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Leyla

Beth no me miraba, en su mensaje había sido bastante concisa, sólo al punto. Tenía presente que aquella noche no hubo tiempo de hablar ni de explicar nada, y que nuestro trato fue cómo el de unos meses atrás hasta ese entonces...

Supongo que también sabía en lo más profundo que quizá esa era la última platica tranquila o sin resentimiento que tendría con ella.

Llegué al que era nuestro departamento tan pronto cómo salí del hospital y mis padres me lo permitieron. Ella había estado ahí pero no a verme, supe que estuvo hablando con mi madre y de eso nada bueno puede resultar.

Abrí la puerta del departamento con mi llave propia, mi amiga salía de la cocina y fue a sentarse al sofá. Tomé un largo suspiro antes de avanzar y sentarme en un sillón en frente.

Y después de un rato comenzó:

Me alegra que estés bien.

Gracias.-Dije con cuidado.—Después de lo que pasó que los tres lo estemos me tranquiliza.

—¿Cómo te sientes?.-Pasó saliva.-

¿La verdad? Creo que aún no estaba en condiciones de dar una respuesta concreta.

Estoy tratando.-Dije después de dar un suspiro, ella asintió.—Aunque han pasado días todo sigue repitiéndose en mi cabeza...y es cómo que, no puedo creerlo.

Yo estaba dispuesta a hablar y conservar la calma, pero entendía qué Elizabeth sólo preparaba el terreno para soltar su enojo o lo que fuera que sintiera.
Ella no podía quedarse ahí a escucharme y fingir que todo estaba perfecto, que era cómo una de esas veces que le contaba que lloré en mi trabajo porque fueron a sacrificar a un perro, no. Esto era mucho más grande y por más que quisiera suavizarlo, los hechos sobrepasaban todo.

Además la conocía lo bastante bien, ella no tendría ningún impedimento para decirme las cosas como eran, sin filtros,justo como estaba apunto de pasar.

—Estás mejor.-Afirmó, mi corazón se encogió un poco al notar que e tono había sido algo forzado.—Casi no parece que estuviste muerta por minutos.

Tenía que admitir que una pelea con mi mejor amiga era lo último que quería en estos momentos. Más si la discusión se inclinaba a su favor, porque técnicamente: si, le había mentido y ocultado cosas.


—Beth...

—Oh espera, pero si lo estuviste.-Al fin de digno a que sus ojos dieran conmigo.—Ayudaste a tu novio a acabar con los malos, Spiderman no podía solo al parecer. Pero olvidaste que Osborn era un maldito hijo de perra y que no se iba a quedar de brazos cruzados mientras matabas a su papi, así como olvidaste contarme que mi mejor amigo era el super héroe.

—¿Quieres...es que yo sólo...

—No puedo creer que no me lo hayan dicho, que tú no me lo hayas dicho. Pude guardar el secreto, ¡Maldición, soy tu mejor amiga!, o al menos eso pensaba, estaba desesperada por una buena foto de Spiderman. Que estupidez que el tipo siempre estuvo a mi lado y no me haya dado cuenta.

—Beth no era mi secreto, yo no podía sólo contártelo.

—¡No me salgas con esa basura! A los dos no les importó que pudiera pasar algo malo y yo no saber ni por qué.

Will be together (2) |TASM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora