a fondo, peleamos por puras weas. Malentendidos pencas que pudieron ser solucionados en el momento.

El Ken se separa de mí y me mira unos segundos a los ojos que parecen eternos.

-Me gustan tus ojos. - Dice finalmente.

-A mí también me gustan tus ojos. - Sonrío.

-Entonces... ¿Estamos bien?

-Estamos bien. - Asiento antes de volver a abrazarlo.

En cuanto nuestro abrazo termina, obviamente nos empezamos a comer.

El beso es necesitado. Ambos nos necesitábamos.

En cuanto nos separamos, ambos tenemos una sonrisa en nuestros rostros.

-¿Podi llamar a la Martina? Quería que le presentara al José.

-Ya oh. Pero no soy na tu perkin si.

-Por eso te quiero. - Le digo dándole un beso chiquitito.

Él sonríe y sale por la puerta.

Al cabo de unos segundos entra de nuevo.

-Creo que no hay necesidad de presentarlos.

-¿Por qué?

-Se presentaron solitos. - Dice con una sonrisa pícara.

-¿Cómo? - Aún no cacho.

-Se estaban comiendo de lo lindo.

Dice finalmente y abro las sendas pepas, para luego reírme a carcajadas junto a él.

El weon soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora