¡SEGUNDA PARTE DE STAY WITH ME!
"Tenemos que estar juntos"
"¿Porque sé que eres Spiderman?" Preguntó sarcástica.
Peter la miró de vuelta, herido. Eso sólo hizo que Leyla se molestara aún más. Él no era el que tenía que estar ofendido en este momento...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La noche era hermosa, era despejada y desde dónde estaba algunas estrellas iluminaban el cielo, el ambiente tenía cierto aire tranquilizador y para ser sincera era lo que necesitaba justo ahora. Me encontraba recargada en el auto que espero fuera legítimamente de Sable y que no lo haya robado. Mi celular iba de una mano a otra, pasándolo en un intento de controlar mis nervios. Mi mirada se dirigió a Peter, quién sin llegar a dónde me encontraba asintió para mí. Tras dar un suspiro caminé a su dirección. Una vez que lo alcancé a la par avanzamos un par de metros hasta que puso su brazo enfrente, haciendo que me detuviera. Me contuve de rodar los ojos, sabía lo que venía, sabía que él haría esto.
—Leyla, espera un segundo.-Peter se puso de pie frente a mí, lo miré.—No creo que sea buena idea, ¿De verdad quieres hacer esto?.
—Ya lo hablamos, Peter.-Intenté seguir caminando pero lo volvió a impedir.-
—¡Lo sé!...Ya lo sé. .-Cerró sus ojos un momento dando una respiración e intentando calmarse. Yo entendía como lo ponía esta situación, de veras que si pero, era algo que debíamos hacer. Era algo que yo tenía que hacer.—Pero es que enserio no entiendo. ¿Cómo es que hablar con él va a ayudar? ¿Cómo sabes que va a querer decirnos algo de todos modos?
—Harry lo sabe, y si vamos ahí no creo que vaya a desperdiciar su oportunidad de restregarnos en la cara que ganó.
—No ganó, Leyla.-Peter frunció el ceño.—Lo atrapamos, ¿Recuerdas? A todos ellos.
—Si, estuve ahí.-Suspiré, debatiendo si decirle o no.—No entres conmigo si no quieres.
—Claro que no quiero, tampoco quiero que lo hagas tú. Pero te conozco, y sé lo testaruda que eres así que no voy a dejarte sola.
Haciendo mis propias reflexiones miré a Peter, quién reconoció mi gesto de inmediato.
—¿Qué?.-Preguntó.-
—Nada.
—Leyla.-Reclamó.-
—Si vienes conmigo, él va a intentar derribarte, ¿Lo sabes?.
Dije refiriéndome a toda la historia entre ellos dos. Sabía lo mucho que Peter había perdido a causa del que fuera su mejor amigo, y que las cosas parecieran seguir empeorando no ayudaba. Y aunque el lindo castaño enfrente de mí había podido seguir adelante eso no significaba que había olvidado. Yo sabía lo desesperado, frustrado y triste que Peter se había sentido, sabía el rencor que él tenía, pero también sabía lo mucho que deseaba él que las cosas fueran diferentes, extrañaba y quería a su mejor amigo de vuelta. Incluso me atrevería a decir que en el fondo tenía esperanza y eso, ese choque de sentimientos, era lo que más le molestaba.
—No se trata de mí, Leyla. Ni tampoco tiene que ser sobre ti. Podemos resolver esto, nosotros.
—No podemos, Peter.-Sin que pudiera evitarlo, mi voz se quebró.—Esa noche me inyectó algo, y morí. O debí haberlo hecho, pero ¿Entonces qué? Ahora soy algo, y lastimo personas.
