¡SEGUNDA PARTE DE STAY WITH ME!
"Tenemos que estar juntos"
"¿Porque sé que eres Spiderman?" Preguntó sarcástica.
Peter la miró de vuelta, herido. Eso sólo hizo que Leyla se molestara aún más. Él no era el que tenía que estar ofendido en este momento...
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No sé que está pasando conmigo. Y tengo miedo, me tengo miedo. Harry tiene razón, si no lograba solucionar esto lo más probable es que lo próximo que sucedería es que pondría a Pet contra la pared, y lo obligaría a detenerme porque sería demasiado tarde para que yo misma lo hiciera. Y es que, ¿De verdad es todo? ¿No hay nada que pueda hacer? Ni siquiera me doy cuenta de lo que hago, no sé cuándo estoy dormida, o si estoy despierta e imagino cosas. No sé como detener esto.
— Leyla.- Me llamó, Beth. —¿Estás escuchándome?
Pestañeé un par de veces antes de mirarla.
—Si, si lo hago. Mira, Beth. Humm... Yo...tienes que darme un momento.
—Leyla sé que esto es demasiado pero no hay tiempo. -Fruncí el ceño. — ¿Vas a ayudarme o no?
Ciertamente, su respuesta me dejó muy desconcertada. Fue entonces cuándo decidí analizar a la chica frente a mí, ya no parecía mi amiga. No hablaba como ella, no vestía como ella, incluso sus gestos no eran los mismos. ¿Desde cuándo fingía? ¿Qué tanto de lo que me dijo desde que pisé Nueva York era verdad?
En un arranque de enojo, me levanté del sofá y con mis manos en puños, la enfrenté.
—Creí que estabas molesta. Luego de todo lo que pasó esa noche creí que era justo darte tu espacio. Yo lo entendía. Pero, no puedes venir aquí y decirme que eras parte de una asociación súper secreta, que por cierto ya no existe porque la mitad de ella eran enemigos y entonces se fue al carajo. -Exhalé, bastante fastidiada. — ¿Qué es lo que quieres, Elizabeth?
—¡Leyla!
—Hablo enserio, ¿Qué haces aquí?
—Lo lamento.- Dice. — En verdad lo siento, ¿De acuerdo? Entendí que no podías decirme nada acerca de Peter, entendí que lo hacías por mi bien.
— ¿Ya sabías que él era Spiderman?
—¡No! No, por eso mi obsesión por las fotos y mi entrada a OSCORP.
—Necesitabas la información. -Exclamé.-
—Sé que no debí llevarte ahí, fue estúpido y peligroso.
—Son las cosas que usualmente hacemos.- Reclamé. —¿Si? Juntas. ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Desde cuando eres una agente encubierta?
—No mucho desde que me mudé aquí. - La miré, negando y con una expresión decepcionada.— Pero Leyla, no es como lo crees.
—¿No?.
— Claro que no. Hey, eres mi mejor amiga. - No pude evitar que una risita amarga saliera de mi garganta. — Es cierto. - Se tomó un momento, luego de que noté un ligero temblor en su voz . — ¿Tienes idea de como me sentí cuando te vi morir? No pude hacer nada. También era mi culpa. Pensé en todo lo que quizá debí haberte dicho.
